lunes, septiembre 01, 2008

Los dos no hicieron esperar a los coreanos

¿Qué pasará en una sala de espectáculos sí los actores no acuden a su cita con el público? ¿Podrá alguien del personal técnico suplir esa inesperada ausencia?¿Qué reacción tendrían los espectadores cuándo presencien una función improvisada por los acomodadores o los tramoyistas? ¿Ha nacido una nueva manera de encarnar el teatro o la danza?
Esas preguntas y otras las estará respondiendo, desde el escenario, la agrupación Dramo con su espectáculo Esperando a los dos, el cual, en representación de las sufridas y nunca bien comprendidas artes escénicas venezolanas, participa mañana en la gala inaugural de la decimoséptima edición del Festival Nacional de Danza de Corea, en la ciudad de Mokpo.
Sí, Esperando a los dos, estrenado en el Ateneo de Caracas durante la temporada 2006, fue invitado para que lo aplaudan los coreanos, después que aquí lo vieron los organizadores de ese importante evento de la nación asiática.“Es una oferta que significa un reto, ya que vamos a mostrarnos ante una sociedad culta, con otra lengua y diferentes códigos de valores, pero estamos seguros comprenderán y además disfrutarán nuestro lenguaje escénico occidental. Es un reto que aceptamos y mucho más en estos tiempos tan difíciles”, puntualizó Miguel Issa, director de Dramo y uno de los interpretes que, con Eliana Santander, viajó a Corea del Sur el pasado sábado, después de celebrar el Premio Municipal de Teatro del Municipio Libertador, en su categoría de Mejor Espectáculo para Niños, con la pieza musicoteatral La zaranda, el cual fue anunciado el pasado jueves.
Issa explica que Esperando a dos es un espectáculo donde se combina la danza y el teatro, el cual plasma a dos personajes que trabajan como acomodadores en una sala teatral y quienes, al no llegar los actores del espectáculo de ese día ellos, deciden asumir poco a poco una nueva obra, la cual van creando a partir de todo lo que hasta ese momento se ha presentado en ese espacio.“Esperando a los dos no es otra cosa que un homenaje a los artesanos del teatro, por parte de los trabajadores detrás de bastidores, seres que han visto más espectáculos y las vidas secretas de esos montajes que cualquier crítico y que con su sabiduría referencial pueden o son un verdadero medidor para valorar la calidad de un espectáculo”, afirma.
SAGA DE UNA PASIÓN
Miguel Issa (Caracas, 1962) quería ser cantante lírico, pero su instrumento vocal no dio, o no tiene, los registros adecuados. Eso no lo detuvo y logró estudiar música en la Escuela de Artes de la UCV, donde se licenció hacia 1991. A instancias de Luis Viana participó en su agrupación coreográfica. Eso le gustó tanto que trabajó en varios espectáculos y especialmente con Acción Colectiva, compañía de danza y teatro físico creada en 1985 por iniciativa de Carlos Orta, Julie Barnsley y Diane Noya, y donde además intervinieron Leyson Ponce, Juan Carlos Linares, Pedro Osorio, Marieli Pacheco, Eleonora González, Enid Narváez, Carlos Mujica, Alfredo Orueta y Jacqueline Simonds, entre otros.
Ahí permaneció seis años, hasta que con Leyson Ponce crearon Dramo (Dramaturgia del Movimiento), que desde 1995 se ha caracterizado por abordar la creación a través de la fusión de los lenguajes del teatro, la danza, la ópera, el cabaret, el circo, el ilusionismo y el video.
En 1996, Dramo debutó con Gastone e Meraviglioso y en 1997 presentó Ella, María Callas y Nosferatu, ladrón de cuerpos. Desde entonces no ha detenido su trabajo artístico, donde el entrenamiento corporal o el intenso adiestramiento físico es fundamental para la creación de nuestros espectáculos. En 1998, presentó Medea Material de Müller y la ópera Lo Speziale de Haydn; en 1999, exhibe el auto sacramental El Divino Narciso de Sor Juana Inés de la Cruz y Pascua.
Para el año 2000 realizó una versión de La Divina Comedia de Alighieri y la opera de Kurt Weill: Los siete pecados capitales. En el 2001, entregó La canción de los niños muertos, inspirada en las canciones de Gusta Mahler. En el 2001, creó el espectáculo R.S.V.P., versión de Esperando a Godot de Beckett, y Chez Raymonde. Para 2003, mostró El Mistral y en 2004 estrenó una versión de la ópera La gata Cenerentola y La Fiesta de los Barrosos.
En 2005, Dramo celebró sus diez años con el remontaje de las obras más emblemáticas y Café Inmigrantes. En 2006 produjo Caracas Itinerante, Esperando a los dos y Caracas Intima, bajo la dirección de Miguel Issa. Para el año 2007 estrenó La Zaranda, creada por Miguel Issa en coproducción con la Fundación Morella Muñoz, y El vuelo del ilusionista de Leyson Ponce.
Dramo ha presentado sus trabajos en Francia, ItaliaPortugal, Chipre, México, Colombia, Costa Rica, Indonesia y en Venezuela, además participó en diversas ediciones de los Festivales Internacionales de Teatro de Caracas, de Oriente, de Occidente, de Maracaibo, de Danza, de Solos y Duetos del Ministerio de la Cultura.
ESPECTADORES Y TÉCNICOS
Desde su primer temporada, Esperando a los dos, durante los meses de julio y agosto de 2006, en la sala Horacio Peterson, hasta sus últimas presentaciones en el Espacio Plural del Teatro Trasnocho, de febrero a mayo de 2008, ha sido exhibido 70 veces y ha contabilizado 7.540 espectadores. Para esta creación de Miguel Issa, exhibe un diseño de iluminación resuelto por Gerónimo Reyes; un dispositivo escénico, vestuario y maquillaje, logrados por Edgar Gil; una pista de musicalización y una edición musical donde interviene Miguel Issa y Eduardo Arias. Mientras que las labores de coordinación de escenario y del equipo de producción, cuenta con las fuerzas y las voluntades de Adriana Issa, Alma Kochen y Yarua Camagni y, nuevamente, Edgar Gil.

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