sábado, agosto 10, 2013

Enemigo del pueblo

El balneario de una población, no ubicada en Venezuela ni en Noruega, tiene sus aguas contaminadas por una bacteria que pone en grave peligro la salud de los usuarios. El médico Tomás Stockmann, hermano del gobernador de esa comarca, da la voz de alerta y cunde el escándalo público. No conviene que se conozca toda la verdad de lo que él dice y logran silenciarlo, utilizando especialmente  el poder político y la nefasta manipulación de los medios de comunicación social, los cuales le mienten descaradamente a la sociedad.  Esa es, en esencia, la sinopsis de la versión de la obra Enemigo del pueblo, escrita por Henrik Ibsen en 1883 y estrenada en Oslo, la cual denuncia ferozmente  y cuestiona crudamente los excesos en que pueden caer las democracias.
Ahora, Enemigo del pueblo, en versión libre de Ugo Ulive, será mostrada, por segunda vez durante la temporada 2013, desde el 16 de agosto en el Centro CulturalBODCorbanca, una producción del Grupo Skena, con puesta en escena de Armando Álvarez y las acertadas actuaciones de Jorge Palacios, Basilio Álvarez, Juan Carlos Ogando, Israel Moreno, Beatriz Mayz, Patrizia Aymerich, Alejandro Díaz, Luis Ernesto Rodríguez, Valentina Ortiz y Daniel Colmenares.
BRUTAL Y CONTUNDENTE
 El director Álvarez sale al paso de algunos malentendidos y explica que  con el maestro Ugo Ulive y Basilio estaban pensando en trabajar una versión de Tío Vania de Chejov, luego de la sabrosa experiencia del contemporáneo  Hamlet, pero cerca del pasado noviembre “nos reunimos para cuestionarnos si al público venezolano le interesaría ver algo así. Fue entonces cuando empezamos a hablar de hacer una obra que moviera al espectador, que lo sacudiera, que lo modificara. Surgió la idea de trabajar la versión que Ulive había hecho de la obra en 1993 y nos fuimos a la casa contentos con ese cambio de rumbo”.
Puntualiza que a los días se enteró de la lectura dramatizada de El enemigo del pueblo realizada por el Grupo Emergente, que luego mutó a montaje. “Particularmente para mí nunca fue una opción retroceder cuando leí la versión del maestro Ulive. Si bien el texto original de Henrik Ibsen es sumamente poderoso, a mi parecer la forma en que Ulive sintetiza, moderniza y acerca la obra al espectador es brutal y contundente. Mientras leía el texto aplaudía y me emocionaba la idea de montar esas escenas, de poder verlas hecha realidad en el escenario para la escena teatral actual. No me interesan las comparaciones. Creo que es una obra que debería estar en cartelera todo el año, así que me parece genial que dos grupos muestren su visión. Sobre alborotar el avispero político, ¿qué mejor motivo que ese para montar una obra teatral? Personalmente luego de hacer La Ola, aquella versión que escribió el mismo Basilio Álvarez, quedé maravillado por el placer morboso de lograr que el público se involucre, se conmueva y salga modificado de la experiencia teatral. Esperamos que este proyecto tenga esa fuerza en el espectador. Yo confió que así será”.
FINAL DE LA INOCENCIA
-¿Cómo ha planteado el montaje?
 -Tomé la decisión de situar este montaje con un aroma de comienzos de los años 60's del siglo XX, si bien la historia no es en Venezuela, tampoco quise que se hablara de Noruega; todas las referencias regionales o geográficas fueron difuminadas en este montaje. Escoger ese periodo fue básicamente porque siento que es el comienzo del final de la poca inocencia que le quedaba a la humanidad y en nuestro país comenzaba una sensación de prosperidad y futuro gracias a la nueva democracia. Son años en que todavía la prensa era un medio muy fuerte para comunicar ideas, aún se podía hablar de cartas, de necesitar a otros para hacer llegar un mensaje. Hacerlo en la actualidad sería tonto pues el médico Tomás Stockmann hubiese podido luchar más para defender su verdad. El texto está magistralmente sintetizado y condensado en lo realmente importante por el maestro Ulive. Mantiene la esencia y las preguntas sobre el gran mito de que la mayoría tiene siempre la razón. Esa es la gran bofetada que nos da Ibsen desde lejos y también la da Ulive pero mucho más cerca del espectador actual.
EL MAGO DE OZ
 -¿Cómo ha sido trabajar con esa plantilla de actores, en especial con Jorge Palacios, que tiene más de medio siglo sobre las tablas? 
-Sin duda ha sido un gran honor, nunca imaginé poder dirigir a un actor tan completo y profesional como Jorge, como el todopoderoso gobernador, hermano del doctor Stockmann, son de esas personas que creces viendo en teatro y televisión y un buen día lo tienes frente a ti escuchando tus opiniones; para mí eso es una gran lección de lo que es realmente este oficio. Toda la plantilla de actores es muy poderosa, dirigir por cuarta vez a mi maestro Basilio Álvarez, encarnando al médico Stockmann, es un reto maravilloso. Ellos dos son la base de esta lucha de dos grandes hombres que defienden sus verdades. El resto de los actores, algunos con más experiencia como Israel Moreno y Juan Carlos Ogando y otros muy jóvenes son sumamente profesionales y con muchas ganas de aprender y madurar, requisitos indispensables, y muchas veces olvidados, en este difícil oficio. Estoy contento y orgulloso tanto de ellos como de la ficha técnica. Eva Ivanyi y Cape Grillet fantástica en el vestuario como siempre, Gabriel Figueira en la música, Valentina Sánchez en la iluminación y confieso que  quedé enamorado de su trabajo luego de “Hamlet”, Altair Castro en la parte audiovisual y la producción de Claudia Camacho. 
 -¿Con qué montajes viene Skena durante lo que resta del 2013?
-El 14 de septiembre estrenaremos El Mago de Oz, un musical infantil del cual tengo muchas expectativas pues es mi cuento favorito. Contará con algunos de los actores con los que trabajé en “Godspell", con miembros de Skena y un perro en escena que esperamos sean la delicia de los pequeños y de los grandes.
ACTOR DE LEYENDA
Jorge Palacios (Sevilla, 01. 01. 1940) es actor, director, productor y empresario teatral, pero además ha contribuido con su consecuente y calificado trabajo profesional al desarrollo del teatro, la televisión y el cine venezolanos, hasta convertirse en todo un personaje de leyenda, pero de carne y hueso. Hacia 1958 comenzó como actor en los Festivales de Palma de Mallorca con El Gran Teatro del Mundo de  Calderón de la Barca, pero en 1971 se vincula al teatro venezolano, al actuar en el montaje La tigresa de Edward Albee, dirigido por Román Chalbaud. Su más reciente  trabajo fue El gigante de mármol, de Luigi Sciamanna. Tiene además un récord envidiable de caracterizaciones para la televisión  y el cine locales.

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