martes, abril 28, 2009

El dictador Carlos Giménez revive en 2010

Cesar Rojas, caraqueño de 48 años, quedó finalista en el III Concurso de Dramaturgia Marita King 2008 por su pieza Malos sentimientos, la cual transcurre en una barriada de la capital venezolana y muestra, al mejor estilo entre Román Chalbaud y José Ignacio Cabrujas, como el amor sí puede ser un recurso de la humanidad sensible para salvar a casi todos los seres humanos, a pesar de los numerosos conflictos que pretenden hacer desaparecer a los que si aman o pueden amar. Pero dejemos que este valioso teatrero, combativo y además con obra propia, responda a un cuestionario que pretende ayudar a publicitar su historia y su sensato pensamiento
-¿Donde comenzó su viaje o su aventura con el teatro?
-Desde los siete años yo quise hacer teatro, cosa que horrorizo a mi familia, porque estaba siempre participando en agrupaciones parroquiales, bajo la dirección de Daniel Aguilera o Carmelo Castro, quienes eran mis vecinos, con las cuales me divertía mientras me entrenaba para el día en que me tocara a mí seriamente ser el creador. Desde segundo grado escribí, y aunque no niego que me encanta montarme en el escenario a interpretar roles, el actor siempre me pareció un medio –con todo el respeto del caso- y lo que yo quería era escribir y dirigir mis propias obras…ser el ideólogo de lo que se mostraba sobre el escenario.
“En una oportunidad vino a Caricúao una representación de Aveprote, con la intensión de ver la representación artística de la parroquia, allí conocí a Carlos Giménez con su gente y vi su puesta en escena de Señor Presidente en la Escuela Cuatricentenaria, de la UD7.Sus palabras, sus ideas, su actividad, su desenfado y su obra, funcionaron como una especie de droga para mis oídos y mis ojos ávidos de ese conocimiento, de esa magia, de esa entrega que pedía el teatro y me cambió la vida, como un sacerdocio que me llamó a sus filas y comencé con este servicio militar desde soldado raso, en camino hacia el papado. Yo supe de inmediato que esa era mi misión de vida; lo que yo quería hacer y haría contra viento y marea…y desde ese momento decreté que aunque era muy tímido para preguntar qué tenía que hacer para formar parte de su grupo, supe que algún día su Rajatabla sería la base para la creación de mi agrupación, de mi casa…la consolidación de mi grupo profesional mientras miraba a mi maestro demostrar su talento apasionadamente, porque se la considerado, con justicia, como el mejor promotor cultural de Venezuela en el siglo XX.
-¿Cuantas obras escritas y cuantas han sido representadas?
-Poseo un promedio de 60 piezas de teatro escritas y montadas no menos de 20.Y algunos performances en los que incluso e participado como autor y actor.
-¿Cual es el origen de Malos sentimientos?
-Malos Sentimientos es la segunda parte de una trilogía que vengo trabajando hace algunos años, donde la primera parte es El Regreso, la historia de una espera, la cual ganó el Premio Municipal de teatro ’92, el Premio Enrique Benshimol y Mención Especial del Premio Marco Antonio Ettedgui ’92, en Caracas. Y ahora se re-estrena en el teatro de La Ranchería en Buenos Aires, el 17 de Mayo, después de haber tenido una temporada importante a principios de año. En esa pieza busco las causas -en el inicio de la democracia venezolana- de esta vida que nos ha tocado navegar, en este partido de béisbol Caracas Magallanes, donde no somos ni de la barra Pepsi, aunque nos han prometido tocar el bate, el guante o la pelota en cualquier momento; y cuya última parte aún está en el horno, esperando su momento para nacer. Malos Sentimientos, en mi pieza, es un saludo de mis personajes; que en vez de preguntarse ¿cómo estás? o ¿cómo te va?, se desean “malos sentimientos”, quizás como un modo para poder defenderse de la agonía de la realidad que los rodea y los embota.
-¿Por que en Malos sentimientos hay tanta influencia de la radionovela o el folletín?
-Primero y principal porque me encanta y me asumo como hijo de la radionovela y el folletín; mis abuelos me levantaban cada mañana y acompañaba la avena de Penichez escuchando a Rosita Vásquez o a Arquímedes Rivero, con alguna de sus historias aleccionadoras, que de algún modo buscaban, a partir del amor y sus obstáculos, una sociedad basada en la fracasada familia, como célula fundamental de la sociedad. Segundo e inmediato porque soy venezolano, caribe sincretizado con andino, y jamás me he puesto de espaldas al proceso histórico al que pertenezco, como muchos de los homólogos, que para evitar ser etiquetados por las especulaciones sin base, que no han hecho el seguimiento preciso y no han estado claros con nuestros procesos creativos. Confundiendo además la reflexión del artista con el enfermizo concepto capitalista que tiende a creer en el éxito del arte como un producto comercial y no como una obra de la actitud estética de un ser racional superior sensible y su procesos estético, las cuales no soporta el rigor del método científico para desentrañar o desocultar -como dice Heidegger- el verdadero proceso dialéctico del creador de nuestras tierras; o simplemente como el crítico Leonardo Azpárren Jiménez que nos niega, pues se rehúsa a subirse al proceso real de la historia, argumentando groseramente y sin sustento que la dramaturgia –en Venezuela- culmina con Chalbaud, Cabrujas y Chocrón, convirtiéndose -como dice Santo Tomás de Aquino- en un peligro pues es un hombre de un solo libro, de una sola visión, extremadamente estricta y demasiado conservadora para un país como el nuestro, por lo que no ha sabido subirse al acontecimiento de los días del tiempo en el que dejó de ser joven, con una metodología de investigación arcaica, que niega el cognitivismo y el construccionismo como alternativas del proceso de transferencia educativa y cultural a las masas y sigue montado en el conductismo positivista que hiede a podrido. Y tercero -y creo que lo más importante-, porque estoy cansado de las últimas modas en el teatro, que no nos permiten disfrutar de la historia de la pieza teatral e intentan confundir como fundamento para mantener una atención que se aburre al no sentirse conectada con lo que acontece sobre la escena; y los ismos, la arqueología y los ensayos postmodernos –entendiendo que estamos –a mi juicio- en un período post-postmoderno, cuyos exponentes teatrales apócrifos se acercan más a la danza moderna que al verdadero teatro. A mi me gusta que podamos presenciar la interpretación de fábulas en el teatro. Por eso Pisístrato se llevó a Tespis a Atenas, para que los actores les contaran historias a los atenienses y se sintieran un mismo pueblo. Para mí es hermoso que los actores me cuenten historias, que hablen del excremento de nuestro tiempo, de nuestra sociedad y los yerros de nuestros prójimos, para que el hombre común -que hay en mí y mis semejantes- reflexione en la búsqueda de una mejor calidad de vida, de una oportunidad de disfrute pleno sin distracciones, mientras vamos hacia la búsqueda de un mundo mejor…y el trasfondo romántico de ambos – de la radionovela y el folletín- me conducen en esa dirección que tanto placer me da.
-¿Qué pretende radiografiar o decir sobre la sociedad venezolana?
-Como diría mi maestro José Ignacio Cabrujas, de quien fui además asistente de dirección en la Compañía Nacional de Teatro, en los tiempos de Isaac Chocrón, pretendo decir que los que nos sucede es terrible, agobiante, catastrófico, pero hermoso…de una hermosura que debe quedar como ejemplo de lo hermoso de lo malo y lo caótico, para llevarlo a las futuras generaciones para que puedan reflexionar sobre lo que fuimos; porque además he repetido muchas veces, que admito que soy un voyerista de las miserias cotidianas de mi época… me gusta ver para contar, pero no sólo con la superficialidad y la frivolidad de un chisme, como parecen entender los más infundados, sino en un intento moralista e iluso -quizás- para que algún día dejemos de cometer los mismos errores que nos arrastran al infierno de la tragedia cotidiana o del silencio cómplice que no nos permite mejorar como seres humanos. A lo mejor así el hombre común, el espectador de mis pizzas, podría sentir que si hay una regla que respetar, un camino que seguir, un costo que pagar si he faltado… y como Tespis, podríamos colaborar a esa calidad de vida mejorada y anhelada…pero a lo mejor es una ilusión y los ilusos también pagamos un precio…o me estoy volviendo conservador cuando creo que soy un alacrán liberal.
-¿Están condenados sus personajes teatrales de antemano?
-No sé si lo hago adrede, no me he puesto a pensar en ello con detenimiento, pero, como dije, creo que todo tiene un precio y el costo a pagar del venezolano es por la ausencia de norte, la falta de ética, que se extravió entre los compadres de la primera etapa democrática y los compinches de esta etapa de nuestra historia; donde la decencia se volvió pendejada y tratar de ser más vivo que los demás parece la regla que impera desde que a Betancourt se le quemaron las manos, desde que juró que no había tocado los dineros de la naciente democracia y todos entendimos que el país era el negocio, la mina, en la que había que meter las manos aunque se nos quemaran. En la medida que mis personajes sufren el castigo que se merecen por sus miserias, creo que en esa medida coloco un grano en la reconstrucción del edificio nacional para que se nos vuelva de repente casa rural.
-¿Qué pasó con el Centro de Directores para el Nuevo Teatro, proyecto que Carlos Giménez no logró institucionalizar por su temprana muerte?
-La gente de Rajatabla, una vez muerto Carlos Giménez, en su afán de poder, nunca comprendieron -ninguno de ellos- lo que Carlos intentó hacer con nosotros desde el CDNT y prefirieron intentar aniquilarnos, asfixiarnos económicamente y hasta moralmente enturbiando nuestra imagen pública con comentarios fuera de lugar ante el ministro José Antonio Abreu, quien de manera paternal nos pidió que no nos dejáramos bajar los pantalones en público. Además ninguno de ellos sospechó que no le íbamos a devolver algo que ellos no hicieron y así como Rajatabla les pertenecía a ellos de manera natural, a nosotros nos perteneció el CDNT y los hicimos que renunciaran a la directiva, pues su intento de obstaculizar nuestro desempeño artístico en un lugar en el que trabajábamos día y noche, generó un desacato que los dejó fuera del juego. Algún tiempo después, con la pérdida de la Sala María Teresa Castillo por la avidez mercantilista de alguno de los compañeros, quienes no pudieron esperar para anunciar una feria navideña a pesar de mis consejos- y la inasistencia a las citaciones del tribunal de los abogados que nos ayudaban en el proceso de litigio que la Fundación Andrés Bello tenia en nuestra contra, yo me retiré. Entendí que mi proceso en el CDNT se había terminado, que no quería hacer como Marcos o Daniel que se establecieron en una institución que ya no estaba dando las respuestas históricas que había soñado Carlos…y como el hijo que al crecer busca su propio camino, me desnudé y me fui buscando mi destino individual… sin apoyarme en Rubén Darío , o Daniel ni Marcos; así funde El Galpón de San Fidel, en un galpón ubicado en Sarría, una populosa parroquia caraqueña, que ha servido estos últimos años como laboratorio donde he podido dar a la luz mis últimas piezas de teatro y desde allí me he podido conectar al mundo.
-¿Donde se siente mejor: en la dramaturgia, la docencia o en la dirección?
-Soy un animal de teatro, no hay nada dentro del proceso que me guste más que otro. He sido desde asistente y regidor hasta actor, dramaturgo, profesor, productor y director… y hasta el que barre el escenario cuando no hay quien lo haga… aunque reconozco que cada elemento tiene su momento dentro del proceso. La dirección, para mí, es consecuencia de mi trabajo como dramaturgo responsable que no le pone fin a la pieza hasta haber comprobado que mis tesis sobre esta u otra cuestión del texto y sus personajes iban a producir tal o cual función, quizás guiado con la ilusa y convención capitalista pasada de moda del éxito y la genialidad en este mundo globalizado post-postmoderno… o como dicen algunos aventurados Post-post. Por lo que creo que quien quiera entender la dialéctica de mi labor como escritor de teatro ha debido acompañarme en las piezas que he estrenado, pues soy de los que cree -desde mi proceso de formación- que en el teatro de arte una pieza no es culminación de nada sino un escalón que debe subir el creador para crecer en su transito de heredero de los magos, para madurar su discurso y sus puntos de vista sobre tal o cual sujeto… en el teatro comercial es diferente y por eso los códigos son diferentes… y no es el éxito de la inmediatez el que me importa sino la trascendencia del discurso del creador…. Incluso por encima de él… quizás a una pieza a la que no asistan sino diez personas logra romper la barrera temporal y llega a ser realmente reflejo de su tiempo… quién puede saberlo.
“Desde la dramaturgia me apasiono, opino sobre mi tiempo, mi época, del hombre que camina por las calles de mi tiempo, dejo constancia de nuestras angustias y preocupaciones, de nuestra cultura y sus miserias chiquitas y grandes. La docencia llega como un compromiso en un salón de clases de la UCV con José Ignacio Cabrujas y con Enrique Porte, quienes nos hicieron prometer que, así como ellos iban a la Central a darnos clases para animarnos y comprometernos con nuestro teatro, así iba a llegar un día en el que nosotros debíamos pasar el testigo a las nuevas generaciones a lo largo y ancho del territorio continental. Además, debo confesar que he descubierto que me place enseñar; me gusta ver cómo los ojos de mis estudiantes se iluminan cuando escriben su primera escena y pueden detectar el tema y la premisa, el punto de ataque, el nudo y el desenlace de ese texto que han creado incluso desde la ingenuidad y hasta pueden entender las actitudes estética del hombre a través de la historia, porque no me considero un maestro que trata de torturar a sus estudiantes y extraviarlos entre términos que no llegan jamás a comprender para poder crear, sino por el contrario he ido construyendo un discurso accesible para que quien pase por mis manos tenga el privilegio que tener acceso a la trasferencia significativa que le otorga herramientas al creador de nuestro tiempo.
-¿Que ha pasado con la televisión?
-En el negocio de la televisión, la telenovela de autor, que se movía como la estrella de la planta, el que colaboraba a decidir desde el elenco hasta la estética de la edición, desapareció y le dio paso a la telenovela del vicepresidente de dramáticos o de los productores. Es el mismo el caso de los PNI que tiende a convertir a los escritores en una suerte de secretarias ejecutivas que cumplen con sus aspiraciones comerciales; por lo que a pesar del atractivo que sobre mi ejerce esta modalidad de escritura, por su penetración y que no dejo de considerar nuestra labor como la de los más grandes maestros de la sociedad contemporánea, no dejo de reconocer que la telenovela es un negocio con reglas que vienen establecidas desde el romanticismo y el capitalismo. El teatro es el arte más humano que existe, con el que puedo expresar lo que me dé la gana, sin prejuicio ni falsos pudores… aunque no le guste a mis semejantes.
- ¿Qué planes o proyectos maneja en estos tiempos?
-En este momento voy construyendo una trilogía teatral a partir de La Luna de Fausto de Francisco Herrera Luque, un libro considerado por muchos como su obra máxima, aderezado con un tanto de metateatralidad de un grupo de cineastas que quieren hacer una película sobre la obra y sus peripecias. Deseo tener tiempo para trabajar sobre la tercera parte de la trilogía que se completa con Malos Sentimientos y El Regreso, la historia de una espera. Llevar mis talleres de estructura dramática para teatro y telenovela a más parroquias caraqueñas y venezolanas con la finalidad de formar un equipo de escritores que sepan de verdad de lo que hablan porque lo viven o lo han visto de cerquita y no porque lo especulan, como sucede en muchos equipos de trabajo de muchas telenovelas escrita por niños que viven en burbujas y que sólo especulan sobre el país que le parece sucio, cochino y feo y las situaciones que cuentan, porque nunca han comido un plato de caraotas en Antímano y no suben en autobús. Además y sin vergüenza alguna repito que me gustaría mucho que se me tomara en cuenta para ser nombrado director de la Compañía Nacional de Teatro, aspiración que creo que me corresponde, por el profundo conocimiento que tengo de la institución en la que me formé y el conocimiento que tengo de la responsabilidad de respuesta que tiene con el pueblo venezolano latinoamericano… con el pueblo, no con las minorías elitistas del bando que sea, que no mucho de sus últimos directivos han malentendido, a mi juicio… además yo puedo repetir como el Don Juan de Zorrilla “Yo al castillo subí y a la aldea bajé y en todas partes dejé recuerdos ardientes de mí”.
- ¿Como va su internacionalización?
-Desde el 2002 mis piezas comenzaron a ser estrenadas en Argentina; en ese año, Luis Moro y su elenco “Alcanzando un Sueño” llevaron Los pantalones al revés que acababa de ganar el Premio Nacional de Teatro para Adolescentes en el Festival Assitej-Argentina; así mismo Jesús Gómez, director de la Cuarta Pared, estrenó en el teatro Becket de Buenos Aires, en 2008, Menguada la Hora y en el 2009 la reestreno, luego de estrenar El Regreso… y la vuelve a reestrenar el 17 de mayo en el teatro de la Ranchería, también de Buenos Aires; Marianella Yánez lleva a Escocia, para traducir, Menguada la Hora y Aitor Gaviria y Héctor Moreno la preparan para España en este momento: en Costa Rica se lee en este momento Los pantalones al revés y en Australia se traduce Las puntas del triángulo, para usarlo en obras benéficas y en Caracas acabo de bajar de cartelera Como en las películas de Hollywood que viene de obtener el segundo lugar del Premio Actor´s of the Word en Londres.
-¿No piensa emigrar?
.Quiero ir a China a la ópera, como asistente para aprender más sobre este estilo de puestas en escena; quiero pasar por Grecia para hacer honor a mis orígenes artísticos; quiero regresar a Francia para recorrer los sitios donde amé la vida en mi juventud y he pensado emigrar a Quebec, quizás un tiempo, para curar algunas heridas que me ha hecho mi propio pueblo.
-¿Es cierto que tiene una obra, aun inédita, donde difama a Carlos Giménez?
-Tengo una obra, El dictador o la furia de las langostas, que el mismo Carlos Giménez me pidió que escribiera para echarle broma a su equipo. Gracias a Dios que para escribir no se necesita la anuencia de nadie y sin darme cuenta sentí que mi teclado era una ametralladora dispuesta a disparar a pesar de las incomprensiones de mi época, lo que hace que en este momento me sienta cada vez más un escritor de la post-postmodernidad, o como decía una expositora en el Pedagógico de Caracas, un dramaturgo comprometido del mosaico pastiche contemporáneo. Esa pieza se monta aquí o en el exterior durante el año 2010.No difamo a nadie, es teatro puro.

sábado, abril 25, 2009

Cuatro historias de apartamento

Ventana para soñadores. Espacio para formación, desarrollo, crecimiento y proyección de los emergentes. Y, especialmente, una vigorosa plataforma que defiende y mantiene la ética teatral como principio básico para crear en armonía. Eso es el grupo Bagazos, el cual cumple 30 años en los escenarios venezolanos.
“Queremos que se sepa que sí se puede, que estamos felices, muy satisfechos por los logros y queremos sobretodo agradecer a los amigos. La celebración está llena de sueños que quisiéramos poder materializar y por eso preparamos el montaje de Historias de apartamento que se estrenará el 29 de mayo en la sala 1 del Celarg”.
Así el teatrero Gerardo Blanco López da la noticia, invita al festejo de su agrupación que ha formado artistas y educado a miles de espectadores venezolanos y, además , reitera que Historias de apartamento es un espectáculo que de alguna manera refleja lo que somos y hemos sido todos estos años por los componentes y características del mismo. “Ahí reconoceremos, en el taller de dramaturgia que dicta Mónica Montañés, a tres dramaturgas con el premio Chela Atencio, montaremos sus óperas primas, piezas que estarán enmarcadas en una obra que la misma maestra escribió para esta ocasión”.
El espectáculo está integrado por Atados por… de Sandra Bruzón, Tiempo rojo de Natalia Valecillos y El marido de mi marido de Marcela Sánchez. En este caso, Mónica Montañés escribió La llamadita, que sirve como hilo conductor del montaje, donde un hombre trata de romper con su soledad y descubre que detrás de lo que él supone una contestadora telefónica, se esconde una mujer de carne y hueso que le podría cambiar la vida. Ella se descubre ante él y los dos intentan hacerle una jugada a la incomunicación.
Enmarcados en clave de humor nos hacen reír y percatarnos de que esos personajes podríamos ser nosotros o nuestros vecinos. Ahí están: un desesperado usuario que trata de comunicarse con una central telefónica; una pareja que reclama mayor atención pero que les resulta aburrido comenzar de nuevo; una adolescente y su padre que tratan de reencontrarse a través del camino del amor y una pareja que disfruta el sexo mediante rituales muy particulares.
Son cuatro historias sobre momentos vividos por distintos protagonistas que podrían parecer muy cotidianas, espacios llenos de incomunicación y desencuentro, seres que luchan por ser escuchados, comprendidos, amados, protegidos aunque en momentos la tragedia sea el vivir encerrados en un mundo donde lo material y el sexo se convierten en espejismo de felicidad.
Historias de apartamento está enmarcada dentro del drama y la comedia, mostrando a través de esas cuatro historias todo lo que la convivencia bajo un mismo techo puede esconder. Es, pues, la puerta que se abre a la intimidad, es el espejo donde podemos reflejarnos tal cual como somos.
Participan en el montaje: la actriz Francis Romero, la joven Erika Santiago, dos alumnos egresados de los talleres que dicta el Grupo Bagazos: Geisy Rojas y Luis Andrés Figueroa, y el regreso a la actuación de uno de los más importantes y completos hombres del teatro venezolano Elio Palencia. Por supuesto con la participación en la producción de Toti Vollmer y Eduardo González.
Hay necesariamente que recordar que por los talleres y los espectáculos de Bagazos ha transitado un grupo muy importante de soñadores, no diremos que Gerardo Blanco López y su equipo sean los únicos responsables de sus éxitos y logros, pero sí garantizamos que en algún momento contribuyeron en afianzar sus vocaciones y pasiones por el teatro. Ellos están ahí haciendo y muy bien lo que les gusta y aman. Ellos son los únicos que pueden decir cuanto recibieron y están muy orgullosos de todos los que de alguna manera han pasado por sus aulas.
Gerardo Blanco López sí garantiza que todo ha sido posible por el empeño en hacer un teatro para pensar, para verse, para reflexionar. “Montar en el escenario un espejo para encontrarnos”.
Para los próximos años, porque la vida sí se planifica, en Bagazos ha dispuesto intensificar los talleres de formación, montar un espectáculo con los alumnos y dar nuevas oportunidades a toda la gente que quiera hacer teatro a todos los emergentes como fuimos nosotros hace 30 años.



miércoles, abril 22, 2009

Entregan Premio Marita King de dramaturgia

Todo el mundo es talentoso, es original y tiene algo que decir. Ningún individuo es igual al otro, teniendo en cuenta las herencias genéticas. Cuando uno se decide a escribir es obligatoriamente original, si sabemos encontrar nuestra verdadera conciencia, que es el centro de primer orden para tomar decisiones y es ahí donde reside toda originalidad, toda veracidad y toda alegría. El uso de la imaginación y el esfuerzo creativo de la escritura deben cultivarse a diario, aunque sea un rato; pero no escribiendo para presumir, si no en la búsqueda de la verdad; hasta la salud mejora y desaparecen los achaques de enfermedades y hasta el aburrimiento del alma que pueden venir de los escritos rechazados, aunque nada se publique, aunque no se hagan montajes, en el caso del teatro; con cada frase escrita ampliamos nuestra capacidad de comprensión, puesto que ningún proceso creativo que involucra sentimientos e imaginación pueden ser considerados una perdida de tiempo.
Así piensa y así lo leyó Gilberto Agüero en ocasión de recibir el Premio Marita King de Dramaturgia 2008, en un amigable acto celebrado el 18 de abril en la Casa del Artista. Ahí, Román Chalbaud cumplió una vez más. Entregó el galardón y sendos diplomas a dos finalistas del concurso de obras teatrales Marita King 2008, según decisión del jurado, que integró junto al dramaturgo José Gabriel Núñez y este comunicador social.
Gilberto Agüero nació en Barquisimeto hace 68 años. Tiene no menos de 40 obras. Se hizo dramaturgo con Ciclón sobre los barcos de papel, ganadora de un concurso de Maracaibo, en el año 1966. Su ópera prima fue representada en el Zulia. Es la historia de un muchacho que viaja a Londres para hacer unos talleres sobre traducción simultánea de conferencias y cuando regresa se le presentan serios problemas con su mamá porque ella quiere casarlo a juro. Después entregó Amelia de segunda mano y desde entonces no he parado.
La obra Mono con revólver de Gilberto Agüero Gómez es el texto premiado, con 5 mil bolívares, dentro de un universo de 21 piezas participantes. La obra fue elegida por el acertado manejo de la estructura teatral, el preciso e inspirado uso del lenguaje y el hábil desarrollo de una trama vigorosa profundamente vinculada con el acontecer nacional. El jurado consideró adecuado otorgar menciones especiales para El sitio de José Antonio Barrios y Malos sentimientos de César Rojas.
Mono con revólver es una respuesta para quienes reclaman o exigen por qué la dramaturgia contemporánea criolla no refleja en nada a la actual nación petrolera. Sus cinco personajes desarrollan una saga sobre una organización mafiosa que medra en una sociedad, donde avanza un proceso de agudos cambios sociales, y además revela como esos sicarios se las arreglan para sobrevivir o desaparecer, en medio de esa revolución, que, según Vladimir Lenín, es un levantamiento, un acto de violencia, por medio de la cual una clase derroca a otra, tal como lo recuerda “Monqui”, el líder de ese quinteto escénico.
El sitio es una invitación a reflexionar sobre la crispación de una comunidad que culmina de manera sangrienta, la cual es reiterada por una conducta inesperada de un niño.
Malos sentimientos radiografía la vida cotidiana en una barriada venezolana y acentúa la nefasta presencia de un narcotraficante y su pandilla, a quienes la misma comunidad decide desplazarlos.
El teatro venezolano, el escrito y el representado, sigue avanzando a pesar de las trabas de sus mismos hacedores, mientras su público sigue creciendo y educándose dia a día.

martes, abril 21, 2009

Desconociendo la historia se camina a ciegas

Para este caraqueño, poeta, escritor y abogado, que cumplió 50 años el pasado 3 de enero, la vida, especialmente la intelectual, le da gratas sorpresas y la de ahora, la más reciente es la creación, por parte de la venezolana Editorial Alfa, de la Biblioteca Rafael Arráiz Lucca, que no es otra cosa que un fondo editorial, como los que ya están en marcha con Manuel Caballero, Ana Teresa Torres y Elías Pino Iturrieta, para recoger las obras completas de este autor y publicar así un promedio de un libro al año, a veces más de uno, como nos lo remarca el feliz favorecido por la decisión de esa empresa cultural que fundara la familia Milla, aquí en Venezuela, hace ya varias décadas.
-¿Con cuales textos comienza la Biblioteca Rafael Arráiz Lucca y cuales vendrán en los próximos años?
-Comienza con Venezuela: 1830 a nuestros días. Breve historia política, y Literatura venezolana del siglo XX.
-Hace un año le preguntamos, si había un renacer del gusto de los lectores por los libros sobre materiales históricos, especialmente en Venezuela.
-Sí, lo recuerdo, y te doy la misma respuesta, pues la urgencia de la vida política ha traído como consecuencia que un vasto sector de la sociedad se interese por los temas históricos. En particular por la historia venezolana. Intuyen, con razón, que las posibles explicaciones acerca de lo que nos ocurre como sociedad están allí, en el pasado. No se equivocan. También ha ocurrido que un conjunto de historiadores venezolanos está abordando la escritura de otra manera, buscando mayores audiencias sin sacrificar el rigor académico y, por su parte, el lector va descubriendo que la realidad es superior a la fantasía, que la realidad es tan maravillosa que parece mentira. Mucha gente manifiesta que en los episodios de la historia nacional hay más locura, más hechos absurdos e insólitos, que en una pieza de realismo mágico
-¿En ocasión del Bicentenario de la Independencia de Venezuela y otras republicas americanas qué propondría usted?
- Por ahora publicaré un libro sobre el tema. Estimo que saldrá en abril del año que viene. No adelanto su contenido.
-¿Vale la pena seguir recordando el pasado como una muletilla para no avanzar en el presente y afrontar el futuro?
-Sin duda, pero no el pasado como muletilla sino como palanca hacia el futuro. La historia es la maestra de la vida, como reza el dicho, y la vida es presente y futuro, no pasado.
-¿Ahora más que nunca la historia está muerta y es una rémora para el progreso?
-Todo lo contrario. La historia está tan viva que no hacemos sino repetir sus errores. Es indispensable conocerla a fondo. Sin su conocimiento, el "progreso" no hace sino hallar escollos en el camino que no sabe resolver.
-¿Su libro sobre la Venezuela de 1830, que repercusiones ha tenido?
-Muchas. Sale la cuarta edición en año y medio. Se lee incesantemente. Cada vez la demanda es mayor. La gente comprende que desconociendo la historia venezolana se camina a ciegas.
-¿Cuál es la razón del éxito de su libro sobre la historia venezolana?
-La primera edición de Venezuela: 1830 a nuestros días. Breve historia política, que apareció el 25 de octubre de 2007, se agotó en un mes y, la verdad, quedamos sorprendidos tanto el editor como yo. Creo que esto demuestra que el libro era necesario. El lector no especializado necesita conocer su historia, y recuerda que no salía una de esa naturaleza desde hacía 40 años. Es mucho tiempo. Ojalá y otros se animen a hacer lo mismo: analizar el período republicano, que fue lo que hice, olvidándome de la Guerra de Independencia, y buscando explicaciones para la enorme dificultad que hemos tenido para construir una República Democrática.
- En otra ocasión le preguntamos,¿si se podía hacer algo para se diese un entendimiento entre los historiadores venezolanos y así ganaran los lectores?
-No hay entendimiento. Felizmente, las interpretaciones de los hechos históricos son distintas. Cada cual interpreta y analiza desde su formación, desde su visión del mundo, y el lector decide. Esa es la libertad. Como siempre ha ocurrido a lo largo de la historia, la imposición está condenada al fracaso. La libertad de elegir siempre termina imponiéndose. Es inútil lo que intentan... Insisto: el empeño de limitar al hombre en su libertad de pensar es inútil, así como el intento de imponer un credo ideológico.
-¿Cómo se escribirá la historia venezolana de la primera década del siglo XXI?
-Bueno, ya se han entregado algunos análisis, en medio del fragor de los hechos. Manuel Caballero lo ha hecho, Elías Pino Iturrieta también. Yo mismo, en mi libro Venezuela: 1830 a nuestros días. Breve historia política intento una interpretación con la cabeza en una hielera. El trabajo se va haciendo. De lo que estoy seguro es de que estos años han sido menos revolucionarios de lo que sus protagonistas creen, y de menor importancia los cambios producidos, pero ello hay que verlo dentro de la concepción de Fernand Braudel de “La larga duración” en la historia. Cuando los acontecimientos se incluyen dentro de un período extendido, comprendes que los cambios son muy pequeños, aunque parezcan grandes. Comprendes que los acontecimientos no tienen la significación que creíamos que tenían.
- ¿Están los actuales historiadores actuales, los vivos, por supuesto, a la altura de historiar estas fechas y estos procesos?
Si, por supuesto, en esa tarea están.
-¿Y donde queda la literatura venezolana en estos 200 años?
-Bueno, allí está mi libro, Literatura Venezolana del siglo XX, que se presenta el sábado 25 de abril en la Feria del Libro en la Plaza Altamira. Busca servir como manual de literatura, como introducción al tema.

sábado, abril 18, 2009

¿Arte,amor o amistad?

Odiado y temido. Venerado y aplaudido por sus familias, la sanguínea y la adquirida. Pero todos quieren estar en la buena con él, porque tiene el dorado toque del rey Midas y eso garantiza que cuanta producción presente tendrá buena taquilla, lo cual favorece a empresarios o conserjes de las salas teatrales y quienes participan en tal exitoso espectáculo. Y, por sin fuera poco, como es maestro, ha formado otra habilidosa y culta generación de teatreros que está desplazando a quienes sean cual helados de chocolate y no manejen sólidos conceptos teóricos y otras informaciones vitales para sobrevivir en esa casa de vecindad que es el show bussines criollo.
Escribimos sobre un venezolano, nacido en Madrid hace 46 años, quien sí está muy claro en lo que ambiciona en la vida –nadie debe sorprenderse cuando inaugure su sala teatral propia- y como demostración de que sabe el oficio y el conocimiento que tiene del gusto o el disgusto del público, ha dirigido y actuado otra vez la exitosa comedia dramática Art, de la francesa Yasmina Reza (París, 1 de mayo de 1959), la cual mostró en una Sala de Corp Banca.
Nos referimos a Héctor Manrique –el álter ego del ciudadano Héctor Rodríguez Manrique- el mismo que exhibió Art en la temporada 1999 - 2000 en la Sala de Conciertos del Ateneo, donde permaneció siete meses y contabilizó 125 funciones. Lo acompañaron en la escena, sus amigos, Iván Tamayo y Basilio Álvarez, asistidos por Kathy Clavijo y Melissa Wolf, dentro del dispositivo escenográfico creado por Carlos Di Pasquo, iluminados y vestidos por José Jiménez y Eva Ivanyi, y con la producción general de Carolina Rincón para el Grupo Actoral 80 y el Grupo Teatral de Caracas.
Art, en su sinopsis oficial, no es más que la peripecia de Sergio al comprar un cuadro moderno por una elevada suma de dinero; eso desagrada a Marcos, quien no acepta que su amigo compre tal adefesio; Iván intenta apaciguar a las partes conflictuadas. Y al final, la amistad, ese pesado terror hacia la vida solitaria y sin amor, triunfa y el arte queda como tema para otros momentos. Así lo enseñó Yasmina Reza en la capital francesa hacia 1994.
La primera temporada caraqueña de Art mereció cuatro premios y tres nominaciones, lógica consecuencia de lo que pasaba fuera y dentro del escenario, gracias a la dramaturga Yasmina Reza y su acida critica, en códigos de comedia, a la burguesía francesa, y por extensión a la de todos los países capitalistas y neocapitalistas, donde la amistad se fundamenta en mutuos acuerdos tácitos sobre todos los temas, pero en particular aquellos que denotan gustos sobre el arte o el amor, temas que los griegos agotaron y que aún persisten y preocupan en este crispado siglo XXI, incluso en Caracas.
El dialogo de la producción 2009 continúa brillante y con actores como Héctor, Iván y Basilio es una prueba convincente que Art será siempre una oda a la amistad sin barreras, a la lealtad asentada en el cariño y en la comprensión, al respaldo mutuo entre colegas dotados de sentimientos íntimos que deben superar obstáculos para convertirse en una actitud incondicional, como lo ha asumido además el publico desde que se mostró en el siglo XX.
Por supuesto que la lectura escénica que pueda hacer cada espectador de la reposición de Art será diferente o, incluso, hasta contradictoria. Para algunos será una broma sobre tres señores burgueses que no se ponen de acuerdo en sus exquisiteces estéticas plásticas, que son precisamente millonarias en dólares o en bolívares fuertes; para otros es un artificio más sobre los habilidosos mecanismos de dominación que brotan de la amistad varonil, porque entre las mujeres es más compleja y menos competitiva; pero habrá otros que pensaran en la necesidad de las amistad como la única compañía para ese camino que va inexorablemente hacia la muerte o el mutis definitivo. Cada cabeza es un mundo y cuando la sesera participa activamente en el milenario ritual del teatro, los pensamientos se complican. Lo único cierto es que este Art del 2009 es una oda a las gratas relaciones humanas que no tienen más que eso: amistad. El asunto se puede complicar si le añadimos amor…pero eso es otra obra y esa no se está representando por ahora. ¿A usted le interesa el arte o la amistad? ¿Qué desea más: la amistad o el amor? ¿No necesita ninguna de esas trampas y prefiere caminar solo…sin un perro incluso?

viernes, abril 17, 2009

El mundo según Cabrujas



Murió vivo y legó vasta obra literaria que lo sobrevive. Era José Ignacio Cabrujas (Caracas, 17 de julio de 1937/Porlamar, 21 de octubre de 1995) un vitriólico y original intelectual que amó demasiado a esta Tierra de Gracia y quien sí enseñó las claves de su método, cabrujiano, para interpretarla. El crítico Leonardo Azpárren, auspiciado por la Universidad Simón Bolívar, adelanta la compilación de toda su obra teatral, pero mientras llega ese hercúleo trabajo para disfrute de tirios y troyanos, la periodista y escritora Yoyiana Ahumada entrega la publicación El mundo según Cabrujas, un compendio de 320 páginas, impresas por Editorial Alfa, con textos ineludibles que recogen las impresiones de una de las intelligentzias más complejas y brillantes del siglo XX criollo. Ahí reposa una parte de la consecuencia del periplo intelectual y humano del legendario autor de El día que me quieras, Acto Cultural y Profundo, para citar algunas piezas memorables de ese mural de la Gran Venezuela que nos enseñó a conocer y amar. Pero dejemos que sea esta apasionada trabajadora cultural quien revele más detalles sobre esta joya literaria nacida de un acto de amor.
-¿Cual es la estructura de El mundo según Cabrujas?
- Inicialmente mi libro se llamaba A ver el mundo según Cabrujas, pero como una vez su viuda, Isabel Palacios, dijo: “es que como él guionizaba la vida, su columna debería llamarse El mundo según Cabrujas”. Yo tomé esa sugerencia y así ha sido editado. Es un viaje por las claves que lo fueron construyendo como autor, no como dramaturgo, aunque son las mismas, y todo parte de allí, de su concepción teatral del mundo, que puede verse en sus crónicas, en sus ensayos a mano alzada. En este libro partimos de sus primeros artículos publicados bajo el seudónimo de Sebastian Montes en la revisa Punto en Domingo; luego su paso por el Sádico Ilustrado, hasta llegar a El Diario de Caracas, como dije; varios de sus ensayos, unos conocidos como El Estado del Disimulo, otros serán una grata sorpresa por ser prácticamente desconocidos. Así mismo le dedicamos un capitulo a la ciudad en Cabrujas porque para el además de su escenario de creación como espacio físico, es el imaginario de su obra y ocupa un lugar fundamental en su reflexión sobre la provisionalidad y el mientras tanto. Finalmente el libro tiene dos estupendas entrevistas hechas a Cabrujas por Milagros Socorro, sobre su ars poética y sobre sus ideas políticas por Rafael Arráiz Lucca. Y el cierre son voces de la sociedad venezolana hablando de su Cabrujas.
- ¿Por que insiste en escribir sobre la vida y obra de Cabrujas?
-Definitivamente creo en que los hallazgos sobre las ideas de alguien, y me refiero a un escritor o un artista, solo se producen cuando un investigador se obsesiona con un autor, y eso es exactamente lo que me ha sucedido a mi. Desde mi tesis de Magister Literarae en la Universidad Simon Bolívar, hasta los artículos que he escrito, los seminarios etcétera, me han permitido descubrir claves cabrujianas sobre una de las intelligentzias más completas del siglo XX venezolano como lo fue, o lo sigue siendo la de José Ignacio Cabrujas.
-¿Considera que las nuevas generaciones deben conocer su pasado y estudiarlo como modelo a seguir?
-Jamás como un modelo, eso lo espeluznaría y mucho se cuidó de que no se le percibiera así. De hecho en su permanente juego dialéctico, y su brillante juego paródico, siempre marcó distancia con voces como la de Arturo Uslar Pietri, que fungía de una especie de oficiante del “deber ser” del venezolano. Cabrujas rompió con el modelo del intelectual distante del país, del venezolano de a pie y se puso de tú a tú con él. Creo que las nuevas generaciones deberían estudiarlo para comprender las claves del fracaso del proyecto de Venezuela como país, para profundizar en los tópicos sobre los cuales hemos construido la idea de la venezolanidad y el por qué de nuestras taras: la provisionalidad, la distancia entre las instituciones y el individuo; el fracaso de esas propias instituciones, el concepto del Estado Mágico; el país como lugar de paso, la ciudad del “mientras tanto y por si acaso”, el redentorismo entre otras. Comparto lo de que dice el escritor Alberto Barrera Tyzka en cuanto a que El Estado del Disimulo, una entrevista realizada en el marco de la Comisión para la Reforma del Estado (1987) debería ser un texto fundamental en el bachillerato.
-¿Es la única venezolana que se ha entregado a esa tarea?
-Seguramente habrá muchas otras personas a quienes le interese estudiar a Cabrujas, basta con abrir Internet y googlear, te encuentras con varios autores que lo han estudiado desde diversos puntos de vista. Siendo justos, mi inspiración como siempre ha partido de otros, además del propio Cabrujas y quiero nombrar al profesor Francisco Rojas Pozo y su libro extraordinario Cabrujerías; menciono a críticos como Rubén Monasterios y Carlos Herrera, y seguramente muchos otros que olvido, pero que también han indagado en la obra de Cabrujas. El tema es que, como ya dije antes, yo me obsesioné en el mejor sentido de la palabra. Creo en la memoria como ejercicio fundacional y la desmemoria es una de nuestras taras a las que debemos combatir. Con este trabajo que he hecho, queda una huella impresa y sus trabajos e ideas al alcance de todos los lectores.
-¿Vale la pena recordar a Cabrujas, cuando en su propio país no lo montan con la frecuencia que se merece?
-El hecho de que no lo lleven a escena es un tema que habría que preguntarse, y siempre me ha llamado la atención que salvo Profundo y por supuesto su obra más famosa, El día que me quieras, sean las únicas que se hayan montados una y otra vez. El Trasnocho Cultural ha hecho un homenaje a través de lecturas dramatizadas pero hasta ahí llega, quizá sea un tema de que su dramaturgia se produjo al amparo de un sistema cultural amplio, diverso, y en varios “subsistemas” el Teatro Universitario, EL Nuevo Grupo, La Compañía Nacional y finalmente el Teatro del Paraíso. Pienso en una obra como Acto Cultural (mi favorita) que hoy día tiene mucha vigencia, mucho que decirle al país sobre este proyecto cultural que a troche y moche se quiere imponer al país. Me refiero al anacronismo de la cultura endógena de pájaros guarandoles, y chiriguares, de un teatro político mediocre; y marcado por una orientación del “prolet kult”. Creo en la resistencia cultural e insisto ir en contra de la desmemoria.
-¿Qué es lo verdaderamente importante de Cabrujas: sus técnicas o sus argumentos?
-Creo que por eso Cabrujas me apasiona en primer lugar porque desde el punto de vista dramatúrgico es un genio que combina con maestría el manejo de técnicas modermas de intervención ficcional, como la parodia, la ironía, etcétera, con géneros aparentemente arcaicos como el sainete. Su construcción de personajes es muy profunda y ese el un gran hallazgo que no se repite en otros autores venezolanos, la construcción de personajes que llegan a convertirse en arquetipos Pío Miranda por ejemplo. Son personajes con los cuales el autor te permite establecer empatía porque son como uno, meten la pata, con una ingenuidad, que sólo te despierta compasión y ese giro ya los hace inolvidables y profundamente humanos.
En cuanto a los argumentos indudablemente la capacidad de “historiar” el teatro es extraordinaria, de que la historia nacional le sirva como telón de fondo para un argumento es un teatro enraizado en la venezolanidad para hurgar en esa Gran Historia la de Eduardo Blanco o Gil Fortuol y parodiarla, y decirnos “mira epa no sigas creyendo que somos un país grande”, sino un gran país mediano donde un protocolo como el de Rojas Freire borra 300 mil kilómetros del Esequibo porque se derramó una compota de hicacos como en la escena de El americano ilustrado. Cuando llevaron a escena El día que me quieras, yo la veía y decía está hablando de Pío Miranda, un comunista que ni siquiera leyó el Manifiesto, que ni sabia por que lo era. Símbolos vaciados de significado. Así mismo desde el punto de vista de la estructura dramática Cabrujas y eso lo recoge buena parte del trabajo critico sobre su obra está construida como una partitura porque era melómano y erudito de la ópera.
-¿Hay algún nuevo dramaturgo que vaya por los derroteros cabrujianos?
-A ver, creo que Elio Palencia, quizá en alguna de sus obras, digo por la conexión con lo venezolano. Gustavo Ott, por su particular manejo del distanciamiento brechtiano, creo que herencia de Cabrujas. Pero pienso que la pieza con aroma más cabrujiano con la que me he topado es Gregor Mac Gregor de Lupe Gerenbeck, por ese manejo de la ironía, del sentido del humor y del desenmascaramiento de un personaje consagrado por la historia y que resulta ser todo lo contrario, y por su aterrizamiento en la venezolanidad.

jueves, abril 16, 2009

Tragedia brasileña a la venezolana

En Venezuela, con más de cuatro siglos en las lides teatrales, no existe aún una escuela formal para la capacitación de directores de escena ni para enseñar el abcé de la escritura dramática. Todo, hasta ahora, se resuelve con talleres, más o menos prácticos y carentes de básicas teorías. Y se le dice a los interesados, que eso no se enseña y que es innato…pero que con un poco de esfuerzo humano y una palmadita divina, se puede hacer algo. ¡Somos como el Macondo que inventó el Gabo!
Esas innegables falencias son rémoras que tarde o temprano serán superadas por la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Uneartes), mientras tanto esos rubros del espectáculo se “aprenderán” en la marcha o en academias foráneas, con la cual la calidad de los eventos artísticos siempre estará en la cuerda floja de la improvisación…mientras llegan los graduados. Esas ausencias del soporte académico vienen desde siempre y eso explica porque el teatro criollo avanza a tropezones…pero siempre en desventaja con el de otros países latinoamericanos, donde también hubo los mismos problemas... que si fueron resueltos en la marcha, como el caso argentino, por ejemplo.
Durante el siglo XX hubo lapsos de esplendor estético, precisamente cuando Caracas fue una multisápida ventana al mejor teatro del mundo, pero era vapores de la fantasía fomentada por artistas foráneos involucrados en el proceso criollo, como lo hicieron los argentinos Carlos Giménez y Juan Carlos Gené, sin olvidar al precursor hispano Alberto de Paz y Mateos, al chileno Horacio Peterson y al mexicano Jesús Gómez Obregón. Todo se detuvo cuando ellos hicieron mutis por el foro, aunque dejaron huellas profundas en algunos dignos aprendices de la brujería escénica, muy preocupados porque sus trabajos fuesen fundamentales para transformar la literatura dramática en lúdico espectáculo audiovisual sobre un escenario,
Pero mientras Uneartes entrega esos primeros directores forjados en sus claustros, compleja tarea que exigirá, entre otras cosas, la utilísima presencia de maestros foráneos, los directores que existen, los que han aprendido tan duro oficio, con tiritos a la imaginación y la audacia natural, continuarán en su compleja tarea de llevar ante el público –de manera entretenida- las ideas y las historias de dramaturgos locales e internacionales, gracias a la colaboración imprescindible de actores y otros artistas involucrados en el delicado proceso de cada producción escénica.
Prostitución, crimen y sincretismo
Entre los directores jóvenes o los que están dando la cara, porque otros tomaron el camino del reposo del guerrero, que no es precisamente la ruta del santo Santiago, en el actual panorama caraqueño destaca Costa Palamides, quien tiene en cartelera dos espectáculos de comprobada calidad: Penitentes, pieza de Elio Palencia sobre amores de excluidos con prostitución y crimen de por medio, en el Celarg, y, el más reciente, Señora de los ahogados, del brasileño Nelson Rodrigues (Recife,1912/Río de Janeiro, 1980), asombroso montaje, digno del magnifico sincretismo cultural de este continente, en la sala Horacio Peterson.
El estreno del texto de Rodrigues en Venezuela –antes le fueron exhibidas Álbum de familia y Siete gatitas- ha permitido además el lanzamiento del grupo ArteÚ, integrado con ex miembros del Teatro Universitario de la UCV, ex alumnos de directores como Luigi Sciamanna, Orlando Arocha, Gonzalo Camacho y el susodicho Palamides. ¡Esperanzadora asociación de teatreros que incursionan en la escena criolla en buen momento y con muchas y sanas ambiciones!
Señora de los ahogados permite ponderar, además de la densidad mítica del autor, considerado “el padre del teatro moderno brasileño”, la creatividad del director Palamides, quien optó por sustituir las convencionales didascalias del texto, centrado en la venganza por un asesinato cometido 19 años atrás, con la capoeira, espectacular danza y defensa, impactante expresión cultural afrobrasileña que muy poco se utiliza en la escena teatral.
Señora de los ahogados es, como bien lo afirma el especialista José Francisco Silva en un sólido ensayo, otra reinterpretación del mito de Electra a la luz del psicoanálisis, mediante el trágico destino de su protagonista Moema –Electra, dueña y señora de los ahogados en el mar, pero donde el pueblo y la burguesía desafían abiertamente los valores tradicionales y falsos de una sociedad que se ha resistido a los cambios por sus cargas atávicas. La rigidez del texto y la complejidad de sus escenas con sus saltos al pasado y el presente, fueron resueltos sabiamente por Palamides con ese juego de danza teatro que inventó al alterar o recrear las didascalias, al tiempo que ubicó al público en un espacio teatral bifrontal y vistió de blanco a la escena y a los intérpretes. ¡Estrujante ritual que resume la estética de este director Palamides, donde no faltaron los cánticos corales!
Este montaje hiperkinético logrado con el texto de Rodrigues y el trabajo global, creado y macerado por el director Palamides, es un evento poco frecuente en el teatro venezolano, donde se ha creído que “dirigir” no es otra cosa que ejecutar las acotaciones del autor de la pieza. Sí, es un denso teatro de texto, erosionado por los cambios sociales de este crisol que es América Latina, pero también es un espectáculo sobre las pasiones sexuales –esas cambiaron y se hicieron más humanas- que rompen todos los cánones sociales, gracias a la conmovedora entrega de Nakary Bazán Germán Manrique, Carlos Maza, Dayana Caro, Alexandra López y Roger Lombano –hicieron talleres para jugar con la capoeira- y la primera actriz Nirma Prieto, toda una dama de la escena que se compromete y aboga por las nuevas generaciones.¡Bravo por ArteÚ y su compleja y asombrosa exhibición teatral,donde Eliseo Pereira se destaca como productor general!

lunes, abril 13, 2009

Premiaron al Proyecto Padre del TSMC

La República Bolivariana de Venezuela por intermedio del Gobierno Nacional entregó el III Premio Ministerio del Poder Popular para la Cultura 2007, en la mención producción teatral, a El Proyecto Padre: Obras José, el cual fue planificado y exhibido en el Teatro San Martín de Caracas, cuyo director y dramaturgo residente es Gustavo Ott, quien recibió la medalla de oro, el diploma y los 10.000 bolívares fuertes, elementos físicos del galardón.
Sobre las características del proyecto teatral exaltado, Ott, quien además es periodista, subrayó que la familia iberoamericana está en crisis y es por eso que en estos momentos se debe analizar la condición de cada uno de sus miembros. “Y para reflexionar y hasta proponer un manual que permita evaluar o ponderar al buen padre, un puñado de escritores estructuramos un plan teatral, en que el argumento era una serie de visiones sobre lo que han sido o son “los machos” engendradores de hijas o hijos. Para ello organizamos y ejecutamos El Proyecto Padre: Obras José, un original reto que hemos escenificado en el Teatro San Martín de Caracas (TSMC), a lo largo de los últimos tres años”.
Ott (Caracas, 1963) recordó que se trata de una mega producción de 13 obras y 13 autores de nueve países iberoamericanos, repartidos en tres espectáculos o montajes diferentes, los cuales hicieron sus respectivas temporadas durante los años 2007, 2008 y 2009. Advierte que "el personaje central, José, poseía las mismas características en cada una de las 13 piezas, aunque varía su contexto, condición social, usos del idioma, profesión, etcétera. Si José es burgués en una obra, en la otra es obrero, macho u homosexual o gay, filósofo o idiota, tahúr o santo; o José es casado, divorciado o viudo y vive al mismo tiempo en Argentina, Colombia, Venezuela, España, Chile, Puerto Rico o México; también puede ocurrir que José hable mucho o poco y su vida sea diferente en cada obra aunque es el mismo José siempre: padre de uno o varios hijos. Y será siempre el mismo José, porque cada papá es, además de un personaje, una metáfora. Le corresponderá al público opinar y aprehender lo que ahí se diga o enseñe".
Historia
“Amanecer”, la primera entrega de El proyecto Padre se estrenó el 8 de junio del 2007 y estaba integrada por las piezas Los adioses, de José de Víctor Viviescas (Colombia); El que te cogió y se fue, de Elio Palencia (Venezuela); Papá poeta, de Ricardo Halac (Argentina) y Cenizas vivas, de Roberto Ramos Perea (Puerto Rico). Los actores Gonzalo Cubero, Trino Rojas, María Eugenia Romero, William Escalante, José Luis Záez y Lismar Ramírez, bajo la dirección general de Luis Domingo González, integraron el elenco.
La segunda parte “Noches”, estrenada el 5 de Junio del 2008, contó además con los apoyos de Iberescena, el Centro Helénico de México y el Celcit-Argentina. Mostró las obras El testamento, de José de Luis Mario Moncada (México); La rosa mística, de Patricia Suárez (Argentina); y Notará que llevo un arma, de Gustavo Ott (Venezuela). Fueron dirigidas por el mexicano Marcos Vieyra y contó con la participación de los actores venezolanos Luis Domingo González, David Villegas, José Gregorio Martínez y Jennifer Morales y de la argentina Susana Varela.
“Atardeceres”, el último segmento, comenzó el pasado 6 de febrero y finalizó durante el pasado mes de marzo. Era un quinteto compuesto por las obras El padre José, de Ángel Norzagaray; ¿Quién Eres?, de Ignacio del Moral; La cuota de plusvalía, de Benjamín Gelemeri; Domingo, de Mónica Ogando y Ella bailaba bolerosde Isolina de Santiago Martín Bermúdez. El elenco lo integraron María Brito, Ludwig Pineda, Juliana Cuervo y José Gregorio Martínez, dirigidos por Costa Palamides.
Ahora, concluyó Ott, se publicarán los 13 textos del El Proyecto Padre: Obras José, los cuales serán bautizados en julio próximo, cuando se estrene el primer espectáculo de El Proyecto Madre: Obras María, que incluirá 15 piezas, escritas especialmente para esta empresa cultural dedicada al tema de la madre o la mamá.
Agenda
En lo que resta del año Gustavo Ott, con no menos de 30 piezas publicadas, la mayoría de ellas ubicadas ya en su página web (www.gustavoott.com.ar)será representado en varios escenarios. Aquí va una lista parcial de las obras hasta ahora comprometidas: Comegato (Chile y México), Gorditas (Colombia, México, Argentina, Las Vegas, Republica Dominicana y Turquía), Molotov (dos montajes en Colombia, Nueva York y Grecia),Passport (Dinamarca, Puerto Rico, Chile y Ucrania), 120 vidas por minuto (Nueva York y Panamá), La momia en el closet (EEUU), Pony (Perú y España), Evangélicas, divorciadas y vegetarianas (dos montajes en Brasil, Argentina y México), Fotomatón (Brasil y Nueva York ), Dos amores y un bicho (Brasil), Bandolero y Malasangre (Francia), Apostando a Elisa (España, Argentina y México), Chat (Grecia), Pavlov (dos producciones en México). Además, su agrupación Textoteatro del Teatro San Martín de Caracas ha sido invitada para exhibirse con las obras Chat (Chile, Lituania, España, República Checa y Dinamarca), Bandolero y Malasangre (España y Chile) y Passport (Mónaco y Argentina),hasta ahora.

sábado, abril 11, 2009

Celestina Internet en Argentina y Venezuela

Una amistad cada vez más cercana a través del chateo, entre una mujer y un adolescente, desembocó en una denuncia penal de los padres del muchacho por abuso sexual. La relación entre ambos fue creciendo, vía messenger, y se hizo cada vez más estrecha hasta que comenzaron a verse los fines de semana y, además, algunas tardes cuando el joven salía de la escuela. Ella, profesora de gimnasia, de 40 años, está desempleada. Él, de 15, vive con sus padres. La madre reveló que su hijo desapareció durante tres días del hogar y estuvo viviendo con la maestra, según lo ha difundido el diario Clarín (05.04.09),
“Yo lo amo, lo nuestro fue un noviazgo de tres meses, pero nunca vivió en mi casa. Ahora hace semanas que no lo veo y lo extraño horrores. En ningún momento nos planteamos la diferencia de edad", admitió Karina Troilo, quien tiene dos hijos: un varón de 16 años y una hembra de 13. Y, por si fuera poco, está separada de su marido.
La mujer vive con sus hijos en el populoso barrio La Estanzuela, en el oeste del Gran Mendoza, y el adolescente en otra barriada de clase obrera, en la localidad de San José, en el departamento de Guaymallén. Los separaba una distancia de unos 25 minutos en autobús…y el ciego amor los puso frente a frente a pesar de un cuarto de siglo de diferencia cronológica.
Al principio, al chico sus padres le pidieron que dejara de verla, pero se rebeló y comenzó a irse de la casa para ver a la maestra cada vez más seguido, según contaron los padres al fiscal. Con el tiempo, la relación se volvió incontrolable y tuvo uno de sus picos más altos semanas atrás cuando el chico dejó la residencia familiar para quedarse durante tres días con la amada, según la denuncia que investiga la fiscalía.
Su padre fue a buscarlo y se lo llevó a la fuerza, le prohibió a la mujer seguir viendo a su hijo y la denunció ante la Justicia. Karina, sin embargo, dijo que el muchacho nunca vivió con ella. "Esos tres días vivió en la casa de un familiar mío", se defendió.
El caso ahora está a cargo del fiscal de Guaymallén, Jorge Calle, que investiga si hubo estupro, ante un posible caso de abuso sexual con el consentimiento de la víctima. Este delito, de comprobarse, tiene una condena de entre tres y seis años de prisión.
Sin embargo, para la Justicia mendocina aún no está comprobado que haya existido alguna relación sexual entre la mujer y el menor. Antes, el fiscal debe realizar varias tareas: tomar declaración testimonial al adolescente y someterlo a distintas pericias médicas y psicológicas para establecer si pudo haber abuso.
Para los padres, no quedan dudas de que "la mujer logró seducirlo por Internet y manipuló sus sentimientos" durante el tiempo que duró la relación.
Y mientras se conoce el colofón del encuentro amoroso de la especial pareja de argentinos, quienes no son los primeros ni los últimos que violentan las normas sociales sexuales, debemos advertir que tan “comprometida información” nos viene como anillo al dedo, porque cunde un clamor mundial para que sea controlada la Internet.
Algunos insisten en que tan mágico instrumento puede afectar el desarrollo de las comunidades si no se imponen pautas para su uso a los cibernautas. Y eso no es tan difícil, ya que los servidores y los satélites que hacen posible el funcionamiento de la WEB (World Wide Web) están bajo el control de pocas manos y ya se conocen algunas sanciones que han aplicado cuando hay excesos. Nadie sabe, por ahora, qué se podrá hacer o qué será penado. ! En 20 años de vida que tiene la Internet, ya es una comprobada Celestina electrónica y ahora la quieren llevar a la hoguera… por lo menos!
Chateo mortal en Caracas
Quien se ha unido al sensato coro de advertencias sobre los excesos que se cometen con la Internet, es el dramaturgo Gustavo Ott (Caracas, 1963) con su obra Chat, la cual se exhibe en el Teatro San Martín bajo la dirección de Luis Domingo González y con los actores Rubén León, David Villegas, Carolina Torres y Mariana Alviárez.
Chat plasma una serie de situaciones que han ocupado páginas de periódicos y espacios de otros medios, además de nutrir argumentos fílmicos. Hace énfasis en ocho historias de chateadores que pretendieron resolver sus cuitas existenciales y lo que hicieron fue complicarse la vida, al caer en trampas malévolas generadas por la perversión. Es un triller que va desde la saga de una mujer ansiosa por emigrar a Estados Unidos y es vulnerada por unos perversos “coyotes” en la frontera mexicana, las veleidades del pervertido que atrae muchachos y muchachas para saciar sus instintos, la angustia de un adolescente empeñado en vengarse de sus compañeros de estudios y por eso urde y ejecuta un asesinato múltiple en su colegio, o en la captura de idiotas útiles para conspiraciones de extremistas. En síntesis, exhibe una mínima escala, y hay que subrayarlo, de la cara obscura o el lado nefando de esa novedosa aplicación de la Internet, pero la culpa no es del instrumento si no de quienes lo utilizan.
Chat es un acerado teatro de ocasión, precioso y oportuno, que debe ser convertido en guión cinematográfico, porque su temática y su argumentación novedosas rompen las reglas milenarias del teatro. Creemos que en formato audiovisual se pueden lograr efectos y catarsis que jamás se obtendrán con Chat en un escenario, donde la imaginación del espectador y del director González siempre estarán en deuda con la propuesta del autor, un texto que ya no le pertenece y que ahora será tomado por otros directores para crear espectáculos de mayor impacto, porque el entretenimiento y la diversidad escénica no están reñidos con los contenidos ni con el metatexto de la pieza, sino todo lo contrario: catapultan mucho más a todo el mensaje de este lucido dramaturgo venezolano, quien, como padre que es, tiene sus lógicas preocupaciones, sumadas a las de un ser intelectual comprometido con la realidad de su nación. Nada de lo que ocurre le es ajeno y por eso escribe para la sociedad contemporánea y sin ningún temor trata de poetizar lo que emana de los periódicos y los otros medios de comunicación. Esta al día…y eso no da si no ventajas.
A buena hora la televisión y el cine se han desarrollado para auxiliar al milenario teatro, alfa y omega del espectáculo más popular y más humano de todos los tiempos. Antes lo audiovisual se nutrió del viejo arte de Tespis y ahora este bebe de sus hijos.

martes, abril 07, 2009

El entretenimiento ha muerto

Los reconocimientos nacionales e internacionales no le enfrían el pensamiento al dramaturgo y director caraqueño Gustavo Ott. Sigue tan radical y tan enguerrillado como cuando se debatía hamletiamente entre el periodismo y el teatro, durante los prolegómenos de los años 90. Ahora, cuando ya tiene una treintena de obras, estrenadas la mayoría, y las cuales están en las programaciones de las agrupaciones más importantes de Europa y America, advierte que en el teatro si están transcurriendo cosas, pero que quizás lo más importante ocurre con el público o con los espectadores. Sus apreciaciones son realmente originales y provienen de su sensato deambular entre multisápidos espectáculos y conferencias sobre el arte dramático universal. No es un intelectual que entreteje frases y pensamientos ajenas y las presenta como propios. No le teme al error, porque de ahí también aprende. Y es por eso que ahora lanza esta “bomba Molotov” sobre el crispado lago del show bussines del mundo occidental: el entretenimiento ha muerto y el espectador quiere o espera otra cosa.
Pero antes de conocer lo que anida caliente en la cabeza de Ott, hay que saber que ya pisó los 46 años de vida, sigue casado y es padre de una preadolescente. Y que en Washington D.C. lo esperan para el estreno de su pieza Mummy in the Closet (La momia en el closet), inspirada en las peripecias del cadáver de Evita Perón, cuya premier ha sido pautada para el próximo 4 de junio en el Gala Theater.
-¿Cómo está el teatro?
-A pesar de este momento tan importante en el arte, el teatro sigue aislado por sus tendencias restauradoras. Busca el reconocimiento tanto estético como popular en lo mejor de la actualidad. Lo que no es de satisfacción masiva, lo es, por lo menos, en lo estético. Para ese teatro ya viejo, la belleza no debe comprometerse, porque la belleza, cree, es pura. La belleza no tiene un “por qué”, sino muchos “comos”. La intensidad del disgusto es menor a la pasión creadora, creen; la revuelta no tiene que ver con el arte, piensan; el sentido se busca en el universo interior. Seguimos utilizando a Hauser como aquel que sigue oyendo música en casetes. Quizás porque le recuerda su juventud.
-¿Por qué dice que hay otro ideal de la belleza?
-Porque antes la belleza era un grupo de verdades encubiertas. Jean-Marie Gustave Le Clézio, Premio Nóbel de Literatura 2008, piensa que descubrimos la belleza cuando entendemos que “la realidad es un secreto”. Quizás hoy sea posible crear sin compromiso, pero no sin responsabilidad. La belleza hoy es comprometida quizás porque regresamos a la idea Lacaniana sobre lo real, que si existe, parte de la experiencia del horror. Lo estúpido nunca lució tan estúpido como hoy.
-¿El espectador es distinto hoy?
-Es que antes la gente común no se hacía preguntas filosóficas como las que se hace ahora. Hay una línea directa desde la última obra de los años 60 a este deseo colectivo de terminar con la evasión. El espectador en todo del mundo nunca exigió tanto sentido como lo pide ahora. Y en particular, el público espectador y hasta el que no está pendiente, comienza a hacerse una autocrítica con un ataque devastador a lo que le rodea. Y esa crítica comienza, quizás, con una frase simple: “Pasa el tiempo y no somos mejores.”
“Hemos sido nosotros los que, suplicando por atención, hemos revendido estos escenarios nuestros como catarsis. El espectador, creemos, sufre mucho durante el día, pasa horas en el tráfico, tiene stress, enfrenta problemas en su trabajo, y entonces, le ofrecemos que venga al teatro para que se olvide de todo. Para que se relaje. Para que se evada y piense en lo hermoso que son los trapecistas, los cicloramas de colores, los espectáculos multimedia o, más común, se eche a reír con el drama femenino, o la competencia masculina, teatro de parejas, guerra de sexo con chiste, es decir, casi cien años de ecuación restauradora probada. Nos decimos –y hasta lo proclamamos como idea- que el espectador sufre tanto en la vida que necesita evadirse un poco. Como si este mismo espectador no tuviera a su mano otra realidad, una virtual, que ciertamente le permite evadirse de sus problemas y, en algunos casos, hasta ser otro y vivir otras vidas, como en Second Life o en el Chat nuestro de cada día”.
“Nuestro popular y al tiempo elitesco teatro sigue atado en casi todas sus formas al entretenimiento, la distracción y la diversión desde lo comercial evasivo hasta lo monumental festivalero, pirotécnico, efectista y espectacular. El teatro nuestro hoy, hasta cuando se promueve en los disminuidos programas culturales, repite una sola promesa básica: “venga al teatro, se va a divertir. La pasará bien” En esta súplica humillante, el creador, en su desesperación por llenar la sala, es capaz de vender a su madre, colocando a Brecht, Santana o Kushner en el mismo paquete zarzuelesco del “Sólo para reír” o del reality”.
“Pero el secreto a voces que no queremos oír en los escenarios es que el espectador entrenado ya no pide entretenimiento, no desea combatir el stress, ya no le interesa evadirse. El espectador, donde antes pidió efecto, hoy demanda sentido. Busca un creador que, desde las Bienales de Arte de Sao Paolo o Venecia a los Festivales de Cine Sundance, Cannes y hasta los Oscares entienda que la belleza es, fundamentalmente, ética de combate, resistencia hasta la muerte y denuncia desesperada”.
-¿Cómo es eso que el entretenimiento ha muerto?
-Todo es nuevo. Internet es nuevo, para empezar, y con Internet, lo nuevo es un planeta entero completamente inédito. Hay una intensidad del disgusto en el arte que es nueva. Hay una búsqueda de sentido en la cultura que es nueva. Las ideas sobre el fin de la utopía y la clausura del futuro son también nuevas y tienen una intensidad especial debido a las preocupaciones por el nuevo siglo. Es decir, creo que tenemos los ingredientes perfectos para un nuevo Renacimiento. En esta nueva era, pienso que el entretenimiento, tal y como lo conocíamos, en su congruencia con la idea de la diversión y catarsis, en su relación con los medios de comunicación y hasta el arte, ha muerto. Y que, aunque siga andando, y lo veamos todos los días como si nada, igual está muerto, como muchas cosas en la historia que se mueven pero que no existen.
-¿Un nuevo Renacimiento? ¿Nada menos?
-Sí, en todo el planeta y en todas sus manifestaciones; desde nuestras percepciones sobre el poder hasta los medios de comunicación y muy especialmente en el Arte. Y creo que este Renacimiento Siglo XXI se levanta sobre la pasión, desconcierto, intensidad del disgusto y angustia no tanto por el fin del siglo XX, sino con este inicio tan explosivo del siglo XXI, que apenas va por su primera década, pero con la sensación de que han pasado 50 años y contando.
-¿Y allí, en el nuevo Renacimiento, no hay espacio para el entretenimiento?
-Más bien el entretenimiento va hacia otras áreas de la virtualidad, desde los sitios sociales en Internet y el Chat a Wii. El pasatiempo parece inútil porque el tiempo ya no se puede “pasar”. El tiempo ya no existe para perderse. La muerte toma una pausa porque lo que no vive no es probable que muera. El espectador, a conciencia o sin saberlo, ya no se conforma con ser entretenido, está harto de aislarse. Anda más interesado en su mundo porque el mundo anda también muy interesado en meterse con él, pero de manera brutal. Lo simbólico del siglo trastoca nuestra percepción de la cultura. Ya no queremos que, en la noche, nos representen algo para olvidar la realidad, sino que exigimos ver algo, lo que sea, que nos permita recobrar la realidad perdida durante el día. Y ni siquiera una realidad, sino muchas, en especial, la que es un secreto. La realidad que no sabemos que existe. El trabajo, los horarios y las tareas del sistema son el pasatiempo, pertenecen al pasado, a la restauración, no al Renacimiento siglo XXI. En cine, literatura y hasta TV, más que entretenernos, más que lo bello, bien hecho y sentimental, más que el mensaje didáctico, más que el desarrollo de los personajes o de la historia, parece que el Siglo pide a gritos la profundidad y el impacto del Tema.
-¿Y el teatro?
-Esa angustia parece que no anda por nuestros escenarios, tan complacientes ellos. La angustia no se empaqueta en nuestros festivales, la angustia no divierte ni entretiene a los creadores. De festivales y temporadas, de concurso en concurso y estreno a estreno, parece que nuestro teatro se decide más por los actos que tienen sentido de actualidad, tanto en lo popular como en lo elitesco. Su fin, parece, es entretener a un espectador que, cree, desea evadirse de su realidad sobrecogedora; o entretener al creador mismo, que desea únicamente dar a conocer su visión del mundo.
-¿Qué pide el espectador de teatro y sobre todo el artista de teatro?
-El espectador pide, desde las calles de su cotidianidad normalizada a quemarropa, un teatro que tenga la valentía de deshacerse del entretenimiento. Hace unos días un gran director venezolano se quejaba diciendo que tendría que ponerse a hacer teatro político. En su queja, esconde temores restauradores muy profundos. Por supuesto que debe hacer teatro político: todo lo relacionado con el tema del poder, escrito hoy y aquí, es Renacentista siglo XXI. Pero muchos de estos creadores hacen política declarando en los periódicos, no en su obra. Su obra no representa nada de lo que creen y dicen en público. En este punto siempre recuerdo a Robert Stevenson que se pasó una década luchando contra la censura, el poder, las violaciones de derechos humanos. Pero hoy nadie lo recuerda. Y nadie lo recuerda porque su obra más importante es Mary Poppins. Como comprenderás, tener un discurso político y una obra insulsa se anulan una a la otra.
-¿Y no es eso lo quiere el espectador?
-Pensamos que le damos lo que quiere precisamente en el momento en el que vivimos la peor crisis de identidad. ¿Cómo es que el espectador de teatro se desdobla? ¿Cómo sabe quién es en el cine y se comporta como espectador entrenado cuando se le presenta un reto; pero frente a nuestros escenarios finge cierta parálisis intelectual; con nosotros no sabe quién es y mucho menos lo que quiere? Quizás porque, frente a todos, le tratamos como a un niño. El teatro termina siendo un oasis a sus preocupaciones intelectuales y filosóficas. Aquí, en los escenarios, hay belleza indiferente. Trascendencia con fingimiento.
“La verdad es que el espectador ha descubierto mucho, ha dado grandes pasos con un cine que le propone temas y formas que antes estaban destinadas a intelectuales, críticos y artistas. El espectador ahora se sabe mejor. Entiende lo que antes era “raro” y hasta lo exige. Reír ya no es su requisito, divertirse tiene otros medios, distraerse lo ubica en otro contexto. Exige ahora a la obra y al creador más bien una forma y una palabra urgida o necesaria de contemporaneidad.
-¿Y eso es sólo aquí?
-El espectador del Renacimiento Siglo XXI observa, con desprecio casi merecido, a un teatro que se mantiene en la restauración. Desde Broadway y Madrid a Buenos Aires y Santiago, con arqueológicas excepciones, pareciera que nuestra reflexión se aproxima más al pensamiento dominante del siglo pasado que a los problemas de la utopía, la revuelta y la intensidad del disgusto del nuevo tiempo. Con nuestro cariño por el impacto visual, los temas individuales, el circo, la comedia de puertas, el poder patrocinante y sus migajas, nuestros dramas bien hechos y nuestra risa y efecto, el teatro hecho y escrito en español es algo así como la derecha de las manifestaciones artísticas en el Renacimiento Siglo XXI. Perdemos en los escenarios nuestra validez artística porque, en definitiva, los escenarios se han colocado a la derecha política, social y en especial, estética, del arte en el Siglo XXI. Lo peor es que no lo hace deliberadamente, sino por descuido intelectual, por tradición, seguridad, y apego a las reglas, lo que le convierte, por estos días de responsabilidad exigida, en algo así como lo mejor del arte Fascista Adulto Contemporáneo.
“Somos, por estos escenarios en español, pues casi nada más que entretenimiento. Aspirina para el dolor, mientras literatura, artes plásticas, cine y hasta mucha TV han decidido no sólo romper con la Restauración siglo XX, sino que además, han comenzado a hablar del dolor. Y cada vez más frecuentemente, han sido otros y no nosotros –los del teatro- los que han resuelto ser el dolor mismo, como pensaba Virginia Wolf “No hay Shakespeare, no hay Beethoven; definitiva y enfáticamente, no hay Dios. Nosotros somos las palabras, nosotros somos la música. Somos nosotros lo que es. La cosa misma…”.

sábado, abril 04, 2009

Crimen y penitencia contra gays y lesbianas

Mientras en el Reino Unido una minoría significativa de los terapeutas sigue intentando ayudar a sus pacientes para que se vuelvan heterosexuales, como lo anuncia el diario El Mundo, de Madrid, del 23 de marzo de 2009, los crímenes contra homosexuales, travestís, transexuales, transgeneros y lesbianas, en Europa y América, no se detienen, pululan y, como cruel paradoja, hasta estimulan espectáculos teatrales, televisivos y cinematográficos, sin contar las novelas, noveletas y hasta extensos poemas.
Así lo registran, los medios de comunicación, donde tales sucesos, los sangrientos especialmente, son presentados de manera escandalosa, porque eso, supuestamente, “vende periódicos” o “incrementa el raiting”. El fin ultimo, que es la pingüe ganancia del mercado, pretende ser la excusa, pero en el fondo sí hay un asombroso porcentaje de fobias y otras falencias culturales en los cerebros de los hacedores de las noticias o de los mediáticos empresarios, quienes se erigen como un muro de la decencia para detener la desmoralización de la sociedad que puede arruinarles la vida a sus nietos. Y mejor no hablar de los que ejercen el poder político, quienes toman posiciones casi siempre clientelares o electorales, pero difícilmente asumen comportamientos humanistas en público, porque… ¡caca, eso es pecado!
Muchas lágrimas y sangre han llovido desde los disturbios de Stonewall (Nueva York, EEUU, 1969), que marcan el inicio de la liberación homosexual. Por supuesto que ha mejorado la vida de gays y lesbianas en algunos países occidentales, principalmente en sus grandes urbes. Pero sigue habiendo discriminación y mucho más que eso: hay médicos que tratan de reconducir la sexualidad de sus pacientes a pesar de que no existen evidencias científicas de que eso sea posible, puntualiza la publicación madrileña.
Mientras en España ese tema se debate en la prensa y se discute abiertamente y hasta cunde la lógica alerta en las organizaciones de defensa de los derechos humanos ante la vulgar utilización de la supuesta ciencia medica, dedicada, una vez más, a engañar a los incautos o a los desesperados, aquí en Caracas, casi en silencio, se exhibe un espectáculo teatral que presenta la cara más sórdida de la discriminación hacia las conductas sexuales en general y en particular contra los homosexuales.
Es una pieza teatral que remite a un hecho real, pero que no es la copia de lo que verdaderamente ocurrió, porque siempre la realidad será superior a la ficción, tal como lo ha reiterado el director y líder del grupo Teatrela, Costa Palamides, un caraqueño con padres griegos que no niega jamás sus influencias culturales, quien insiste con Penitentes por su tema corrosivo y desgarrador, inspirado en la saga del asesinato de un religioso y las extrañas circunstancias como apareció su cuerpo.
Penitentes en tercera temporada
A tres años del asesinato del sacerdote católico Jorge Piñango Mascareño ha retornado a la sala experimental del Celarg, para su tercera temporada, la pieza Penitentes de Elio Palencia, producida por el grupo Teatrela y con la puesta en escena que ha creado Costa Palamides. Y es ahora, cuando debemos subrayar que ese espectáculo teatral no es una reconstrucción del escandaloso suceso que estremeció a Venezuela, al aparecer el cadáver del clérigo en la habitación 89 del caraqueño hotel Bruno, el 24 de abril de 2006, tal como fue reseñado ampliamente por los medios de comunicación.
Las investigaciones oficiales esclarecieron los móviles y las causas del crimen (asfixia mecánica y hematomas en la región occipital y nasal), identificaron velozmente al homicida, quien fue capturado rocambolescamente y procesado. Aquello inspiró al dramaturgo para que pergeñara su oportuna, estrujante y valiente pieza, la cual mereció una creativa y excelente dirección, además de convincentes y plausibles actuaciones de José Gregorio Martínez, Ludwig Pineda y Delbis Cardona, histriones pertenecientes a diferentes generaciones.
Elio Palencia pone sobre el escenario a tres personajes -un religioso, un estudiante y un chulo - cuyos destinos se atarán para siempre en la noche de un sábado cualquiera en una caraqueña discoteca gay y rematan en una cárcel fantástica para pagar la penitencia que impone la justicia y la sociedad. El espectáculo, cargado de acción dramática, nos revela una historia de confesiones de alta tensión que vuelven añicos una cantidad de tabúes y falsas morales de la sociedad venezolana.
En este prístino montaje se cuidó que el público -colocado en los cuatro costados del escenario- revisara la intolerancia que existe contra todo lo que manifieste diversidad sexual, alucinante suma de la ignorancia contra todo lo que sea divergencia, y plasmó en la escena el miserable e inhumano mundo en que se debaten los tres personajes del drama: sacerdote, chulo y estudiante; la víctima, el asesino y otro que conocía íntimamente al religioso.
Penitentes, revisa, pues, crudamente la intolerancia y la indiferencia de algunos sectores de la sociedad criolla, teniendo como punto de partida tres perspectivas de homosexualidad que se entrecruzan por la fuerza de sus pasiones.
Al ver y degustar, por tercera ocasión, este evento artístico, es evidente que no hubo por parte del autor, ni del director un abuso de la temática, ni excesos en tan compleja argumentación. Todo está limitado a mostrar las violentas acciones físicas, plasmadas en sobrio juego coreográfico, pero suficientes para recrear los actos de los personajes reales y sus respectivos dramas, al tiempo que se usa un lenguaje concreto. Todo destinado a enseñar como esos seres humanos, los del teatro y los de la vida real, están condenados de antemano por una sociedad que no permite salirse de las normas religiosas que apuntalan a las leyes de un Estado que se declara laico y que castiga con la muerte, a pesar de que está prohibida la pena capital, no sólo a ese tipo de violaciones o excesos de las conductas sexuales contrarias a las normas religiosas.
El objetivo del grupo Teatrela y Palamides, sin pretender explicar lo que pasa en este espectáculo, es llevar a escena diversas obras de dramaturgia latinoamericana vinculadas a su realidad sea esta política, social y cultural. En el caso de Penitentes ha querido enfrentar al público con una realidad que los estremezca. Ahí revisa la posición del individuo frente a una sociedad castradora, engavetada o en todo caso hipócrita. Más allá de la tolerancia a la diversidad sexual está el cómo esa conducta sexual es tratada por el poder, la iglesia y los medios. Y la verdad que el panorama actual es bastante decepcionante, puesto que ninguna de esos status de poder tiene una visión humanista del asunto. Basta que surja un crimen con visos de diversidad sexual para que este sea enfrentado con retóricas de amarillismo mediático o de regresión a la edad de piedra. Creemos que esta es una de las razones fundamentales por la cual han mostrado esta obra de nuevo.
En Venezuela, como en otros países americanos y europeos, pululan esos “crímenes sexuales” porque sus victimarios expían así sus culpas, de origen mítico religioso. Y hasta que no se supere ese hondo problema cultural, matar mujeres, prostitutas, homosexuales, lesbianas, travestidos y transexuales “está permitido”, aunque las leyes digan todo lo contrario. Y como prueba basta con revisar las publicaciones de los últimos años donde hay varios casos para recordar.




viernes, abril 03, 2009

El deslave moral de una familia venezolana

En el hogar de un matrimonio venezolano clase media, donde casi todo es pura apariencia, Eduardo (Jorge Palacios) y Claudia (Emma Rabbe) conviven e intentan ser felices. A pesar de sus problemas cotidianos, de sus "pequeños vicios", sobreviven hasta el día en que un ex-paciente de Eduardo llega a la casa. Se trata de Jorge (José Manuel Ascensao), jardinero y ex-seminarista, sobreviviente del deslave de Vargas, testigo de toda una tragedia social... y de un secreto personal, que al descubrirse revelara el rostro más íntimo, más desconocido de quien el espectador menos espera.
Así explica, sin mayores detalles, “para no afectar al espectador”, el dramaturgo y director Johnny Gavlovski algunos aspectos de su espectáculo teatral La última sesión, el cual se podrá ver en la Sala Luisela Díaz del Caracas Theater Club a partir del 15 de abril de 2009.
Al psicólogo y dramaturgo Gavlovski la tragedia natural o el deslave del estado Vargas (15 de diciembre de 1999) lo impactó de tal manera que al año siguiente estaba escribiendo su pieza, la cual ahora dirige. “Nace a partir de mi labor en tareas de ayuda a los damnificados tras la tragedia del estado Vargas. Hubo una cantidad de situaciones del comportamiento humano que merecían una explicación y que para mí, en ese momento, como hombre, como psicólogo, no lograba tenerlas. Por ello acudí al teatro, a la escritura, buscando una explicación para lo inexplicable. Hoy en día, cuando veo para atrás, creo que La última sesión fue el inicio de mi retorno al psicoanálisis. Las enseñazas de Jacques Lacan fueron las que me dieron la clave de lo que sucedió con la gente…allá, en Vargas
-¿Qué aborda esta obra?
-Es la historia de una familia, venezolana, clase media, y lo que le ocurre en aquellos tiempos tras el deslave. Pero no solo con el deslave que pasó afuera, sino el de adentro, el deslave en la privacidad de una pareja cuando permiten que un imprevisto entre en sus vidas, alterándolas quizás... para siempre.
Comenta, que La última sesión aborda un problema ético sobre los derechos humanos. Propone una serie de consideraciones sobre lo que es capaz de hacer un hombre cuando los límites se pierden. Para su creación se guió por una frase de Arthur Schopenhauer que siempre lo ha hecho reflexionar: “El hombre es un animal salvaje y terrible, le conocemos tal como ha sido domesticado por aquello que llamamos civilización, pero una vez que desaparecen las cadenas de la ley, dando paso a la anarquía, se presenta como realmente es”.
Ese pensamiento del filósofo alemán, lo vio materializado durante el deslave del estado Vargas, en aquel siniestro diciembre de 1999, cuando sorprendieron a dos hombres violando en un asilo a unos niños con Síndrome de Down. “Eso nunca pude entenderlo. Es el horror en escena. Así nació La última sesión, como un intento de entender esa barbarie. Me inspiré en vivencias personales y en testimonios de supervivientes, para así confrontar al público con situaciones límites de honda reflexión ética. Es un teatro antibarbarie”.
-¿Qué le llevó a escribirla y después a montarla? ¿Por qué dirige sus propias obras?
-La escribí porque el acto de la creación es lo que me mueve y soy un escritor. Es mi vía para ser, para crear. Es la primera vez que la dirijo, nunca antes lo hice, pero ha pasado por las manos de otros directores, como Alirio Zavarce que la montó en Australia. No fue sino hasta que el año pasado, cuando ganó el Premio Actors of the World en Londres, que Moisés Guevara me entusiasmo en presentarla como una lectura dramatizada en el Teatro Trasnocho. Allí me acompañaron los primeros actores Ivonne attas y Jorge Palacios y el incansable artista José Manuel Ascensao. Precisamente, Ascensao quedo tan entusiasmado que movió la maquinaria de producción de la fundación Proscenio y ahora nos disponemos a estrenarla.
-¿Cómo han sido los ensayos? ¿Cómo ha sido el trabajo con los actores?
-Los ensayos han sido extraordinarios. Cuento con tres actores de primera línea: Emma Rabbe, Jorge Palacios y José Manuel Ascensao; ellos me han llevado a replantearme mi manera de enfrentar un texto y dirigirlo; ellos son visceralidad pura y ello ha llevado a que los ensayos sean juego, invención, improvisación, catarsis, organicidad ciento por ciento, para buscar la verdad en la escena.
-¿Qué significado puede tener o tiene esta pieza dentro del contexto del actual teatro venezolano?
-Creo que hay darle al público un espectáculo de texto y actuación pura, hay que llevar teatro y verdad a la escena. Hay que dar algo más allá del espectáculo fácil para la evasión. Y por otra parte, creo que esta obra aporta un grano de arena a la línea del llamado teatro psicológico escrito en y desde este, nuestro país. Creo que todo lo que he mostrado ha sido util. Son 20 piezas, 15 han sido escenificadas y seis fueron galardonadas. El vuelo, Puentes rotos, Concierto para tres silencios, Habitante del fin de los tiempos, Ruido de piedras y La última sesión, han sido premiadas.