viernes, octubre 02, 2015

"El estado de sitio" en Caracas

El teatro político tiene todavía cultores en Venezuela
Albert Camus estrenó en París (1948) su drama El estado de sitio y mostró así su metáfora sobre la dictadura del Caudillo de Dios, Francisco Franco, la cual propuso como advertencia para los habitantes del mundo que podrían afrontar situaciones similares ante el desfile de totalitarismos militares o de civiles disfrazados y complacientes que pulularían en las décadas posteriores. El dramaturgo francés, de 47 años, pereció en trágico accidente (1960) y legó un balsámico legado literario y filosófico para los oprimidos, mientras que el invencible general hispano falleció en su cama (1975), dejando una herencia social-política-económica bien atada que todavía gobierna, especie de guante de hierro con forro de armiño.
Ahora ese incendiario y legendario evento El estado de sitio está en la sala Anna Julia Rojas (Unearte) de Caracas, porque el director Dairo Piñeres y su agrupación Séptimo Piso lo han producido por sus 20 años de labores. Un bien concebido espectáculo de estremecedor teatro político, ese que pocas veces se exhibe, porque algunos productores decretaron que los criollos deberían solo reír y tener orgasmos visuales. Pero un puñado de inconformes jugó la carta de la protesta y lograron realizarla.
En versión de Piñeres, este inesperado El estado de sitio  sucede en Cádiz y plasma a una comunidad pintoresca, gobernada por unos privilegiados, que acepta las desigualdades sociales abismales y donde la pobreza pasa a ser asumida como algo inevitable, decisión de  la voluntad divina, con la complicidad de la ignorancia y la salsa del miedo. Pero todo cambia con un nuevo gobierno que irrumpe, más despótico, tiránico y criminal, el cual utiliza  el miedo y el odio para alimentar un régimen que se apodera  de todo y restringe además sus libertades, hasta que germina una revolución y ahí el escritor deja un océano de posibilidades e interrogantes a la audiencia, que estos artistas venezolanos han glosado satisfactoriamente, pero podrían haberlo hecho mejor.
Este venezolano El estado de sitio, con varias decenas de actores y aprendices, poquísimos elementos escenográficos  y una música de discoteca gringa, además de un vestuario a lo punk, requiere de más ensayos y de una mínima depuración, para que sus  contenidos  lleguen con menos “ruidos”  al público y se dé la necesaria catarsis.
No estamos seguros, pero El estado de sitio nunca antes se había mostrado en Caracas, al menos en este siglo XXI, lo cual se la agradece a Dairo Piñeres porque ayuda a escribir la historia multisápida de las artes escénicas criollas.
Mientras el director Piñeres alista su segunda temporada de El estado de sitio, con las depuraciones estéticas apropiadas, recordamos al equipo artístico y técnico, además del elenco que lo acompaño:
El equipo artístico y técnico está conformado por  Yovanny Duran y Carlos Díaz en el vestuario, Patricia Amenta en la escenografía, Daniel Herrera en la música en vivo y original, Marcos Rivas en el diseño gráfico, Marcos Mancera en la fotografía, Janset Rojas en la asesoría actoral, Jean Marco Bello en la asistencia de dirección y  Carlos Chacón en la producción.
Las actuaciones son de  Moisés Berr, José Manuel Suarez, Ysabel Nieto, Gonzalo Guerrero, Reinaldo González, Ana Casadiego, Sergio Pérez, Carlos Alvarado, Gabriela rodríguez, Nelsy Avile, Jobana Ramírez, Luis rodríguez, Anthony Bracamonte, Jhon Galvis, Miguel Alejandro Rosales, Carlos Torres, Christopher Hernández, Bárbara Mijares, Laura Bandez, Carlos Dimas, José Angarita, Jair Díaz Díaz, Gerardo Sorondo, José Antonio Jiménez, Adriana Mederos, Yalismar González y Jonathan Contreras, entre otros.


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