miércoles, septiembre 28, 2011

Diógenes Escalante en su libro

¡Nunca sospechamos que llegaríamos tan lejos: somos parte del colofón del más reciente libro de Javier Vidal Prada! Diógenes y las camisas voladoras salió de la escena del teatro Trasnocho y se convirtió en libro de 74 páginas, impreso por Editorial Melvin, C.A.-producido por MJM Producciones- y cuya presentación o “cristiano” bautizo se realiza el jueves 29 de septiembre en la libreria El Buscón, después de las 6:00 PM.
Javier Vidal Prada, autor actor, director y polemista tiene ya en su haber nueve obras teatrales editadas y siete más esperando la imprenta, además de tres ensayos y dos novelas y un poemario. Una bibliografía nada despreciable y para satisfacer a su fanaticada acaba de imprimir el texto de su más reciente montaje, el cual ademas protagoniza.
El prefacio de esta nueva publicación, la cual enriquece a la gran biblioteca del teatro venezolano, esta suscrito por ese patricio de la política y el periodismo venezolano que es Simón Alberto Consalvi. Él anota o revela como la mitología de Diógenes Escalante ingresó al teatro, y lo ha hecho de manera excelente. “Javier Vidal escribió un texto, Diógenes y las camisas voladoras, que define como un teatro de no ficción,más no histórico”.
El periodista Consalvi, quien sabe muy bien sobre lo que escribe y porque lo hace, concluye su comprometido artículo, subrayando que sean absurdas o temerarias las hipótesis de entonces y de ahora, la crisis mental de Diógenes Escalante, tan inteligentemente recreada por Javier Vidal, desató los demonios de la política. “En suma, fue una mitología. Historia, biografía, novela, teatro, todo es uno en Diógenes Escalante. En 1945 volaron las camisas de todo el mundo”.
Cabe recordar que Diógenes y las camisas voladoras se hizo verbo y conmovedoras acciones escenicas desde el 1 de julio de 2011 en el teatro Trasnocho Cultural bajo la precisa dirección de Moises Guevara, una pulcra produccion de MJM Producciones con Javier Vidal como Diógenes, José Miguel Do y Jan Vidal Restifo en los roles de Coleguita (Ramón J. Velásquez) y Secretario (Hugo Orozco), respectivamente.
Y para que los lectores se enteren de cual ha sido nuestra colaboración en el nuevo libro de Vidal Pradas, republico aquí el artículo que publicamos el 6 de agosto en el diario Últimas Noticias, presente además en mi blog y hace ya parte de mi libro Teatro 2011/Apuntes para su historia en Venezuela, que ha ingresado a la imprenta.
Los soportes de Diógenes
Tres personajes ocupan la escena y dialogan. El secretario Hugo Orozco, el coleguita Ramón J. Velásquez y el mismo candidato presidencial Diógenes Escalante diseñan la campaña para ocupar el Palacio de Miraflores, durante el lapso 1946-1951, desde un salón del caraqueño hotel Ávila, en la mañana del 2 de septiembre de 1945.
Al día siguiente explota la tragedia: el político no puede acudir a su crucial cita con el presidente Medina, porque ve como sus camisas salen volando por la ventana de su habitación y con ellas se esfuman sus aspiraciones para ser Jefe de Estado y además la posibilidad de llevar a Venezuela hacia un auténtico experimento democrático.
Esos tres caballeros convertidos ahora en entes teatrales no son de ficción, pero sí sus diálogos, y están encarnados por Jan Vidal Restifo (22), José Miguel Dao (23) y Javier Vidal Prada (58). Protagonizan al espectáculo Diógenes y las camisas voladoras, el cual, bajo la precisa dirección de Moisés Guevara, hace temporada en Teatro Trasnocho, y permite a los espectadores palpar un suceso que alteró el rumbo de este país.
Diógenes Escalante es un personaje trágico en una situación cómica. La sencillez del tramado dramático abre el complejo tema del azar y la necesidad. La pretensión del autor-actor es el entretenimiento por encima de cualquier lección de ética, tomando en cuenta que la evasión y el divertimento son dos de los más importantes mandamientos de la deontología teatral.
Vidal Prada es, por supuesto, el teatrero del momento. Ha escrito un conmovedor teatro político y además de ser el protagonista del espectáculo da la replica a su hijo y al otro comediante, en ese ritual que recrea un suceso donde cambió algo más que la agenda política de un país en tránsito hacia una esperanza.
Sobre Vidal Prada se ha dicho todo lo bueno, pero hay que resaltar que cuenta con dos sólidos soportes para la performance global: el habilidoso Dao, signado por una inquebrantable búsqueda de sus posibilidades expresivas, adquiridas en espacios más heterogéneos del quehacer actoral, desde un marcado interés por aprehender las prácticas del clown y la improvisación, hasta un acercamiento académico a las técnicas formales de las artes, todo lo cual le ha permitido experimentar con los más diversos géneros teatrales; mientras Vidal Restifo, estudia comunicación social y anda en los avatares escénicos desde 2005, tiene ahora una responsabilidad más contundente.
Sin ellos el espectáculo no seria posible, por supuesto, y así lo asumieron, haciéndose indispensables, como fueron los personajes históricos que han revivido ahora convincentemente.
Recordamos que el descamisado político nunca recuperó la razón y falleció el 13 de noviembre de 1964, en Miami. Orozco hizo carrera diplomática y vivió hasta el 26 de octubre de 2003. Velásquez, a caballo entre el periodismo y la política, sustituyó a un corrupto Presidente de la República y ahora, con sus 95 años, no olvida lo que ocurrió en aquel hotel.


Alegría y Mapulin en Guanare

Alegría y Mapulín, hermoso espectáculo musical para el disfrute de toda la familia, llevado a las tablas por el Taller Permanente de Formación actoral del Teatro Estable y la Compañía Regional de Teatro de Portuguesa, se estará presentando en Guanare, estado Portuguesa, del 30 de septiembre hasta finales de octubre, en el Complejo Teatral de Occidente “Herman Lejter”
Alegría y Mapulín son dos eternos e inseparables amigos que emprenden un largo viaje al país de Nunca Acabar. No tienen prisa por llegar, porque nunca se acaba. Además, es un país maravilloso, está lleno de teatros y de espectadores. De una inmensa vitrina llena de muñecos de trapo, sutil evocación de Zobeyda, la muñequera, se escapan estos dos personajes para vivir una aventura única e irrepetible. En su largo camino, montados en el carro maravilla, se encontrarán con la terrible e insaciable Señora de la Censura, con el Soldado que busca un general y con sus Dobles, hasta caer dormidos en el país de la Gramática donde serán rescatados por los espectadores, que guiados por el mago del Rap: Próspero, les indicarán los pasos para llegar a ese lugar, “donde la libertad es libre y prisionera al mismo tiempo”
Alegría y Mapulín, que es la única pieza teatral escrita por Carlos Giménez, es protagonizada por Edilsa Montilla y Roimber Peraza, acompañados por los alumnos del Taller Permanente de Actuación-2011 y bajo la dirección de Aníbal Grunn. Es una nueva opción para los pequeños de la casa en este regreso a clases. Una obra que no deben perderse, un espectáculo musical con las actuaciones de Karelis Salazar, Milagros Montaña, Jorge Barrios, Alex Azócar, Carlos Mendoza, Carla Arroyo, Génesis Guanay, Johan Vargas,Lucy Ojeda, Rosairis Pérez, Rosa Grisman, Isdania Maluenga.
El público infantil y también los adultos podrán disfrutar de esta obra a partir del viernes 30 de septiembre, sábado 1 y domingo 2, hasta finales de octubre a las 7:00 PM. Esta actividad teatral está auspiciada por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, el gobierno socialista del estado portuguesa a través de ICEP
Objetivos
Para el director Grunn, Alegría y Mapulín es un texto maravilloso, donde además de instruir, se divierte a los niños. El objetivo fundamental de la pieza: mostrar el mágico y maravilloso mundo del teatro. Jugar con las palabras y enseñarles su significado”.
“Siempre he intentado realizar una puesta en escena sencilla, pero llena de sorpresas y trucos. Algunas veces Prospero fue un mago de verdad, en otras oportunidades un superhéroe y en este ultimo montaje es como un cantante de rock, pero en versión muy teatral. Todas las herramientas del teatro están puestas a la orden del espectáculo, no para impactar, sino para sorprender y mantener la atención de los pequeños espectadores, divirtiendo a su vez a los adultos”.
“No se si realizaré alguna otra versión, pero no me niego a ello. Posiblemente sea así... el teatro, como esta obra de Carlos Giménez es eterno e infinito en sus propuestas. Alegría y Mapulín, el País de Nunca Acabar y el Libro de Cuentos Inmortales, con todos los personajes que guarda en su interior, son una tentación para cualquier director de teatro”.
Montajes
La historia de Alegría y Mapulín la cuenta ahora su director Aníbal Grunn:
- En el año 1984, Carlos Giménez, sorpresivamente me entregó un libreto escrito a máquina de una obra de teatro, en la primera página tenía una dedicatoria: “Para un colega con todo el cariño que nos une por el teatro” Y me dijo: “Léela, si te gusta podemos montarla”.
La leí, me gustó muchísimo y decidí montarla. Pensé sólo en tres actores: Elba Escobar, Aroldo Betancourt y Elio Palencia. Utilizaríamos la multimedia y Carlos Castillo, el cineasta, haría toda una película que se proyectaría sobre una pantalla de tiras blancas, por donde los personajes entrarían y saldrían de escena provocando el efecto de “linterna mágica” La idea: pasear por toda la geografía venezolana, en donde estos personajes se encontrarían con los estantes. Gisela Pérez Guzmán produciría el espectáculo. Y las canciones serían con letras de Yolanda Tarff y música de Leonardo Small.
-Junio de 1984: por primera vez el Ateneo de Caracas entra en huelga, los empleados se niegan a seguir trabajando si no se les paga. 45 días de paro, todos los proyectos se caen. El primer intento de montaje de Alegría y Mapulín desaparece.
-Marzo de 1985: Carlos Giménez, ya retirado del Ateneo de Caracas, tras el incidente conocido como “El Macondazo”, vuelve a proponerme el montaje de su obra. Esta vez, no pensé en la multimedia, era demasiado cara, pero contaba con el elenco estable de Rajatabla: Pilar Romero, Jorge Luis Morales, Cosme Cortázar, Pedro Pineda y Luís Garbán. También son por ese entonces alumnos del taller: Daniel Uribe y Nira Parra. No había canciones ni bailes. La escenografía de Rafael Reyeros, los telones pintados a mano por Cosme Cortázar y toda la utilería de Ramón Pérez Pina. La iluminación era de David Blanco Teníamos efectos especiales en vivo, sonidos, sorpresas, realizados por Vicente Tepedino y William Cavalucci. Se estrenó en la sala Anna Julia Rojas y éxito de público fue extraordinario. Recorrimos varias salas de Caracas: Cadafe, Teatro Municipal, entre otras y luego realizamos una gira muy grande por toda Venezuela.
Anécdotas
Hay varias anécdotas que aquí evoco:
-Diez años después, Pilar Romero, al frente del proyecto Teatro Nacional Juvenil de Venezuela, me pide remontar la pieza con los jóvenes integrantes del Núcleo Zulia. Se hacen las audiciones correspondientes y mi propuesta es que sea totalmente musical. Ella misma escribe las letras y Juan Marcos Blanco, compone la música. Más actores en escena, una propuesta diferente con vestuario de Máximo Capecci, diseño de luces de Alfredo Caldera y coreografías de Yasmín Villavicencio. Los actores: Eleuterio Castellanos, Laura Petit,Leonardo Velásquez, Rosa Portillo, Marcos Durán, Carlos Garzón, Robert Hernández y Mauristania Guerrero.
-Nuevamente se repite el éxito, estreno en Maracaibo, viajes Barcelona, Caracas, Maturín, Guanare. Al año siguiente se repone con el elenco del TNJ, Monagas.



sábado, septiembre 24, 2011

Así sea o contra los matagaís

Por maricón y comunista lo matan a balazos durante la madrugada del 17 de agosto de 1936, en Fuente Grande, al pie de un olivo, en el camino de Viznar a Alfacar. Es el pretexto de los fascistas franquistas, por ser el intelectual más brillante de la España Republicana y se llama Federico García Lorca. Los iraníes Mahmoud Asgari y Ayaz Marhoni, de 18 años, son ahorcados en público el 5 de julio de 2005, en Mashad, Irán, por violar a un adolescente de 13 años, pero, según los defensores de los derechos humanos, los ejecutan por ser homosexuales.
Una escusa política y otra religiosa para cegar vidas humanas, son estas algunas de las acciones dramáticas que integran la obra teatral Amén, por la cual Elvis Chaveinte, Fedora Freites, Paúl Gámez y Yuruby Soto se dejan fascinar ante la labia del director Vladimir Vera y le dan vida, dentro de sus excelentes condiciones histriónicas, a todos los patéticos personajes que crea el catalán Carlos Be para su pieza, la cual hace temporada en la sala experimental del Celarg. No les es cómodo ni fácil asumir aquellos roles porque la temática de la pieza es una severa denuncia contra la homofobia, especialmente en España, Irán y Estados Unidos, y sus personajes son, fundamentalmente, homosexuales.
García Lorca asesinado

Amén es una pieza teatral no convencional ni académica que da total libertad al director y sus actores para cuya representación sea creativa y por ende original. Nada de una primera propuesta de montaje por parte del autor Carlos Be, quien todo lo deja a la comprensión de la temática y la fuerza de las imágenes que manan de sus textos y donde todo esta conectado para resaltar como se violan los derechos fundamentales de seres humanos por su orientación sexual, como se irrespetan los deseos de los ciudadanos que conforman a las sociedades contemporáneas y como se atropellan sus libertades y, por supuesto, el inevitable deterioro de los viejos dogmas morales, sustentados a su vez en predicas hipócritas de la Iglesia Católica Apostólica Romana, que ante los inocultables escándalos pedófilos solo atinan pronunciar el mecánico “amén”, ese maquiavélico “así sea”. Fina e inteligente arenga escénica.
Carlos Be, laureado dramaturgo de la nueva generación teatral española, usa su texto para compendiar los agravios más sonados en contra de los homosexuales en los últimos tiempos: en 1936, es asesinado el reconocido poeta García Lorca; de qué manera en 1954, 5.000 personas son encarceladas en España por mostrar una orientación sexual diferente; como en 2005, en Estados Unidos de América se trata de acallar el escándalo de abuso sexual a menores de edad por parte de los clérigos de la Iglesia Católica, entre otros. Y la perla de todo ese ramillete de insultos homofóbicos es el “ajusticiamiento” de dos muchachos gays en Irán. Y para que todo aquello quede hilvanado se les integra a un bufonesco show televisivo madrileño centrado en los avatares hispanos para aprobar sus leyes gays de matrimonio y adopción. Como Venezuela no podía quedar por fuera de ese “rosario”, se usa como prólogo una grabación sobre los enemigos de los proyectos de leyes de la igualdad que la comunidad gay ha llevado ante la Asamblea Nacional.
Es un largo cuento sobre víctimas y victimarios, sobre la supuesta felicidad incluso a costa del otro, para mostrar la constante violación de los derechos humanos de los homosexuales.
Queda recordar que existe un Amén cinematográfico y es el largometraje de Costa-Gavras, exhibido desde el 2001, que plasma la complicidad de El Vaticano y varios países del mundo para tolerar que el régimen hitleriano exterminara a los judíos antes y durante la Segunda Guerra Mundial y está basada en la obra El Vicario de Rolf Hochhth.
Mapplethorpe y Caravaggio
El director Vera utiliza un espacio bifrontal para plasmar su puesta en escena de carácter hiperrealista y jugada con un vestuario irritante, por la ambigüedad de sus elementos, usando copias de fotografías del bisexual Mapplethorpe para decorarlos, y buscando con los movimientos escénicos que sus actores hicieran composiciones similares a las pinturas eróticas del gran pintor homosexual Caravaggio.
Hay, pues, una propuesta estética preciosista para mostrar el nada grato drama de Amén, el cual logra momentos sublimes por la teatralidad de las escenas sobre los iraníes, una combinación de video e histérica perorata de una defensora del exterminio de los gays o gais, y el dantesco encuentro del verdugo y el poeta antes de la ejecución. No queda duda que estamos ante un artista que ha depurado su lenguaje a lo largo de los cinco montajes exhibidos en las dos últimas temporadas.
De las actuaciones placenteramente resaltamos la laboriosa tarea de Chaveinte y Gámez en sus variados roles, para lo cual reciben apoyatura fundamental por parte de Fedora y Yuruby. Es una cuarteta de talentosos comediantes en complejos roles.
Homofobia habemos
La homofobia, conducta social generalizada en Venezuela y personalizada con el remoquete de “cazalocas” o "matagays" o "matagais", no es otra cosa que rechazo, odio, prejuicio publico, privado o solapado en diversas conductas o manifestaciones culturales, contra hombres y mujeres cuyas conductas sexuales no se ciñan a los dictados ortodoxos de las religiones y leyes. En resumen es la persecución de homosexuales o gays, bisexuales, transexuales y hasta los tan mediatizados metrosexuales, la cual puede, incluso, llegar hasta la muerte, encarcelamiento y otros daños físicos, morales o económicos, de quienes practiquen esos “vicios” que la sociedad repudia, aunque las leyes digan otra cosa. Se calcula que cada dos días una persona de conducta homosexual es asesinada en el mundo debido a actos violentos vinculados a la discriminación sexual. Aquí en Caracas, recientemente, fueron eliminados tres travestis por una organización que los explotaba. Amnistía Internacional denuncia que más de 70 países persiguen aún a los homosexuales y ocho los condenan a muerte.
Artículo 21
Las leyes no cambian fácilmente a los seres humanos pero hay que recordar que en la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela, en su Artículo 21, se dice esto: “Todas las personas son iguales ante la ley; en consecuencia: No se permitirán discriminaciones fundadas en la raza, el sexo, el credo, la condición social o aquellas que, en general, tengan por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de igualdad, de los derechos y libertades de toda persona”

Los 81 de Isaac Chocrón

“Guapear, Edgard, es lo que he estado haciendo durante los dos últimos años. Pero no me vayas a proponer una entrevista, tu sabes todo lo mío y puedes hacer una nota con motivo de mi 81 cumpleaños, la cual te agradezco”. Así fue el diálogo con el amigo Isaac Chocrón el pasado domingo, mientras la imprescindible Sara lo acompañaba en su residencia con algunos visitantes como Belén Lobo y Victoria de Stefano.
Nacido en Maracay, el 25 de septiembre de 1930, en un hogar sefardita, fue criado en la religión judaica y desde niño participaba en las grandes fiestas de la comunidad. Aprendió a leer fonéticamente el hebreo, porque ya tenía la chispa del teatro por dentro, para su Bar Mitzvab. Eso gustó tanto a unos judíos religiosos que le ofrecieron a su papá una beca para que el niño terminara sus estudios en Estados Unidos y de esa manera él sería el primer rabino nacido en Venezuela. “Mi papá Elías al escuchar tal propuesta, me mando a estudiar a una escuela militar estadounidense… y todo el mundo sabe lo que pasó después. Pero con el paso de los años, me he dado cuenta de que Dios para mí es como la luz de una vela o como la luz del Sol. Es una esencia, que de alguna manera me dirige y me da confianza. Creo que mi manera de comunicarme con Dios es escribiendo”.
Su periplo teatral comenzó cuando Romeo Costea, durante la temporada caraqueña de 1959, le montó Mónica y el florentino. Antes, en 1956, publicó Pasajes, su primera novela. Desde entonces no ha parado, ni sus enfermedades han podido detener su carrera de escritor de éxitos teatrales y literarios. Y ahora que festeja su 81 aniversario, conviene recordar que todas sus piezas están “envenenadas”, tienen contenidos duros o pesados para que el público los descubra, los saboree y termine aceptándolos. Ya lo hizo con Asia y el Lejano Oriente, Okey, La revolución, Mesopotamia, Escrito y sellado, El acompañante y Solimán, el magnífico, entre otras obras.
Para digerir bien su teatro, hay que recordar, como lo escribió el poeta Leonardo Padrón, que es uno de los pocos venezolanos que pudo elegir lo que iba a hacer con su vida. Escogió el teatro, quizás, porque, como dice Oscar Wilde, "es inmensamente más real que la vida". Seleccionó su manera de ejercer el amor. Renunció a una carrera académica para casarse con su propia imaginación. Uso la escritura como oxígeno de sus pulmones, pero sobre todo eligió no traicionarse jamás. Desde siempre no ha dejado de provocarnos con sus más de 20 piezas, siete novelas y sus libros de ensayos. Además enseñó, que siempre tenemos dos familias: con la que se nace, la sanguínea, y la que elegimos, a partir de la amistad y los afectos.
La vida dura con la familia sanguínea, la pasión y el amor con la familia elegida, la resistencia para seguir viviendo y la muerte, como conclusión de todo lo hecho y de lo no realizado también, han sido sus fantasmas. Y él los ha llevado a la escena. Por eso es el gran patriarca del teatro venezolano.

sábado, septiembre 17, 2011

Caracas recordó el 9/11

El pasado domingo, mientras en Estados Unidos de América y otras naciones se rendían emotivos y espectaculares homenajes a los 2977 víctimas del atentado terrorista, o conspiración, del 11 de septiembre de 2001, aquí en Caracas, veinticinco espectadores (11 hombres y 14 mujeres), además del sonidista-iluminista y su asistenta, acompañamos a las actrices Lenni Márquez y Valeria Castillo en un especial recordatorio teatral para esos muertos y ,en especial, por los cinco venezolanos que perecieron en las Torres Gemelas de Nueva York al estrellarse contra ellas sendos aviones secuestrados por extremistas o kamikases. Fue en la sala María Teresa Castillo, de la nueva sede del Ateneo de Caracas (frente a las instalaciones de Venevisión), con el espectáculo Monstruos en el closet, ogros bajo la cama, texto de Gustavo Ott puesto en escena por Consuelo Trum.
Cinco venezolanos
¿Fue atentado terrorista o conspiración de ultraderecha lo que provocó el derrumbe de las Torres Gemelas de Nueva York durante la mañana del martes 11 de septiembre de 2001, además de que otros dos aviones se estrellaron en el Pentágono y en un campo de Pensilvania?
Imposible dar ahora una respuesta convincente para tranquilizar no solo a los familiares de las casi tres mil victimas. Hay que esperar que ese trágico suceso sea aclarado lo suficiente para pasar la página y cerrar así esa trágica historiografía, donde incluso los venezolanos Howard Boulton, Jenny Low Womg, Natalie La Cruz y Eduardo y Anabel Hernández perecieron. Quedan, pues, las dudas, pero ellas se disiparán más temprano que nunca.
No es comedia
Mientras tanto, hay que recordar como la caraqueña Fundación Teatro Repico estrenó el 5 de agosto, en el Espacio Alterno del Trasnocho Cultural, a Monstruos en el closet, ogros bajo la cama de Gustavo Ott (1963), que es, como este célebre e internacional dramaturgo venezolano lo ha comentado,”una pieza sobre las víctimas y no sobre los culpables”.
Pero, por esos desgraciados avatares del teatro comercial (exige apreciable ingreso promedio de taquilla y actores con fresco rating), el montaje fue retirado el 28 de agosto antes de cumplir la programación ofrecida hasta el 2 de octubre.
Carmen Ramia, directora general del Ateneo de Caracas, metió la mano e invitó a la agrupación desalojada para que llevara su montaje a la recién inaugurada sala, la cual rescata la memoria de una ínclita luchadora por el desarrollo cultural del país, donde permanecerá hasta principios del próximo mes.
Gracias, pues, a no tener abultada taquilla ni ser “una comedia” ni tampoco exhibir “estrellas” de la TV, es que tan estremecedora pieza “voló” desde Las Mercedes hasta la colina de Los Caobos (Venevisión), no obstante hicieron 12 representaciones antes de ese imprevisto mutis.
Monstruos en el closet, ogros bajo la cama es un estremecedor homenaje sobre esas edificaciones neoyorquinas, las cuales, gracias a la magia del teatro, toman vida y con sus palabras logran revivir sus últimos y fatales momentos. La Torre Norte y la Torre Sur se convierten en narradoras de esa mañana trágica que terminó con su destrucción total. Logran sintetizar al que se sentó por última vez detrás de uno de los escritorios de las centenas de oficinas de ese complejo financiero y comercial, al pasajero del avión que llamó a sus seres queridos para despedirse, al bombero rescatista enfrentado a la muerte y a su propio sacrificio, y también al que preso de la desesperación decidió lanzarse al vacío para no morir entre las llamas.
Las Torres y todas las víctimas de ese 11 de septiembre quedarán para siempre grabadas en la historia y en nuestra memoria, gracias al talento dramatúrgico de Ott y las precisas y múltiples actuaciones de Lenni y Valeria, conducidas por la directora Trum.
Consuelo Trum dice que el autor no le hizo ninguna recomendación, hablaron acerca de la obra y que ella le comentó acerca de quiénes quería poner como Torre Norte y Torre Sur. “Él estuvo siempre pendiente pero nunca quiso meterse en mi trabajo. Sentí siempre muchísima confianza de parte de el, cosa que agradezco enormemente y me hace sentir aún más responsable porque ambos queremos decir las mismas cosas y sentimos lo mismo por este terrible suceso”.
El montaje, en un espacio rectangular, logra crear, apoyado en una pista sonora con el ruido de los aviones y unos modestos videos, una atmósfera de expectativa con trágico final anunciado, la cual conmueve al público, quien mira absorto como las Torres relatan su tragedia y a su vez personifican a las victimas. Todo ese ritual no dura 50 minutos, tiempo más que suficiente para sentir el horror de todos aquellos seres humanos condenados sin tener culpa alguna.
Es un importante espectáculo, que gracias a las correctas actrices y la controlada directora, advierte sobre el horror de toda esta civilización que si es capaz de autoinmolarse por sus desenfrenadas políticas de dominación y de insaciables mercados.
Las víctimas
Monstruos en el closet, ogros bajo la cama
fue escrita por Gustavo Ott, después del 11 de septiembre de 2001, porqué él conoció a algunas de las víctimas, durante una visita que hizo a una oficina de las Torres días antes del atentado, o la conspiración, y es ahora que se le representa en Caracas y posteriormente por sendos elencos en México y Washington."Mi obra es fundamentalmente sobre el tema de las víctimas, que siempre se nos deshumanizan, quizás porque nunca las percibimos por sus atributos personales, sino a través de sus circunstancias terribles. Para mí, nada tan heroico como el abatido. Los vencedores siempre me han parecido un poco despreciables, quizás por culpables. Uno de los comentarios que oigo en Washington –y lo que me dicen desde México- es que la gente lo que quiere es hablar sobre el tema de la conspiración en el atentado; que si fue la CIA o que si Osama Bin Laden fue empleado por el Pentágono, etcétera. Pero Monstruos en el closet, ogros bajo la cama, precisamente, es una pieza sobre las víctimas, no sobre los culpables. Sin embargo, a todos los que saquen el tema de la conspiración -y sobre la autoría de los atentados- es bueno hacerles notar que la obra no trata sobre eso. Pero que, además, es ridículamente perturbador que, frente al tema de la víctima, la gente no deje de hablar sobre los culpables, con sospechosa pasión. ¿Será que esas personas no ven el tema de la víctima porque tienen un deseo irrefrenable de anunciarse como culpables?

Sin plan B

Desde el 17 de junio genera polémica en los escenarios caraqueños, primero en BODCorpbanca y ahora en Premium, un nada corriente espectáculo Como vaya viniendo, donde interactúan el escritor Ibsen Martínez y el comediante Franklin Virgüez. Curiosa pareja de venezolanos que se aproximan veloces a sus primeras seis décadas de existencia, quienes vivieron lo mejor de la Cuarta República y ahora también están, como espectadores o actores, en el experimento sociopolítico que adelanta el presidente Hugo Chávez.
Como vaya viniendo, puesto en escena con pulcra corrección por Daniel Uribe, es un oportuno y súper ácido comentario teatral bien hilvanado – o benévolo panfleto, como dicen otros- sobre la actualidad sociopolítica venezolana, para lo cual el dramaturgo Martínez trasladó desde la pantalla chica, de la ahora extinguida Radio Caracas Televisión, a la escena teatral al filósofo popular Eudomar Santos, uno de los personajes más recordados de la célebre telenovela Por estas calles, producida y transmitida desde RCTV entre el 25 de junio de 1992 al 30 de agosto de 1994, que encarnaba el mismo actor Virgüez.
Otra novedad que ayuda a digerir la trama de Como vaya viniendo es que Martínez sale a escena, durante unos 30 minutos, para una especie de personalísimo prólogo donde revela como vivió aquellos años y como nació la susodicha telenovela, a la cual algunos sociólogos atribuyen la culpa de la ruina de “la dictadura” de partidos políticos democráticos que dio entrada al fuerte gobierno chavista desde 1999 por la vía electoral. El literato, además de recontar sus cuitas para sobrevivir en las décadas 80 y 90, entrevista al contemporáneo Eudomar Santos, quien además recuerda como fueron sus amores con Eloína Rangel (Gledys Ibarra), lo que hizo o no pudo concretar en los últimos años, y para reiterar, una vez más, que la viveza y la improvisación criollas (como vaya viviendo, vamos viendo) no solo nutren espectáculos, sino que también se usan en la vida cotidiana y ayudan a sobrevivir en este valle de lágrimas y un tanto de risas.
Teatralmente hablando es un sainete donde hay apoyos audiovisuales para exprimir, una vez más, la nostalgia de la audiencia y prepararla ante el discurso inconformista y de frustración del envejecido Eudomar Santos, quien perdió muchas cosas y entre ellas a su afrodescendiente Eloína y se ha ganado la vida con esfuerzos y apuros.
El espectáculo que se caldea, cual si fuese mitin político de junta vecinal, se sostiene por el delirante histrionismo de Virgüez, a quien la madurez lo ha favorecido, en lo físico y lo intelectual, y todo culmina con una arenga que estremece por la verdad y el dolor de su reiteración: no usar ningún plan B y no abandonar jamás a la patria. Y lo remata al declamar el desolador poema La balada del preso insomne de Leoncio Martínez. (Caracas, 22.12.1888/14.10.1941)
¡La ficción compite con la realidad, sin respetar fronteras porque ambas nadan en mundos de fantasía y de humor vernáculos!

La Balada del Preso Insomne
Estoy pensando en exilarme,
en irme lejos de aquí
a tierra extraña donde goce
las libertades de vivir:
sobre los fueros: hombre-humano
los derechos: hombre-civil.
Por adorar mis libertades
esclavo en cadenas caí:
aquí estoy cargado de hierros,
sucio, famélico, cerril,
enchiquerado como un puerco,
hirsuto como un puerco-espín.
Harto en el día de tinieblas
asomo fuera del cubil
bien la cabeza, bien un ojo,
bien la punta de la nariz;
temeroso de un escarmiento,
encorvado, convulso, ruin,
-como ladrón que se robase
sólo el reflejo de un rubí-
por mirar brillando en el patio
el claro sol de mi país.

¡Sol para iluminar ensueños
de vastos campos sin confín,
del cielo abierto a la esperanza
de las alas tendidas. Y
aquí alumbra torvas miserias,
venganzas crueles, odio vil
y un dolor que no acaba nunca
ante otro dolor por venir...
¡Oh la bendita tierra extraña
donde nadie sepa de mí!,
a donde llegue de atorrante
sin ambiciones de Rothschild
con la mediocre burguesía
de que me dejen existir!
Hablaré mal en otro idioma,
comeré bien otros menús,
y alguna tarde arrellanado
en mi sillón de marroquín,
viendo a través de los cristales
un cielo de invierno muy gris,
pensaré en los muertos amados,
en los amigos que perdí,
en aquella a quien quise tanto
con la vesania juvenil
de cuando iluminó mis sueños
! el claro sol de mi país !

Estoy pensando en exilarme,
me casaré con una miss
de crenchas color de mecate
y ojos de acuático zafir;
una descendiente romántica
de la muy dulce Annabel Lee,
evanescente en las caricias
y marimacho en el trajín,
y que me adore porque soy
tropical cual mono tití...
que me pregunte ingenuamente
—¡y yo no la habré de desmentir!—
cómo es cierto que en Venezuela
los coches de la gente chic
los tiran parejas de tigres,
de tigres «tamaños así...»
(y la altura de un elefante
marcará su mano pueril).
¡Qué fantasías desarrolla
el claro sol de mi país!

Mis hijos han de ser gimnastas
con el ímpetu varonil
de quien tiene libres los músculos
libres el pensar y el sentir,
pues nacerán en tierra extraña
y no en la tierra en que nací;
y mis nietos, gigantes rubios,
de cutis de cotoperiz,
bíceps y espíritus de atletas
con volubilidad infantil,
puede que sí se me parezcan,
tal vez tengan algo de mí:
la realidad de mis ensueños,
la mentira de mi sufrir.
¡Pero en vano entre sus cabellos
hundiré mi mano febril,
echaré hacia atrás sus cabezas
y buscaré, sin conseguir,
en el fondo de sus miradas
el claro sol de mi país.

Y cuando ya, siempre extranjero,
descanse más libre por fin,
y tenga lo que a mi me niegan:
la libertad del buen dormir,
en un cementerio evangélico,
cubierto por el cielo gris,
allá que no hay flores al año
sino una vez, mayo o abril,
a falta de la cruz de té,
del nardo, la rosa o el lys,
colocarán sobre mi tumba,
grabado a rasgos de buril,
un versículo de la Biblia
o algunas coronas de zinc.
Y ya muchos años más tarde,
muy cerca del año 2000,
mis nietos releyendo las fechas
de mi muerte y cuando nací,
repetirán lo que a sus padres
cien veces oyeron decir:
—¡y le darán cierta importancia!—
«el abuelo no era de aquí,
»el abuelo era un exilado,
»el abuelo era un infeliz,
»el abuelo no tuvo patria,
»no tuvo patria... ¡Y ellos sí!

¡Ay, quién sabe si para entonces,
ya cerca del año 2000,
esté alumbrando libertades
el claro sol de mi país!

viernes, septiembre 16, 2011

Miguel Torrence:esclavo del teatro

El teatrero Miguel Torrence a sus 71 años tiene recuerdos de días felices vividos y disfrutados. Quisiera haberse ganado el Premio Nacional de Teatro, que otorga el Estado, para decir que ese fue “el más feliz de mi existencia terrenal”.
-¿Pero, cuál ha sido por ahora, su día más feliz?
-Cuando ganamos, con el Teatro Universitario de Carabobo, el primer premio del Tercer Festival Internacional de Teatro de Manizales, realizado entre el 12 y el 19 de septiembre de 1970, con El proceso de Lucullus, de Bertold Brecht. Nos presentamos el 13 y convertimos la sala Los Fundadores en un mercado libre por las características de nuestro montaje, porque recreamos la pieza dentro de un contexto muy latinoamericano. Ahí participaron, entre otros Fermín González y Armando Gota. Aquello es inolvidable, de verdad.
-¿Desde cuándo en el teatro?
-Estudié en la valenciana Escuela Ramón Zapata con el maestro Eduardo Moreno y debute como actor hacia el 11 de octubre de 1960, en un espectáculo con los textos Petición de mano y El aniversario de Chejov. Me dediqué de lleno a la dramaturgia y la dirección y por eso ya contabilizo más de 300 montajes y unas 60 obras escritas.
Como puestista debutó en 1961 y reconoce que “la fecha se me ha borrado, pero no puedo olvidar que era en un espacio abierto en Naguanagua, donde hasta el Ejército tuvo que intervenir para controlar al público entusiasmado por una versión libre de la fábula La bella durmiente del bosque encantado que les mostraba”.
Torrence es clave para el desarrollo del teatro regional, ya que formó notables generaciones de comediantes, como Aroldo Betancourt, Kiddio España y Grecia Colmenares, entre otros, y logró apuntalar el Departamento de Artes Escénicas de la Universidad de Carabobo con la creación del TUC. También ha estado al frente del Compañía Regional de Teatro de Carabobo y, por si fuera poco, es el líder del Teatro Arlequín, con casi 50 años de labores, institución que desde 1993 dispone de una sala para 300 personas, un centro polivalente para las artes escénicas en la capital carabobeña.
Este artista, que ha enfrentado infortunios de toda índole, “porque los enemigos no duermen”, asegura que desde 1960 no ha dejado de teatralizar la cotidianidad y ahora espera editar un libro donde compilará sus creencias estéticas, para iniciar después así una severa revisión de todas sus piezas teatrales, antes de proceder a editarlas. “No he querido editar y después corregir. Reviso y después imprimo”.
-¿Tiene algún hechizo o formula para conservarse vital y vivir más?
-Creo que mi salud es consecuencia de mi esclavitud para con el teatro. Hasta ahora he sido sano, no tengo hechizos ni cosa parecida. No tomo licores, salvo un trago de cortesía en una reunión social. En mi casa comemos sanamente, con poca sal y sin manteca. Disfruto de los vegetales, las verduras y las frutas. El único ejercicio que hago son las caminatas matinales, durante una hora, en el Parque Metropolitano de Valencia.
-¿Cómo ha sido su relación con Últimas Noticias?
-Aquí en Valencia buscábamos con especial pasión a dos periódicos de Caracas, el de Miguel Otero y Últimas Noticias. Este tabloide fue mi gran auxiliar durante muchas décadas, creo que hasta los años 90, gracias a su Suplemento Cultural dominical, el cual fundara el periodista José Ratto Ciarlo, quien estuvo preso por defender la libertad de expresión. Tengo varias carpetas con recortes de los artículos ultimeños.
Mascota
Miguel, quinto hijo de Aracelys Estrada de Torrence y Miguel Ángel, nació en Valencia el 22 de marzo de 1940. Comenzó a trabajar a los 11 años porque tenía que ayudar a mantener su familia, sin descuidar su formación política y cultural, para lo cual tenía como padrinos a intelectuales y políticos como Evaristo y Cayetano Ramírez. “A los siete años yo era la mascota del comité carabobeño del Partido Comunista de Venezuela. Cuando crecí participé en las actividades partidistas y hasta fui guerrillero. Después me distancié por el dogmatismo, pero soy izquierdista irreductible, marxista humanista. Mi formación fue fundamentalmente autodidacta y comenzó temprano, aunque mis padres me quemaron una biblioteca porque me estaba enfermando de tanto leer. Han pasado los años y además dejo como legado mis cuatro hijos, dos nietos y un bisnieto. Los Torrence continúan”.

sábado, septiembre 10, 2011

El juego del siglo XXI

Nunca dejaremos de reseñar que la hiperkinética y pequeña hija de Rosalía Romero jamás sospechó como su obra El juego, premiada en un concurso del Ministerio de Justicia, del año 1976, tendría larga y positiva vida en los escenarios venezolanos y del mundo. Nos referimos a Mariela (Ibarra) Romero, nacida en Caracas hacia 1949, quien con experiencia y talento logró crear un estilo que la caracteriza, al reflejar, en buena parte de sus argumentos, relaciones más que temas y personajes más que situaciones.
Mariela Romero (su nombre artístico) inició su carrera artística como actriz en el grupo Bohemio, tras egresar de la Escuela de Arte Dramático del Ateneo de Caracas. Hoy es dramaturga célebre y afamada escritora de telenovelas. Entre sus piezas más reconocidas, además de El juego, cuenta con textos como Este mudo circo, El juego de los vampiros, El cáncer es curable no lo malgaste, El vendedor, Esperando al italiano, El regreso del rey Lear, Algo alrededor del espejo y El inevitable destino de Rosa de la Noche. También ha realizado numerosas adaptaciones y versiones de los clásicos, lo cual le ha permitido escudriñar los secretos de la estructura dramática.
El juego- estrenada el 23 de julio de 1976 por el director Armando Gota para el grupo Rajatabla, con la participación de la autora encarnando a una de las protagonistas de esa trama- está nuevamente en la cartelera caraqueña, específicamente en el Laboratorio Teatral Anna Julia Rojas, hasta el 25 de septiembre, en funciones de viernes y sábados a las 7pm y domingos a las 6pm. Se trata de una producción de la agrupación Horus Teatro, como parte de los festejos por su primer lustro de actividades culturales, gracias al trabajo apasionado de un valioso y trabajador puñado de universitarios, donde destaca Orlando Alfonzo.
El juego de Horus Teatro, bajo la égida de Jaime Feliu Cervi y con las actuaciones de Patricia Ramírez y Stephania Nevado, recuenta la historia de dos féminas que tienen el mismo nombre: Ana, y quienes además comparten la miseria y la represión impuesta por una figura masculina que las obliga a trabajar para él. La acción dramática se desarrolla en una habitación arruinada y donde la pareja se entrega a un juego de poderes para matar el tedio en que viven y mientras esperan al cruel amo que vendrá a regañarlas y abusar de ellas, crean situaciones, las actúan, y llegan hasta pensar que son reales. Las Anas hacen una especie de teatro dentro del mismo teatro, recurso que les permite revelar, a través de diferentes caracterizaciones, la intensidad de la relación de dependencia entre ellas.
Juzgamos que las actuaciones están en el punto exacto de esa verdad que debe brotar siempre de un escenario donde hay un texto perfecto y correctamente escenificado.
Una vez más, Mariela Romero reitera como la debilidad del oprimido radica en ser opresor de otro tan dominado como él. El juego del poder siempre tiene un perdedor y en el juego de Mariela Romero, también.

Teatro sin religión

Carlos Be no estará en Caracas para el estreno mundial de su pieza Amén. Él reconoce, “sin rodeos”, que este trabajo de Vladimir Vera al frente de Teatro Forte, el cual se mostrará desde el 16 de septiembre en el Celarg, “me brinda la oportunidad irrepetible de apostatar públicamente de la religión católica, desde el único lugar que, tras todos estos años, merece todo mi respeto y mi fe: el escenario de un teatro”.
Con esta declaración, Carlos Be (Villanueva y Geltrú, 4 de noviembre de 1974, provincia de Barcelona, España) no pretende añadir nada a la obra Amén, aunque reconoce que “al mentar a la Iglesia Católica Apostólica Romana me resulta imposible evitar un desagradable regusto a hiel en la garganta. Tampoco me entretendré en justificar mi decisión, de la misma manera que nadie se entretuvo en consultarme el trámite de afiliación a este partido político. Por aquel entonces, mi asentimiento se dio por sobreentendido. Ahora, desestimando semejante arbitrio y acogiéndome a la voluntad que en su momento me fue abolida, apostato. Con esta negación quiero anular, evidenciar y delatar tal imposición”.
-¿Por qué el teatro?
-El teatro, como arte, permite avanzarnos a la realidad, tocar con las yemas de los dedos el mundo que queremos para los nuestros. Si la vida fuera tal como deseáramos, no existiría el arte. Como artista, quiero contribuir a alcanzar esta coyuntura, a pesar de ser consciente de lo implícito y paradójico de tal entelequia: el fin del arte.
-¿Cómo llega?
-Dejé los estudios universitarios de Medicina y Cirugía en el último curso de carrera para dedicarme a mi vocación real: escribir. Durante unos años escribí de todo, y aún sigo haciéndolo, aunque en menor medida. Fue la obra Noel Road 25: a genius like us, la cual, tras recibir el Premio de Teatro Caja España en el año 2001, me inclinaría hacia el teatro. El siguiente hito que consolida esta trayectoria llega con Origami, al obtener el Premio de Teatro Born en 2006 y me lleva hasta Praga, donde participo en su estreno mundial no sólo como autor, sino también como director de un maravilloso elenco de checos.
-¿Cómo enfrenta la creación?
-Con mucha motivación. No puedo escribir algo en lo que no crea.
-¿Claves para su dramaturgia?
-Motivación y verdad. El resto lo concede el tiempo a través de la disciplina y la perseverancia. Y también hay que contar con el riesgo. Oscar Wilde escribe: “Puedo resistirme a todo excepto a la tentación”. En mi caso, literalmente hablando, sería al riesgo a lo que no puedo resistirme. Y, por supuesto, no dejar de leer nunca.
-¿Cómo selecciona temáticas y estructuras?
-Siempre me coloco en los frentes de la opresión, aunque últimamente cuento con poco tiempo para seleccionar temáticas personales pues, afortunadamente, me llegan muchas ofertas para trabajar con mi estilo algunas temáticas ajenas muy interesantes y en las que me apetece mucho sumergirme de lleno.
-¿La dirección le gusta o le atrae?
-Con la Zombie Company he dirigido varias de mis obras y también como director invitado. Éste es el caso, por ejemplo, de Origami en el Teatro Ungelt. Recuerdo especialmente esta experiencia. En Praga recuperé el placer y una esperanza por el teatro que había perdido. Espero tener la oportunidad, a través de los textos y la dirección, de exportar algo de todo lo que allí aprendí.
-¿Satisfecho hasta ahora?
-Mucho. Tanto el teatro como la escritura, cuando se viven como vocación, contribuyen enormemente a la felicidad, la cual se ratifica al lograrse la comunión con el público. No hay palabras para describir lo que sucede en ese encuentro.
-¿Por qué escribe Amén?
-La hipocresía sin límite de la Iglesia Católica Apostólica Romana, el partido político que, a lo largo de la historia, ha acumulado más muertes a sus espaldas. Y el contador no cesa hasta que nosotros no lo paremos. Cierto que Amén se centra en los derechos del colectivo homosexual, pero también en la represión y la manipulación que sufrimos todos por parte de la Iglesia Católica Apostólica Romana. Si tuviéramos que devolverles todo el daño que han provocado, enloqueceríamos ante semejante visión de pesadilla. Dejen de comerciar con la capacidad de la gente para soñar. Basta ya de convertir la felicidad de la gente en dolor. La amputación para modelar a voluntad de otros no crea más que monstruos. Esa ha sido la aportación de este partido político a la humanidad: la mutilación. Basta ya.
-¿Tiene más piezas sobre esa temática?
-En Estamos abiertos a todas las familias, una pieza breve que se estrenará en octubre en un festival italiano, arremeto contra la política de Silvio Berlusconi y sus antecesores. Noel Road 25; a genius like us también aborda esta temática, aunque con un cariz distinto, desde una irreverencia absoluta.
-¿Qué hace ahora?
-Actualmente estoy escribiendo Všechno nejlepší, Phoebe Zeit-geist!, que en español se traduciría como ¡Feliz cumpleaños, Phoebe Zeit-geist! , pieza para el Instituto del Teatro de Praga que se estrenará directamente en checo a finales de esta temporada con un elenco de 12 actores. También está rodándose una serie para televisión basada en mi obra Llueven vacas, con Maribel Verdú, Víctor Clavijo, Laia Marull, Secun de la Rosa, Gloria Muñoz, Pedro Miguel Martínez y Carmen Mayordomo, entre otros actores, y dirección de Fran Arráez. En octubre, una compañía madrileña estrenará Muere, Numancia, muere, texto que podría equiparar a los actuales indignados con los numantinos de antaño; y porque la Zombie Company no sabe estarse quieta, muy pronto subiremos otro estreno a la cartelera de Madrid.
-¿Dónde quedan el cine y la televisión?
-Soy bastante heterogéneo en mis gustos. En general, no frecuento la televisión. En cine, por el contrario, admiro el arte de directores tales como Peter Greenaway, Rainer Werner Fassbinder, Michael Haneke, Alfred Hitchcock, David Lynch, Steve McQueen, Julio Medem, Agustí Villaronga, Billy Wilder y, en un capítulo aparte muy especial, Sergéi Paradzhánov.
-¿Qué conoce del teatro venezolano?
-Por desgracia muy poco y siempre a través de las compañías cuyos miembros residen o han vivido en España, como ha ocurrido con Teatro Forte o Abrapalabra Teatro.
Deterioro de viejos dogmas
La violación de los derechos fundamentales de todo individuo independientemente de su orientación sexual, el irrespeto de los deseos de los ciudadanos que conforman a las sociedades contemporáneas, el atropello de sus libertades y, por supuesto, el deterioro de viejos dogmas morales, son los temas que Teatro Forte trae a la palestra con su producción Amén, donde además revisa los agravios más sonados en contra de los homosexuales en los últimos tiempos. Para este estreno cuenta con los actores Elvis Chaveinte, Fedora Freites, Paúl Gámez y Yuruby Soto. Se exhibe en la Sala Experimental de la Celarg, a partir del 16 de septiembre, viernes y sábados: 8 PM, y domingos: 6 PM.

sábado, septiembre 03, 2011

Si me permiten dos Luises

Desde la temporada 2006 está en escena con su unipersonal No eres tú ¡Soy yo! Ahí Luis Fernández (43 años) ha mostrado y desarrollado su histrionismo para dar al variopinto público una variedad de teatro terapéutico sobre diversas facetas de la vida sentimental, además de la erótica, de hombres y mujeres. Cinco años en cartelera con consecuentes audiencias demuestran que su discurso respetuoso para todas las edades atrapa a los deseosos de conocer o ampliar su información sobre las relaciones de pareja y otras “menudencias”.
Su humor es cerebral, sin estridencias y respetando –mayúsculo detalle- todas las conductas sexuales. Así lo vimos nosotros y así ha permanecido, aderezado con los cambios que dan la experiencia escénica y el contacto de los públicos.
Y por si fuera poco está desposado con Mimi Lazo y ambos mantienen una vigorosa productora de espectáculos, la cual da empleo a muchos actrices y actores, al tiempo que entretienen a miles de espectadores con piezas como A 2,50 la cubalibre y El aplauso va por dentro.
También es puestista audaz, pero básicamente es actor intelectual que siempre mora en un escenario, como lo mostró con su memorable caracterización del maestro de ceremonias gay semita en el musical Cabaret. Edita una revista erótica y escribe finamente un blog donde aborda temas de mucha actualidad, como la crianza de un niño gay, etcétera.
Y para compartir o quitarle espectadores a Fernández, existe Luis Chataing (44 años), otro “monstruo” escénico. Laborioso artista que hizo 156 funciones, a lo largo de 18 meses y contabilizó 140 mil espectadores, con su monólogo Ahora me toca a mí, además de realizar una gira nacional, consumar varias salidas al exterior y finalmente “quemar” un DVD para quienes no pudieron disfrutarlo en vivo o para la historia.
Confieso que nunca nos atrajo Ahora me toca a mí. No obstante, la tentación de comprobar ese talento actoral capaz de atrapar a un sector del público, nos hizo aceptar la invitación de la empresaria Jorgita Rodríguez para ver Si me permiten, su nueva performance.
No nos gusta el cortometraje introductorio del espectáculo, bobísima entrevista a sus amigos notables para robarles una opinión sobre su nuevo trabajo que le consume la vida. Resulta aburrido por lo falso y por el egotismo que mana de la pantalla, capaz de espantar al más entusiasta espectador.
Lamento no haber antes evaluado Ahora me toca a mí para ponderar mucho más el nuevo show de Chataing, todo un actor capaz de hacer cualquier rol que le ofrezcan, con paciencia y memoria, quien ha escogido el camino sinuoso del humorismo.
Chataing con Si me permiten plasma su versión de los acontecimientos que rodean a los venezolanos y revela anécdotas infantiles combinadas con naturales temores humanos. Mete la uña a los politicastros pero sin cruzar la raya amarilla. Todo eso construido con irónico humor cotidiano.
Creo que es una versión criolla de Mario Moreno. Usa rostro y su cuerpo cual lo haría Cantinflas y hace reír aunque sus palabras no sean trascendentes.
¡El crítico de las mil cabezas elige entre estos Luises!

Amén por Lorca

La temporada teatral caraqueña prosigue con otro espectáculo contra la homofobia. El texto Amén del catalán Carlos Be es convertido en estrujante montaje por el director Vladimir Vera y su agrupación Teatro Forte para mostrarlo desde el 16 de septiembre en la Sala 3 del Celarg.
Vladimir Vera, acompañado por sus actores Elvis Chaveinte, Fedora Freites, Paúl Gamez y Yuruby Soto, afirmaron lo que aquí publicamos.
-¿Hay homofobia en Venezuela?
-Nuestro país tiene doble moral ¿Qué si hay homofobia? Sí, la hay. Algunas veces proviene incluso de los mismos homosexuales, aquellos que evitan asumir su sexualidad, quienes extirpan su identidad en pro del qué dirán. Por eso creo que la comunidad gay debe levantarse y hacer escuchar su voz. Por desgracia, el apoyo político a la diversidad sexual, tanto de la derecha como de la izquierda, siempre ha sido tímido y pacato.
-¿Cuáles serían los orígenes de eso? ¿Hay demasiada presencia de las religiones?
-Nuestros cánones de conducta están basados en la apariencia, en tratar de manera desesperada y enfermiza de ser aceptados por el otro. No debatimos los hechos, sino que dejamos que sea otro el que piense por nosotros. La Iglesia cristiana plantea que las llamadas conductas “desviadas” son pecaminosas, plantea también una serie de consecuencias infernales para aquellos que utilicen métodos anticonceptivos, por ejemplo. Así, terminamos por dejarnos arrastrar por opiniones que no son propias, y esto puede suceder por miedo, vergüenza o sencillamente por ignorancia.
-¿Qué se puede hacer?
-Creo que este es el momento perfecto para cuestionar. Cuestionar todo. No solo las opiniones morales, sino las artísticas también. Las políticas. Las educativas. Es hora de dar una vuelta de tuerca. Para ello hacen falta estudios, investigaciones. Es el momento de ir al teatro y cuestionar lo que vemos. Es hora de escuchar los noticieros y cuestionarlos. Escuchar a la familia y cuestionarla. Escuchar la opinión de la masa y cuestionarla. Lo más importante es no dar la espalda a la realidad. Existe una diversidad sexual en Venezuela y ese es un hecho. Se trata de un sector que detenta derechos y omitirlos nos convertiría en cómplices de una intolerancia enfermiza que hay que erradicar.
-¿Sirven el teatro y el cine para algo?
-El teatro en Venezuela funge como mecanismo de evasión. Le estamos dando un espaldarazo al arte y a la necesaria denuncia. Estancados en las formas teatrales de los 70, no hemos tenido casi ningún avance desde la muerte de Carlos Giménez, en 1993.No hay riesgo. Sí hay, en cambio, pacatería escénica y exceso de moral. Soy de los que cree que el arte debe ser libre, carecer de fronteras morales, éticas o estéticas. Cuando el teatro asuma su verdadera piel y el cine deje de ser un acto de masturbación por parte de los creadores, reaparecerán los espacios de comunicación, reflexión y cuestionamiento tan necesarios en nuestro país.
-¿Por qué o para qué Amén?
-En Barcelona tuve el placer de conocer a Carlos Be, escritor de la pieza, en el marco de un encuentro de creadores teatrales venezolanos y españoles. Empecé a interesarme mucho en su obra, por lo que produje y dirigí varias lecturas dramatizadas de sus textos que no se conocían hasta entonces en Venezuela. Cuando me hizo llegar su obra Amén (inédita en las tablas), me pareció increíble y muy cercana a la realidad nacional. El montaje es un intento por hacer que la gente se reconozca como parte de esa realidad homofóbica, retrógrada. Es, una forma de exigir tolerancia y respeto ¿Qué podemos decir sobre la sexualidad? ¿Hasta dónde llegan nuestros tabúes al respecto como sociedad? Por otra parte, traer Amén a Caracas, también constituye el acto de colocar frente al espectador los abusos de la Iglesia, las torturas a los homosexuales y la persecución de que son objeto por parte de la institución religiosa.
-¿Qué de nuevo nos dice Amén?
-Nada. Solo nos recuerda lo que ya sabemos pero preferimos obviar. Es un teatro casi documental sobre situaciones extremas de intolerancia y cómo la iglesia voltea la cara ante los abusos. Amén es un recordatorio acerca de los vejámenes que se cometen desde principios de la historia. Cómo el género humano se auto-destruye. Eso en relación a su tema eje: la intolerancia. En cuanto a la forma en como está escrita, si es algo nuevo. Carlos es fraccionario, su escritura es extremadamente novedosa y recuerda a dramaturgos contemporáneos como Roland Schimmelphenning (La noche árabe) ó Guillem Clua (Marburg, la piel en llamas), quienes asumen la escritura con un riesgo necesario para el tiempo en el que vivimos.
-¿Cómo se proyecta el espectáculo?
-Con la estética que caracteriza a Teatro Forte. Actuaciones realistas que rompen con un arte kitsh. La presencia de elementos multimedia y una fuerza carga visual. El diseño de vestuario vuelve a ser asumido por Fedora Freites. Contamos por primera vez con la asesoría estética de la artista plástica Gala Garrido, la música de Jimmy Flamante y un elenco de primera línea de actores, quienes ahora me acompañan.
-¿Ha pensado en organizar algún foro o una discusión parateatral?
Esta es una obra que trata temas tabú dentro de nuestra sociedad y que deben hablarse públicamente y a la luz del día. Aunque nuestros planes son hacer estas primeras nueve presentaciones, estamos abiertos a generar un espacio donde se puedan intercambiar ideas y discutir, siempre en un clima de paz, lo que la obra plantea.
Víctimas y victimarios
La violación de los derechos fundamentales de todo individuo independientemente de su orientación sexual, el irrespeto de los deseos de los ciudadanos que conforman a las sociedades contemporáneas, el atropello de sus libertades y, por supuesto, el deterioro de los viejos dogmas morales, son los temas que Teatro Forte plantea con Amén.Ahí se hace una revisión de los agravios más sonados en contra de los homosexuales en los últimos tiempos: cómo en 1936, en Fuente Grande, al pie de un olivo, es asesinado el poeta Federico García Lorca; de qué manera en 1954, 5 mil personas son encarceladas en España por mostrar una orientación sexual diferente; por qué en 2005, Estados Unidos trata de acallar el escándalo de abuso sexual a menores de edad por parte de clérigos de la Iglesia; son algunas de las escenas que trae esta producción. Víctimas y victimarios. La felicidad incluso a costa del otro; y en el medio, una historia que refleja la constante violación de los derechos humanos de los gays.

Teatro callejero

El teatro de calle ha sido, es y será una manifestación de particular importancia y trayectoria en Venezuela, afirma rotundamente Oscar Acosta, reconocido teatrero y luchador popular comprometido con los procesos de cambio.
Acosta, quien actualmente escribe para el periódico cultural Todosadentro, insiste en puntualizar que el teatro de calle venezolano es variado y rico en propuestas estéticas, y ha permanecido al margen de reconocimientos oficiales o académicos, no obstante, ”podemos decir sin riesgo a equivocarnos, que es la modalidad teatral de mayor convocatoria y son muchas las plazas, canchas, bulevares, calles e innumerables espacios donde los teatristas callejeros han recorrido, con gran compromiso y profesionalismo, ofreciendo su producción como fieles herederos de la tradición escénica de mayor arraigo en los pueblos desde la antigüedad.
Herencia de chamanes
Según el dramaturgo y director Pedro Maldonado Rojas el teatro callejero ha sorteado múltiples filtros, entre ellos los hostigamientos políticos, bien sea en democracia o en dictadura, se ha querido detener la necesidad de expresar los conflictos y sus posibles salidas como elemental derecho para una mejor forma de vivir, enriqueciendo la magia de quienes han recogido la herencia de los chamanes, el cuentero, los juglares y otros tantos hacedores de risas y llantos.”Siempre habrá al alcance de la mano un tema para la reflexión, porque al igual que los humoristas, tenemos un baúl de posibilidades argumentales para ser recopiladas y analizadas, siendo luego tejido teatral, como respuesta artística de los creadores de sueños”, puntualiza.
Subraya que los zancos, las máscaras y otros instrumentos, como tambores, flautas y panderetas, son vitales para el artista callejero, porque son diestros y habilidosos, seguros de si mismos y dispuestos siempre a besar el cielo con las locuras de sus bailes que desafían a la más trágicas de las leyes naturales: la gravedad.
Para Maie López y Crystina Martín, trabajadoras culturales comprometidas con los procesos de cambio, existen varios conceptos para un teatro que traspasa las salas y los espacios convencionales, y se dirige a plazas, parques, fábricas, comunidades, en fin, a la calle. “A partir la década de los 70 en Latinoamérica se comienza a realizar esta modalidad, llamándola, Teatro de calle, Teatro callejero y por último Teatro comunitario, esto se debe a que aborda al público de una manera directa y espontánea con sus problemáticas, con temas sociales propios, sobre todo, sin necesidad de recursos técnicos”.
Reiteran que es la calle el escenario natural donde confluyen lo cotidiano con el arte itinerante, donde los actores se mueven con soltura en un diámetro gigante de 360 grado, el cual los obliga a la constante creatividad, y sobre todo a estar informado por su público y su contexto.”En algunos países latinoamericanos por citar a Cuba, Colombia y Brasil poseen agrupaciones que apoyan, promueven y buscan alternativas para el desarrollo del teatro de calle en todo el continente, podemos mencionar: Mirón Cubano, Teatro Callejero Andante, Colectivo Luz de Luna, o Nuestra Gente. Estos grupos, entre otros, son los mayores exponentes y defensores de lo referente al futuro del Teatro Callejero”.
Comentan que en Venezuela actualmente son pocas las agrupaciones que se dedican hacer este teatro tan necesario para la transformación de un país. “Por lo que cabe destacar iniciativas como las del grupo Escambray, parte de la Misión Cultura Corazón Adentro-Misión Socialista, que además ha tenido temporada en varios espacios de Caracas. El grupo Theatron que viene realizando un trabajo permanente en las universidades, y otros espacios en la ciudad de Caracas, se ha tomado la tarea de honrar a este milenario arte y convocar a los juglares modernos, titiriteros, trovadores, a que invadan todos los espacios posibles merecidos o no, que a su vez se haga sin fines lucrativos recordando que es un factor de alta incidencia para el mejoramiento humano”.
Insisten en que el teatro de calle tiene un impacto directo dentro de lo social, en dibujar nuestro imaginario colectivo. “Una política cultural de apoyo, e iniciativas de nuestros propios creadores permitirán el establecimiento e innovación de esta práctica”.
Democratización cultural
El teatro de calle o teatro callejero es una representación escénica para mostrarse o exhibirse en espacios públicos exteriores, donde los espectadores no pagan para presenciar el espectáculo y, quienes ocasionalmente dan un aporte o colaboración económica de manera espontánea. Los espacios en los que esta actividad puede ser llevada a cabo son múltiples: plazas, calles, paseos peatonales, avenidas, bulevares, paseos públicos, centros comerciales o estacionamientos, u otros lugares de esparcimiento; normalmente lugares al aire libre de gran tránsito de personas.
El teatro de calle debe ser distinguido de otros espectáculos de exterior más formales, como los que se desarrollan en parques o jardines donde haya un espacio delimitado con audiencia de pago.
Uno de los aspectos más interesantes del teatro de calle moderno es su posición única debida al lugar sociopolítico donde se desarrolla. Gente que no podría haber asistido en su vida o no podría haberse permitido nunca asistir a un espectáculo de teatro tradicional, puede presenciar un espectáculo de calle, se puede decir que este ha evolucionado en defensa de la democratización cultural.
La intención no es lograr el tan sonado “arte al parque”; no es sacar de las salas el teatro con sus obras de siempre y ponerlo en la vía pública, sino el de construir una dramaturgia y un formato de montaje original a partir de la calle y para la calle, para un público de gente que nunca va al teatro y para ser presentado en lugares que nunca están diseñados para tal fin. No nos olvidemos que el teatro nace en la calle y de ella se ha nutrido por siglos.
La huella de Tomás Latino
El teatro de calle es la forma más antigua de teatro y en los actuales espectáculos de masas hay reminiscencias de sus orígenes callejeros, como son las ceremonias religiosas, las paradas militares y los innumerables actos folclóricos y muchos otros tipos de espectáculos. Uno de los movimientos de este tipo de teatro más interesante en América Latina, se escenifica en la colombiana Bogotá, con compañías y grupos dedicados de forma profesional, con trayectorias que superan los 35 años. Sus técnicas y formas de representación varían pero mantienen una búsqueda constante de nuevas poéticas manteniendo la tradición oral y festiva, sin descuidar la situación socio-política colombiana. Considerado como el más antiguo de todos los teatros callejeros de Colombia, “El Teatro de la Calle " de Tomás Latino desde el año 1973 compartió los escenarios callejeros con otro de los precursores de esta (en esa época) incipiente modalidad. Desde el año 1968 recorrió 33 países, divulgando y promoviendo esta actividad tan antigua y a la vez tan novedosa. En Venezuela fundó el Teatro de la Calle de Caracas para aupar esa forma de hacer teatro. Junto a Staruska, Alex Tolosa y Timoteo Zambrano, entre otros, recorrieron por cuatro años seguidos y con una programación fija y sostenida seis plazas del centro de Caracas con un repertorio de graciosas farsas medievales.