sábado, marzo 17, 2012

Pigmalión 2012 en Caracas


Hay fiesta en el teatro venezolano, aún en medio del duelo por los mutis de sus autores y actores. Y la alegría que se palma, a pesar de las ausencias, es porque otro criollo, nacido en Ciudad Bolívar (1958) logra ver en un escenario caraqueño a una de sus piezas más desgarradas, y porque Isaac Chocrón (1930-2011), Francisco Alfaro (1950-2011) y Germán Mendieta (1960-2012) serían los primeros en festejar ese estreno que fortalece el desarrollo de una dramaturgia hondamente comprometida con la incesante búsqueda del amor, ese alimento infaltable para la felicidad. Y ellos, precisamente ellos, fueron luchadores por y para eso que solo justifica la vida misma.
 Nos referimos a José Simón Escalona Acosta -actor, director, dramaturgo, gerente y productor teatral, además de destacado guionista y productor exitoso de telenovelas- cuyo texto De todas todas (2007) llega a la sala Escena 8 el próximo 22 de marzo, gracias a la dirección y las actuaciones de Javier Vidal y Gonzalo Velutini y Nacho Huett, respectivamente, y por intermedio de la producción del grupo Theja.
De todas todas, según palabras del propio autor, permite, otra vez más, la dramatización del mito de Pigmalión, pero en esta ocasión la Galatea es un joven muchacho, porque es una especie de chispeante melodrama sobre temática homosexual, un texto serio como solo lo habría escrito Chocrón, el mismo de La revolución (1971), La máxima felicidad (1975) y Escrito y sellado (1993), obras insuperables hasta ahora.
Escalona Acosta, quien se asume como alumno de Chocrón, plasma en De todas todas  como el personaje “Señor” revela, en medio de los preparativos de una cena para conocer a la posible nueva contrincante, el amor furtivo, secreto, escurridizo e imposible, que él mantiene, desde hace 10 años, con  aquel “Joven”, el segundo personaje
-¿Otra pieza sobre la temática gay?
-No la definiría así, tan taxativamente, más bien diría que es una reflexión que propongo al público sobre el amor, sobre esa maravillosa relación que todos los seres humanos conocemos, pero que ahí, en mi pieza, habita en cuerpos masculinos y no en las tradicionales parejas heterosexuales, porque es la audiencia quien debe responderla o seguir interrogándola sobre la identidad y la ética de la convivencia. No es, por supuesto, para homofóbicos ni nada parecido.
-¿Por qué De todas todas?
-Estoy escribiendo teatro desde 1977 cuando debuté con El último grito de las ánimas. Hasta 2009 con Ejecutivas había entregado una docena de textos. Y sobre la temática gay, como has preguntado, llevo cinco: Cuatro esquinas (1979),Marilyn, la última pasión (1983), Jav y Jos (1985), A María Queras la llaman Mari (1999) y De todas todas (2009). Son 11 piezas las que he visto representadas hasta ahora.
-¿Qué pasa con De todas todas?
-De todas todas pertenece a “La trilogía de las expectativas”, a la cual, mi amigo Javier Vidal, llama “La trilogía de las esperanzas”. Él así les da un cierto sentido más espiritual. Cuando hablo de expectativas es por que soy más terrenal, más discreto con todo lo que tiene que ver con la vida humana y su cotidianidad. Él les da un sentido de trascendencia con la palabra esperanza, lo cual se lo agradezco infinitamente, pero en la realidad, para mi, las expectativas son formas de esperanzas, quizás un poco menos sublime.
-¿Hace énfasis en el amor y no tanto en el sexo?
-Creo que la forma de amor que propongo en De todas todas es importante que la comprenda todo el mundo, o sea los espectadores, y no solamente las parejas homosexuales o los gays solitarios. De alguna manera le digo a los gays que dentro de sus relaciones de pareja debe haber una conexión o una forma de amor que a veces trasciende o debe trascender lo sexual. Y eso hay que explicarlo bien y hacerlo entender, porque es muy fácil decir que a los 60 años debes seguir enamorado y seguir amando y que ese amor hay que seguirlo alimentando diariamente, porque cuando se envejece no se puede quedar sin amor, y esto también es con los heterosexuales.
-¿No da respuestas, hace propuestas?
-Sí, lo que hago es plantear una serie de incógnitas que estremecen al público y los obliga a encontrar salidas o respuestas, sino lo hacen de inmediato quedan picados o preocupados. El amor no termina a los 60 y lo muestra una pareja tan extraña como la que plasmo en De todas todas y no es un asunto social, no es un asunto que tiene que ver con las clases o con la marginalidad, ni tampoco con la homosexualidad o con el no reconocimiento o aceptación o con estar afuera o dentro del closet. No tiene nada que ver con eso, sino que al gay no le deben importar los demás sino que la aceptación comienza con el mismo gay.
Expectativas o esperanzas
Escalona, de fácil verbo didáctico, advierte que “básicamente lo que trato de demostrar con mi trilogía es que hay distintos tipos de relaciones o de formas de amar. En el principio de mi trilogía, De todo corazón (1995) es básicamente una reunión de corazón de dos personas que fueron amigas, tenían relaciones sexuales, y cuando están en la crisis de los 40 años, después de separarse de sus parejas heterosexuales, se reencuentran en esa crisis, una  crisis que es una expectativa, por eso llega De todos modos (2003), sobre una mujer en los 40 años que pretende crear un monstruo con los dos amantes que ha convocado, pero como no los puede sumar, decide jugarse todo a esa suerte con una relación con esos dos muchachos, para satisfacer una parte de la relación, en lo sexual al menos, y ahora tenemos en escena a De todas todas donde lo que se busca es la compañía, pero aquí hay una relación que es una forma de amor. Lo lindo de esta pieza es que es el personaje “Señor” está convencido que tiene una relación profunda, tanto de amor como de sexo con “Joven”, mientras que este piensa que tiene una extraordinaria relación con “Señor” desde lo que este ha significado para su vida hasta llegar a ser lo que es hoy, pero sus expectativas sexuales son distintas a las de “Señor”. Ahora “Joven” se quiere casar y tener hijos, porque él, como lo explica a lo largo de la obra, no es gay. Sin darse cuenta que si quiere tener un futuro con esa relación, él ya es un gay porque se siente plenamente satisfecho por su relación con “Señor”. Y lo más interesante de esta obra es que el espectador o el público o la audiencia no saben ¿dónde termina la verdad y donde comienza la mentira? ¿Será que “Joven” no quiere reconocerse como homosexual? ¿Será una verdad o una mentira? ¿Será verdad que “Señor” tiene una relación sexual tan profunda con “Joven”, o la verdad es que su relación es solamente espiritual por la necesidad de compañía?

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