sábado, junio 18, 2011

Como vaya viniendo

No es seudónimo ni tampoco nativo de Maracaibo, donde bautizan a niños y niñas con raros u originales nominaciones. Damos fe que es el nombre propio de un esmerado trabajador de la cultura, con importantes obras originales, a quien conocimos cuando aún era el anónimo autor de una pieza teatral que marcaría la historia de las artes escénicas venezolanas: Humboldt y Bonpland, taxidermistas.
Este Ibsen Martínez, ahora en cómoda ruta hacia los 60 años de una rumbosa y bien trabajada vida intelectual, además de ser reincidente en las relaciones sentimentales tradicionales y progenitor durante dos ocasiones, reaparece además en el escenario Banca Centro Cultural, al lado del popular actor Franklin Virgüez, con el espectáculo Como vaya viniendo, el cual hace temporada desde el 17 de junio, con la dirección y la producción de Daniel Uribe y Marcos Purroy, del Centro de Directores para el Nuevo Teatro.
Este dramaturgo y novelista, además de temible articulista de prensa, y ahora -cuando se en ruta hacia los 60 años, que los cumple en octubre- se siente muy orgulloso de su nombre propio. Explica que Como vaya viniendo no es otra cosa que un ácido comentario teatral sobre la actualidad sociopolítica venezolana, para lo cual ha trasladado desde la popular pantalla chica, de la extinguida Radio Caracas Televisión, al teatro a uno de los personajes más recordados de la célebre telenovela Por estas calles, al filósofo popular Eudomar Santos, que encarnaba Franklin Virgüez.
Advierte que casi 20 años después, Eudomar vuelve, siempre interpretado por su alter ego, para confrontar al propio Virgüez, quien se desdobla en escena con ambos roles y se monta en las tablas, además, para ser entrevistado por su creador. Ellos, dos de carne y hueso y uno de ficción escénica, contarán sus peripecias en una especie de comedia satírica que trasciende el tiempo de la IV República que los vio nacer, y que ahora es tan actual como el apotegma “como vaya viniendo vamos viendo”.
Sí, por primera vez, Ibsen Martínez se interpreta a sí mismo en una de sus obras -también ha escrito La hora Texaco, LSD y Fiero amor – porque quiere aclarar con su misma voz una serie de cosas que se han dicho de su famosa telenovela.
-¿Qué es lo que quiere decir ahora?
-Tanto se ha dicho de la susodicha novela que yo quiero aclarar cosas que no son verdad, como que por ese teleserie nuestra Venezuela se haya encaminado por donde anda ahora. Eso no es verdad y espero explicarlo suficientemente, gracias a Eudomar Santos y Franklin. Es lo que puedo y debo decir por ahora.
-¿Obras en el horno?
-Si, en agosto, gracias a mi pana fraternal, Héctor Manrique, se podrá ver Petroleros suicidas y para finales de año, lo más seguro, hay una obra sobre Diógenes Escalante, escrita a cuatro manos con Francisco Suniaga, el exitoso autor de la novela El pasajero de Truman.
Hijo de maestra de escuela
Luis Martínez, el padre de Ibsen, nieto de agricultores canarios quienes llegaron a la zona de San Diego de los Altos, se vinculó a la producción petrolera en la zona de Monagas y se empató con la maestra de escuela con quien procrearon a tres muchachos. “Mi padre era un antiyanqui no marxista, le tenía bronca a los gringos, aunque hablaba muy bien el inglés. Mi madre, María Teresa Pimentel de Martínez, me puso como nombre Ibsen porque se enamoró de un libro de obras completas de Henrik Ibsen que le regaló un gringo. Ella nunca había visto una pieza teatral en la escena y lo primero que disfrutó fue mi Humboldt y Bonpland, taxidermistas. Así podría explicar porque yo me llamo así”.
Improvisar es norma
Franklin Virgüez niega intenciones ocultas en la resurrección de Eudomar Santos. ”No hay nada, se trata de un personaje recordado por lo que significó Por estas calles y todo lo que de ahí se desprendió. Él solamente contará y reflexionará sobre lo que pasó en Venezuela desde cuando se despidió de su audiencia hasta ahora, algo así como 17 años. Y lo que le ha pasado a él, además”. Asegura que, la famosa frase de su sosías Eudomar Santos está vigente, porque, “Como vaya viniendo, vamos viendo” no es otra cosa que “vamos a improvisar", porque lamentablemente, desde el río Bravo hasta el estrecho de Magallanes, en todos los países de habla hispana, sus habitantes desechan la planificación, no hacen agenda para sus vidas en particular, ni tanpoco en lo general, todo se improvisa. "No somos como los europeos que planifican todo, que organizan todo lo inherente a sus vidas personales y procesos comunitarios. Para ellos la improvisación cuesta dinero y tiempo. Para los latinoamericanos la improvisación puede ser una ventaja o una maldición, así lo utilizaba mi Eudomar Santos”. Reconoce que cuando se deja de improvisar y se planifica es casi seguro que las cosas van a mejorar o cambiar. “Pero una golondrina no hace verano y con un Eudomar que cambie no cambia este subcontinente. Eudomar sigue vivo y por eso regresa”. Aclara que ya no es como su personaje. “Planifico y es gracias a eso que he vivido diez años en Estados Unidos y puedo trabajar allá y venir a Venezuela para hacer telenovelas o teatro, como es el caso”.
Dividió la historia
Por estas calles
, telenovela creada por Ibsen Martínez, producida y transmitida desde Radio Caracas Televisión entre el 25 de junio de 1992 al 30 de agosto de 1994, escindió la historia de los seriados venezolanos. Para algunos analistas de los "Mass media", esa “teleculebra” tuvo tanta repercusión entre el público que éste tomó una decisión definitiva contra los lideres de los partidos políticos tradicionales, quienes no quedaron bien parados en la trama de la teleserie, como lo demostraron los resultados de las elecciones generales de 1998. Más allá de los evaluaciones sociopolíticas derivadas de esa telenovela, sus personajes dejaron otras huellas entre la audiencia y en especial Eudomar Santos, encarnado por Franklin Virgüez, quien impuso una frase o sentencia que utilizaba cuando afrontaba una decisión o asumía un compromiso de cualquier tamaño o importancia: “Como vaya viniendo, vamos viendo”.

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