sábado, abril 23, 2011

Café venezolano gay en Dublín

Ahora que hay una disimulada persecución contra el teatro de contenidos sexuales en Caracas, la agrupación venezolana Circulo Vertical participa en el International Dublín Gay Theatre Festival 2011, del 2 al 15 de mayo, con el espectáculo Let's Pretend We're Having Coffee Together Thirty Years Later (Theater Testimonial in 7 Times), que en español es Vamos a imaginar que nos estamos tomando un café 30 años después. Es un unipersonal, escrito por José Luis Pérez (ya fallecido) y Julio Bouley, quien lo actúa y lo dirige.
Bouley, quien está en París, porque sus exhibiciones en Dublín van del 2 al 7 de mayo, comenta que el proceso de traducción al inglés es duro, difícil y delicado. “Tiene muchas aristas. Por un lado, tratar que la versión sea lo más cercana posible a lo que le llega a los venezolanos cuando la oyen en español. Cosa difícil porque la traductora Heather McKay es estadounidense y el festival es en Dublín. Además, el lenguaje coloquial venezolano y más aún el argot del mundillo gay es muy rico y particular. Afortunadamente, ella es excelente traductora. Luego, memorizar el texto en otro idioma, no es nada fácil. Sobre todo porque en español, si hay una laguna o algo se te olvida, es mucho más fácil improvisar, buscar la palabra que falta, pero decir lo mismo en inglés, puede ser catastrófico si hay un hueco en el texto. Después, las dificultades intrínsecas del inglés, que para mí son sobre todo las preposiciones. Y por último, lo más duro: la pronunciación. Y este texto es un monólogo de más de una hora. Menos mal que en este proceso me ha ayudado la actriz venezolana Marysol Blaumann. A menos de dos semanas del estreno, los nervios suben, pero el trabajo también y creo que, por lo menos, los dublineses van a entender el texto”.
La traducción lo ha obligado a cambiar la puesta en escena. “Ya no voy a tener el pianista en vivo como en la versión caraqueña, en la que me acompañaba Fernando Roa. Junto con Ricardo Mendoza, quien es mi asistente de dirección y que dirige conmigo el grupo Cercle Vertical, versión francesa de Círculo Vertical acá en París, decidimos experimentar con música grabada y bajo eléctrico en vivo, que tocaré yo mismo. Creo que tocaré lo mínimo indispensable. Sin embargo, la puesta sigue siendo esencialmente la misma. Muy simple y ¡sin vestuario! Utilización de micrófono, agua y una silla. Proyección de algunas de las letras de las canciones y eso es todo”.

La obra que lleva Bouley transcurre en Porlamar y el no cree en que haya historias universales y locales. “Yo no creo mucho en la idea de que hay dos tipos de las historias: las universales y las locales. Yo creo que lo que le pasa a cualquier ser humano en cualquier parte del mundo es susceptible de pasarle a cualquier otro en cualquier otra parte del mundo; por tanto, todas las historias son universales. Si no fuera así no leeríamos todavía hoy a Esquilo sin haber estado en Grecia, a Moliere sin conocer París, a Shakespeare sin haber pisado Londres, etcétera. Paradójicamente, este último, por cierto, lo que hacía era localizar sus historias en otras ciudades. Venecia, Padua, Elsinor, etcétera. Creo que el efecto es justamente acentuar que lo que pasa allá, pasa aquí. O puede pasar. Porque todos somos humanos. En todo caso, en el texto sigo nombrando Porlamar, Margarita, Venezuela. ¡Hasta al presidente Chávez nombro! Yo, a lo que aspiro, en todo caso, es que los irlandeses, habitantes de una isla también, se conecten con el ser humano que sufre, ríe, llora, se emociona, se enamora, se enferma, etcétera.
-¿Que plan B tiene con esa obra, como exhibirla en otros escenarios ingleses o hispanos?
-Bueno, más que planes, lo que tengo son muchas ganas. Evidentemente, después de este esfuerzo de titanes de aprenderse el texto en inglés y hacer una nueva versión de la puesta en escena con música grabada y bajo en vivo, lo lógico es ponerse a buscar contactos hacerla en otros festivales o independientemente. Me gustaría hacerla particularmente en Londres, Nueva York, San Francisco, Toronto, Auckland y Sydney. ¡Sencillito pues! Lo digo porque esas ciudades están en los países que participarán en el festival y son anglohablantes, así que habrá posibilidades de establecer algún contacto. Después, me encantaría ir a Berlín, Bruselas y Ámsterdam, donde puedo hacer la obra en inglés también y a cualquier otra ciudad hispanohablante de Latinoamérica o España. Más adelante, ¿por que no?, pensar en la versión francesa para hacerla aquí, en el país que me acoge ahora.
-¿Entre la programación irlandesa hay alguno foro o conferencia o rueda de prensa?
-Sí, hay varias actividades de este tipo y seminarios, pero yo no podré participar porque en seis días tengo ¡ocho funciones! Hay doble función dos días. No voy a tener tiempo. Y terminaré estropeadito porque además no me pienso perder la vida nocturna de Dublín y menos en el contexto de este festival.
-¿Cuándo regresa a la patria?
-Muy pronto en realidad. En junio de este mismo año voy para trabajar en dos proyectos del Teatro del Contrajuego y Hebú Teatro a cargo de Orlando Arocha y Diana Volpe. Se trata de dos de las tres piezas basadas en los cuentos de Tennessee Williams. En una estaré como actor y la dirigirá Juan José Martín. Será Ten Tom y estrena el 1 de julio en Trasnocho. La otra la dirigiré yo y estrenará en el mismo teatro el 15 de julio. Se llama Queens and Queers. Adivina el tema de los cuentos que utilizaremos para la versión.

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