viernes, abril 01, 2016

Teatro para analizar el pasado y proseguir la marcha

Rescatando  la memoria desde el teatro político.
El Día Internacional de Teatro fue para despedir al actor Carlos Márquez desde la funeraria Valles, condecorado por el Estado venezolano a las 2:30 PM; y ver después el patético espectáculo Sabotaje petrolero en la sala Bolívar, a las 3:30pm, el cual culminó con las lecturas de sendos documentos alusivos a la festividad, creada desde 1961 por la Unesco y celebrada en Venezuela gracias el Centro Nacional del Teatro. Ceremonias que cerraron con aplausos y vivas al milenario arte de Tespis, durante aquel caraqueño domingo del 27 de marzo de 2016.
Ximena Carquéz, Livia Méndez y Nova Rowinsky, acompañadas y   dirigidas por Alberto Rowinsky mostraron, finamente, en 80 minutos, la obra Sabotaje petrolero, referida a uno de los capítulos más dramáticos  de la  historia contemporánea criolla; escenificada entre los meses de diciembre de 2002 y abril de 2003, subraya una serie de alzamientos civiles y militares para derribar al presidente Hugo Rafael Chávez  Frías, los cuales dañaron al aparato petrolero y perjudicaron los ingresos del Tesoro Nacional.
Aunque el montaje plasma sagas de la vida criolla, no apunta exactamente hacia el realismo y el escenario tiene una densa atmosfera surrealista, que no se asemeja ni a una barriada ni un sector de la clase media, sino a una grave pesadilla que pasa en la cabeza del espectador, que lo más seguro presenció aquello por televisión o porque estuvo en la calle arengando a los suyos, ya que durante esos días dos bandos se disputaron a Venezuela, según la visión crítica y comprometida  de Roberto Azuaje y Rowinsky, quienes la estrenaron en la temporada 2014.
Aunque hay muchos más elementos e historias, la pieza arroja luces y sombras sobre los movimientos de los factores de poder y sus operaciones. Es un espectáculo muy bien concebido para reflexionar sobre la realidad contemporánea y la urgente necesidad que hay de analizar más a fondo cómo viven y cómo piensan sus clases sociales y qué esperan o para qué trabajan actualmente.
En buenos y oportunos momentos el teatro reflexiona sobre lo que ha sucedido y permite sacer conclusiones o advertencias o espejos como para reveer lo que pasó y que no debe repetirse jamás.


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