miércoles, enero 31, 2007

Freud y Marx en Caracas, 18 años después

Llevan 18 años juntos y es posible que continúen otros 18 más, cuando sus edades biológicas sean las verdaderas de sus personajes, Sigmund Freud y Carlos Marx, padres del psicoanálisis y del comunismo moderno, dos hombres que alteraron el rumbo de la historia tanto en las biografías íntimas de hombres y mujeres, como en las sagas de las sociedades mundiales. Nos referimos a la pareja de comediantes Fermín Reina y Dimas González, integrantes de la agrupación Teatro Itinerante de Venezuela, muy conocidos por su espectáculo La secreta obscenidad de cada día, del chileno Marco Antonio De la Parra, la pieza que desde 1989 están exhibiendo con notable éxito de público y hasta de crítica, con la cual ahora hacen temporada en la Sala Horacio Peterson del Ateneo de Caracas.
Pero ahora, para festejar aquel arranque escénico, sus 18 años de supervivencia, Fermín y Dimas han remontado la pieza de Marco Antonio, un texto que subió a escena en el Chile de Pinochet en 1984 y logró sortear a censores y esbirros del régimen hasta que logró salir al exterior y servir de ariete contra la tiranía que terminó saliendo por la fuerza del voto de los chilenos, aunque prosiguió tutoreando a la incipiente democracia chilena por unos diez años más.
La secreta obscenidad de cada día es una impactante metáfora sobre dos hombres que interpretan a Freud y a Marx, pero que a su vez son una pareja de alienados o enloquecidos ex prisioneros políticos que fueron torturados de tal manera que ahora juegan a ser esas personalidades, que, como el mismo autor ha escrito, espantaban a las instituciones de poder político y al status quo, porque son los autores de las teorías del “subconsciente” y la “lucha de clases”, fuerzas incontenibles que emergían de la sociedad y de la historia, con el potencial para desencadenar hasta un millar de revoluciones por minuto en el campo de las ideas, pero también y, más peligrosamente, en el campo de la acción social, en el terreno de la historia viva.
El espectáculo, realista hasta la exageración, divierte por la clave circense como ha sido elaborado, pero además impacta por la verdad del pensamiento de ambos hombres, contradictorio para algunos, pero preñado de buenas intenciones. Dos tendencias del pensamiento humanista que sirvieron para aminorar unas cuantas contradicciones sociales, pero que en algunos países ahora son tomadas como “teorías demenciales” y se persigue cual terroristas a quienes las difunden, porque no conviene que las nuevas generaciones las conozcan y jueguen a ponerlas en práctica.
Nosotros también hemos disfrutado del peculiar histrionismo, casi delirante y hasta un tanto clownesco, de Fermín y Dimas, con otro espectáculo que estrenaron en aquel ya lejano 1989: ¿Hay tigres en el Congo? (o el sida no es asunto mío), de los finlandeses Bengt Ahlforsy Johan Bargun. Un excelente pretexto didáctico sobre esa pandemia que sigue matando a hombres y mujeres.

lunes, enero 29, 2007

Ladrona de almas o el Holocausto prosigue

La persecución y masacre de unos 12 millones de judíos y otros grupos minoritarios de Europa y África, entre ellos los eslavos y los gitanos, además de los homosexuales, los disminuidos físicos y mentales, y por si fuera poco los Testigos de Jehová, se le conoce como Holocausto, realizado por los alemanes nacionalsocialistas, durante la Segunda Guerra Mundial, aplicando técnicas sistemáticas e industrializadas. Y para que nadie olvide tal genocidio y sus victimas las Naciones Unidas conmemora, desde octubre de 2006, cada 27 de enero el Día Internacional del Holocausto y lo acordaron para esa fecha porque fue precisamente en 1945, cuando las tropas soviéticos llegaron al campo de concertación de Auschwitz, el más grande de esos centros del asesinato organizado que llevó a cabo el nazismo.
El Holocausto no solo dejó ese asombroso balance de inocentes victimas, pues al calor infernal de los hornos crematorios o a la sombra de las fábricas servidas por los prisioneros, unos cientos o de miles de personas se enriquecieron o aprovecharon tales desatinos, lucraron., medraron. Tal es el caso de la metáfora escénica que se ha presentado en la Sala Anna Julia Rojas. Nos referimos a Ladrona de almas, de Pavel Kohout (Praga, 1928), con las esmeradas actuaciones de Elisa Stella y Marialejandra Martín, y la sobria y bien intencionada puesta en escena de Rodolfo Boyadjian. Vimos la función del pasado 27 de enero y participamos en “el minuto de silencio” que se guardó en homenaje a los desaparecidos. Fue, un acto cultural inolvidable, donde una vez más el público convocado asintió que sí hay miles de formas de crueldad humana que quitan la vida, pero hay otras que dejan hondas heridas que nunca sanan, los temidos daños colaterales.
Ladrona de almas, producida por el venezolano “Espacio Anna Frank”, es un asombroso melodrama sobre el irreparable daño colateral que dejan las guerras y se centra en la curiosa saga de dos mujeres: Sofía, septuagenaria, e Irena, en unos amargos 45 años; una famosa y millonaria por su novela o especie de diario íntimo de una judía superviviente del ghetto de Varsovia, y la otra es una despiadada que urde una compleja venganza y trata de demostrar que la novelista es una impostora, una plagiaria más, “ladrona del alma” de su madre, quien era la verdadera autora del manuscrito que Sofía ha firmado, una usurpadora de la identidad que no le perteneció jamás. Dos personajes femeninos en situación límite, la cual culmina de manera inesperada y didáctica: no siempre la muerte es la mejor venganza, pues dejar vivo a la asesina o la “ladrona” es el mejor castigo.
El director Boyadjian amplió el Holocausto y el público vio con un prologo audiovisual que abre con el ahorcamiento de Saddan Hussein y cierra con los hongos atómicos que borraron a Hiroshima y Nagazaki. ¡Los jinetes del Apocalipsis siguen cabalgando y nos amenazan!

Gallegos sigue vigente en Venezuela

El legado intelectual de Rómulo Gallegos está vigente y nutriendo a las nuevas generaciones, así lo demuestra Elio Palencia (Maracay,1963), teatrero desde su infancia, quien ha podido materializar uno de sus mas caros sueños: ver y manosear su primer libro, de carácter individual, Mi hermano José Rosario y otras piezas teatrales, editado por la empresa estatal El Perro y la Rana.
Esta publicación que, a buena hora enriquece la siempre incipiente biblioteca teatral criolla, reúne tres textos: “Mi hermano José Rosario”, “Arráncame la vida” y un trabajo muy libre sobre la novela de Gallegos: “Doña Bárbara, la perfecta ama de casa”. Con estas obras, lleva diez editadas de las 24 escritas hasta ahora.

MENAGE A TROIS
Confiesa el autor que “Doña Bárbara, la perfecta ama de casa” es lo más libre y arriesgado que ha escrito. No ha sido montada. “Es un texto difícil y lo publicó hace poco la revista Conjunto de Casa Las Américas . Allí sí penetro en un mito nacional específico, a partir de la novela de Gallegos y lo mucho que se ha hablado de ella. Tres cocineros preparan un pabellón con barandas mientras se desarrolla el conflicto de la necesidad de aceptarnos y desde allí evolucionar. Bárbara (barbarie) y Santos (civilismo) prácticamente piden a Marisela (arquetípificada como el pueblo) asumir lo que cada uno es realmente, en la imperfección y las necesidades profundas, y hasta le proponen un menage a trois al que a ella, degradada y embrutecida, en mi versión, le cuesta acceder. Es quizás un planteamiento bastante iconoclasta, dirigido a replantear preguntas sobre nosotros mismos y nuestro drama histórico como país y como individuos, a romper arquetipos a ver si avanzamos”.
“Mi hermano José Rosario” (escrito en 1996 y montado en el 2004, cuando lo reconocieron con el Premio Celcit) hace parte de una trilogía llamada “Relajos de la memoria” con la que trata de responder a ciertas preguntas sobre la “venezolanidad”, partiendo de una visión retrospectiva, con cierta ligereza bastante corrosiva y crítica y en el ejercicio formal de proponer a retos a los actores del país. Plasma la historia de tres amigos, en el tránsito de la ruralidad a la fuerte decadencia ética vivida en los últimos 80 y 90’s, pasando, claro, por el boom petrolero de los 70’s. Se pregunta sobre la incoherencia como rasgo de subdesarrollo, por la traición del pueblo por el propio pueblo, desde lo individual a lo social… de algún modo, es una revisión de arquetipos que han pensado otros en el país.
“Arráncame la vida” (dirigida por Román Chalbaud durante el 1997) es una indagación sobre el tema del VIH-Sida a partir de la óptica de la madre, en este caso una mujer de Puerto Cambur, pueblo-metáfora de la intolerancia, el prejuicio y la doble moral. “Ahí me planteé un juego formal que desde la escritura pretendía ser luminoso, optimista, contraponiendo la realidad de los avances de la ciencia y de la evolución de una mujer que está viva, a los mitos y fantasmas surgidos en la mente del hijo a partir de los monstruos sociales que tejidos por la pandemia. La actuaron Aura Rivas y Gregorio Scala”.

PURA VOCACIÓN
Elio explica que desde niño tuvo una pulsión vocacional, definida por una especie de encantamiento hacia todo lo que fuera “representación”. Es decir, comenzó a escribir desde el hecho teatral en sí, “por necesidades expresivas dentro de la escena, donde debuté como actor y luego fui interesándome por otros campos y posibilidades de contenido y forma, tanto en la dramaturgia como en la puesta en escena y la producción, a cuyos círculos casi siempre he estado ligado. De hecho, varias de mis piezas han sido escritas para colectivos de actores, en una dialéctica creativa con ellos y también con directores. Porque para mí la pieza termina de escribirse sobre el escenario. Los demás géneros literarios me han dado cierto pudor, aunque recientemente me he atrevido a con la prosa. Una serie de relatos que, bajo el título de “Re-sentir”, abordan un tema recurrente en mí que es el de la memoria, pero desde la perspectiva de un niño”.
-¿Cómo llega al teatro y como ha sido tu vida desde entonces?
- Ya en primaria reunía a compañeros y hasta rayaba algunas líneas para ser montadas. Igual en el liceo y ya, al entrar en la universidad, fue la gran definición vocacional, el descubrimiento de un camino y el principio de una visión hacia lo creativo en el teatro en paralelo con mi propio crecimiento vital. Terminé una carrera, empecé otra, que no terminé, porque la mayor parte de mi tiempo estaba ganada por el intento de profesionalizarme. Allí fue el camino con Rajatabla, la Compañía Nacional y, luego, el Centro de Directores para el Nuevo Teatro, etcétera. Creo que he sido un privilegiado al haber accedido a unas referencias sobre ética y estética teatral que han sido muy importantes en este país, como es el apogeo del Nuevo Grupo, el GA80, Theja, TET y otros con una visión clara y consecuente con un modo de entender el teatro como arte. Sí, he sido un privilegiado.
-¿Que ha pasado con la televisión y el cine?
Desde mi regreso hace dos años estoy en la planta de escritores de Venevisión y ahora disfrutando mucho con “Voltea pa que te enamores” junto a su autora Mónica Montañes, a quien he conocido a partir de este proyecto y me merece una gran admiración, pues con inteligencia y discreción, de alguna manera, al igual que Padrón y Barrera, retoma una continuidad con el hilo sembrado por Cabrujas, Garmendia, Chalbaud en el intento de hacer una televisión comercial de calidad, y sobre todo ética, entretenida pero respetuosa con el espectador, afortunadamente la respuesta del público está respaldándonos. El cine es una asignatura pendiente, la experiencia en España me creó un “mono” de escribir cine increíble. Pero luego de la experiencia con Chalbaud y el desaparecido y talentosísimo David Suárez, no he tenido la fortuna de escribir otro guión. Desde aquí me ofrezco a colaborar con cualquier cineasta que lo desee. Es un lenguaje que me seduce mucho. Hoy por hoy más que cinéfilo creo que soy cineadicto. Espero con esperanza. Quiero probarme en ese medio, con la conciencia y la humildad de reconocer que el cine “es” básicamente del director.
-¿Cuál es el teatro que se merece Venezuela y cual el que podemos hacer?
-Se merece el mejor de todos. En este país, durante veinte años (los 70 y los 80) se vivió un fenómeno inédito –me atrevo a calificar- en la escena de cualquier otro país hispanoamericano. Tanto en relación a los recursos y su utilización, como a los niveles de creación, formación y acceso a las referencias. Actualmente se percibe un letargo, una indefinición o aturdimiento respecto a la escena, una medianía que parece haber sido definida por el mercantilismo de la última década; pero ese “poso” está allí y afortunadamente, aunque en niveles de promoción y con exiguos recursos hay quijotes que se mantienen allí: como Xiomara Moreno, Teatrela, el Tet, Textoteatro, los Festivales de Occidente y Oriente, el Iudet, La Bacante, Contrajuego, así como creadores emergentes. Pienso que en ellos está el hilo, la conexión con un riguroso nivel comprometido con el arte, que en la medida de su coherencia es compromiso con la sociedad. Es necesario revitalizar las referencias y brindarlas al espectador. Junto al reconocimiento del trabajo escénico comunitario, es vital y urgente brindar los recursos hacia arriba también. En la música se ve claro, pero en el teatro ¿cuál es el equivalente a las orquestas sinfónicas y filarmónicas? ¿Dónde están esas compañías que representen los clásicos universales, latinoamericanos y nacionales, donde veamos a Gonzalo Camacho, Aura Rivas, Francis Rueda, Omar Gonzalo, Alfredo Sandoval, Elba Escobar o Gonzalo Cubero brindándoles a su comunidad, como un buen violinista, la maravilla del trabajo de años con sus instrumentos? ¡Pero no puedes tener un actor haciendo Shakespeare, Chejov, Beckett o Santana pensando en cómo pagará la renta en tres meses cuando acabe la temporada, cómo alimentará a sus hijos! Sigue siendo quijotesco. En Cuba, coexistieron perfectamente El Escambray con el Teatro Estudio y Flora Lauten con su experimentación, no son excluyentes, al contrario se retroalimentan y elevan el nivel del espectador. El primer socialismo español entendió que debía crear un Centro Dramático Nacional, como inversión social, garantizando a sus creadores sueldos y producciones dignas y, al público, creaciones de alto nivel, (ojo que no quiere decir de alto presupuesto necesariamente, no es asunto de fastos) así como las nuevas tendencias escénicas. Eso, aparte de apoyar a colectivos con un trabajo serio demostrado por años. La edición de dramaturgia nacional es un paso importante y vaya mi reconocimiento a la iniciativa de “El Perro y La Rana”, pero sabemos que parte de la construcción de un teatro nacional pasa también por montar su lo que escriben sus dramaturgos. Y montarla bien, difundirla en pueblos y barrios. Pero por sobre todo es necesario revisar la política teatral como inversión social y eso pasa por darle a los creadores una vida digna, propiciando su perfeccionamiento para dar lo mejor de sí a los demás. La reivindicación del creador teatral sigue siendo una deuda histórica. Y así como un individuo sano cuida su espíritu, un país ha de cuidar a sus creadores para crecer. Hay claros esfuerzos e iniciativas en otras artes, como el circo, la poesía, la música y el proyecto Demo, la plástica y las megaexposiciones, la restauración del patrimonio arquitectónico, el indudable impulso de la edición con la reapertura de una imprenta nacional y libros a bajo costo… pero en el teatro el panorama es aún muy difuso. Desde mi punto de vista, sigue siendo una asignatura pendiente.

viernes, enero 26, 2007

Una abuela virgen

Si el escritor argentino Horacio Vázquez-Rial hace resucitar a un desaparecido de la dictadura argentina (1976-1983) para que éste consuma una relación amorosa de su pretérita juventud, por intermedio de su novela El camino del norte (2006), los venezolanos Olegario Barrera y Rodolfo Santana también devuelven desde el más allá, a una mujer de 85 años que revive en el cuerpo de una jovencita de 20, generado así toda una serie de complicaciones familiares y sociales, como lo demuestran con el largometraje Una abuela virgen (2007), auspiciado por el Ministerio para el Poder Popular de la Cultura, el cual será estrenado durante el venidero mes de marzo.
Desde un monstruo a la abuela
Olegario Barrera (1947), quien tiene en su filmografía creaciones como El monstruo de un millón de cabezas (1980), Pequeña revancha (1985), Un domingo feliz (1988) y Fin de round (1992), reconoce que “ingresa al siglo XXI con su quinta película, Una abuela virgen, cuyo guión esta basado en la pieza teatral de Santana, Rock para una abuela virgen, estrenada 15 años, pero cuyo guión fue transformado notablemente. Releí la obra y ahí encontré la excusa para tocar algunos temas que siempre me interesaron, temas que tienen que ver con la intolerancia en todo sentido, aunque aquí hablo de la intolerancia religiosa. Encontré a partir de la anécdota original el pretexto para hablar de temas como el amor, la libertad, el amor y las segundas oportunidades, contra el dogmatismo, por el derecho a dudar como forma de ser libre. Son temas universales, porque la historia de nuestra película puede ocurrir o se puede dar en cualquier país de esta planeta, y en cualquier época y sigue siendo valida, aunque esté ubicada en Caracas y con personajes venezolanos contemporáneos. Es un excelente trabajo de Santana como guionista, el mismo que hizo el texto de mi anterior filme: Fin de round, también inspirado en otra de sus piezas teatrales”.
-¿Hay en el titulo de su película una especie de absurdo biológico o social?
-Esa es una primera lectura que tiene su explicación, pues la película comienza, durante una madrugada con el trompetista borracho Alirio Guaramato, quien vive frente del Cementerio General del Sur y debido a la nostalgia por la muerte de su mejor amigo comienza a descargarse interpretando unas notas musicales ante la protesta generalizada del vecindario, hasta que por puro accidente logra dar con las notas musicales que están reservadas a los ángeles para que durante el día del juicio final resuciten todos los muertos. Eso permite la vuelta a la vida de Antonieta García (encarnada por Daniela Alvarado), quien había muerto a los 85 años pero que revive en el cuerpo de cuando tenia 20, desencadenando una serie de situaciones que giran en torno a lo humorístico pero con cierto toque reflexivo acerca de la fe, la vida y, por supuesto, el amor.
-¿Pero sólo resucita una mujer y qué pasa con los demás muertos?
-El guionista tiene sus licencias de creación y hace que la descarga del trompetista Guaramato se detenga tras resucitar a la jovencita Antonieta, porque sino reviven todos y se crea así un caos universal. Aquí hay que subrayar que la Antonieta veinteañera revive con toda la experiencia de una mujer de 85 años pero en un cuerpo joven. Es como la materialización de una utopía que tenemos todos los seres humanos adultos y que a veces quisiéramos volver atrás, a los años mozos, pero conservando las experiencias y los conocimientos adquiridos en nuestra tránsito vital para no cometer los mismos errores. Pero la joven Antonieta, que revive virgen, no sabe que está pasando, sale del cementerio asustadísima y comienzan sus problemas, porque detrás de ella toma vida un ser especial, un ángel, enviado por Dios, cuyo misión es deshacer ese entuerto generado por una resurrección a destiempo. Se trata de una comedia utópica que solo puede existir en una película.
-¿Cuánto tiempo de proyección tiene el filme?
-Son unos 100 minutos.
-¿Cómo culmina Una abuela virgen?
-No puedo contarlo pero si puede adelantar que es una lucha de la joven Antonieta para conservar su libre albedrío a toda costa, aunque se equivoque y meta la pata de nuevo, y el otro ser, aquel ángel fatal que trata de llevársela de nuevo a la tumba, pero la abuela-joven no se muere… y no adelanto más.
Costos
Olegario Barrera informa que además de Daniela Alvarado en su singular rol protagónico, participan Marlene de Andrade, Iván Tamayo, Antonio Delli y Juan Pablo Raba en los proles principales, además de las participaciones especiales de Carmen Julia Álvarez, Carlos Acosta, Aura Rivas y Gonzalo Camacho. “Se gastaron unos 600 millones de bolívares y la misma se realizó el año pasado, pero además hay que agregar la invalorable ayuda de los amigos, como José Sosa, Adolfo López y Alfredo Anzola, además muchos de los actores y parte del personal técnico aportaron partes de sus sueldos, o se asociaron y terminamos formando una especie de cooperativa. El verdadero presupuesto de la película era de 1.200 millones de bolívares y lo inflación habría subido mucho. Ahora lee estamos pidiendo unos 45 millones del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía para una promoción digna, que es lo único que nos falta. Todo lo demás está pagado”.

Ni cantante ni calva

Cumplió 85 años el pasado 14 de enero y 54 de ellos han sido dedicados al desarrollo de las artes escénicas en Venezuela. Su saga biográfica se imbrica con la historia del teatro criollo vernáculo de la segunda mitad del siglo XX y a él se le atribuye la difusión y el montaje de las dramaturgias francesas clásicas y contemporáneas, además de la rumana, de donde él proviene.
Tal teatrero es Romeo Costea, quien introduce y difunde al autor rumanofrancés Eugene Ionesco (1909-1994), a partir de la temporada caraqueña de 1956, con la lectura dramatizada de La cantante calva y el montaje de La niña casadera, piezas emblemáticas del teatro del absurdo, uno de los inventos escénicos más importantes durante la pasada centuria, junto al teatro de la crueldad de Antonin Artaud.
El absurdo teatral se caracteriza por no ser explicito y manejarse o expresarse con argumentos y situaciones vagas, pletóricas de sentidos posibles, vacíos de soluciones y con finalidades polémicas especificas. Ionesco no adopta posturas ideológicas inflexibles, sino que enseña y demuestra que todos los puntos de vista son inútiles, ya que el absurdo es el hecho opuesto a la razón y la lógica, tanto en la vida como en el teatro que es su reflejo mismo.
Y hemos recordando parte de la labor pionera de Costea y el importante rol de Ionesco, porque recientemente el caraqueño Dairo Piñeres (1975) montó y aún hace temporada con su grupo Séptimo Piso, en una sala del Celarg, con La cantante calva (1950), obra madre de la absurdidad teatral. Alexander Rivera, Carlos Díaz, Luis Vicente González, Moisés Berroterán Marvin Huise y Morris Merentes son los diestros cómicos que durante 70 minutos hicieron posible una desopilante lectura escénica, y de gran calidad, para este siglo XXI.¡Óptimo teatro de arte!
La cantante calva, título arbitrario porque ni hay cantante ni tampoco carece de pelo, nació de los diálogos elementales de un texto que Ionesco compró para aprender inglés y que no es más que una súper parodia sobre dos matrimonios británicos sumidos en el aburrimiento de un Londres de los años 50. Es teatro destinado a mostrar la gravedad de la incomunicación entre los ciudadanos y ciudadanas de las sociedades burguesas, además de los exacerbados niveles de hipocresía y puritanismo de sus clases medias, aunque el utilizar un lenguaje que no dice ni significa nada ya no es una exclusividad de esos estratos sociales, sino una enfermedad que cunde, peligrosamente, además en la mayoría de las repúblicas latinoamericanas contemporáneas.
El hiperkinético espectáculo de Piñeres con el texto ionesquiano permite volver a ponderar las condiciones que como puestista tiene este artista, su concepto revolucionario de lo que debe ser el teatro en estos tiempos y muy en especial el trabajo de los actores. El hecho de usar varones en roles femeninos le da al montaje una textura hipercómica al tiempo que acentúa la absurdidad de los convencionalismos de una sociedad mundial decadente.

martes, enero 23, 2007

La pieza 15 de Javier Vidal

Reducir los elencos a lo mínimo, un actor o dos, es una tendencia mundial. Solamente las agrupaciones oficiales se atreven a montar piezas con más de tres o cuatro comediantes. “Es la economía, estúpido”, la frase inmortal de Bill Clinton, sería la justificación de semejantes ahorros; si bien podría argüirse, desde cierto ángulo, que por tal razón, ese cómico único y plural se debe lucir al desplegar su capacidad histriónica, como lo comenta el critico argentino Ernesto Schoo en su crónica del diario La Nación.
Y lo citamos para referirnos a la situación del teatro comercial venezolano, donde la producción de monólogos o de duetos abunda ya en un tono hasta peligroso para el futuro del oficio, porque están aburriendo al crítico de las mil cabezas, al público que paga o mantiene a ese teatro que no subvenciona el todopoderoso Estado. Todavía la sala Trasnocho no ha agotado su clientela, no más de 25 mil espectadores por temporada de cada espectáculo, pero sí debe estar alerta, porque los caraqueños se pueden cansar de tales menús escénicos y más ahora que cuestan 30 mil bolívares por persona.
Esperando que no cunda el fastidio del soberano, debemos reseñar la pieza 15 de Javier Vidal, autor, actor y director de su Tal para cual, donde la réplica se la da Julie Restifo, esposa en la vida real y también en el argumento de tan conspicuo montaje, cuya tema único es su vida matrimonial.
Aquellos que acudan al Trasnocho pensando que Javier y Julie les harán un streep tease con sus intimidades podrán salir rabiando, ya que lo exhibido es una versión light o edulcorada cual cursi horchata, apropiada más para algunos horarios televisivos de todo público, pero nunca teatro adulto.
Javier, que bien aprendió las técnicas del periodismo, escogió el lomito decente de su historia con Julie y armó un nostálgico viaje de 90 minutos que va desde los inolvidables años 70 hasta la primera década del siglo XXI, reiterando situaciones que ya había contado anteriormente, en sus otras 14 obras o en sus novelas. Él, que es libre de contar lo que quiera de su vida íntima y familiar, hilvanó unas cuantas facetas verdaderas y armó así un laberinto de monólogos, para ambos, con unas cuantas escenas complejas, hasta lograr contar como ha sido la vida de una pareja de clase media, con unas cuantas aristas en sus relaciones, etcétera.
Nosotros que todavía soñamos con poder ver grandes obras sobre la familia criolla, no tanto como Casa de muñecas de Ibsen o un Quinto infierno de Chocrón, esperábamos en Tal para cual un discurso escénico más crudo, más conmovedor, más para esta transición en la cual esta Venezuela. No le pedíamos la crudeza y la originalidad de ese monumento a la amistad que es la obra Jav& Jos, de José Simón Escalona, que sí escandalizó a más de unos cuantos. ¿Hay miedo o recato ahora?
Lo visto no llega a ser ni un recalentado tequeño para animar la fiesta teatral, aunque no se puede ignorar el desenfado de ambas actuaciones, dignas de un mejor texto.

Yo soy Carlos Marx

La barquisimetana Gennys Pérez se encontró en la calle con el alemán Carlos Marx y se lo llevó a su apartamento. Dos años más tarde, el coautor del Manifiesto Comunista y padre de El capital le permitió ganarse el primer premio del Concurso Nacional de Creación Contemporánea y Dramaturguia Innovadora 2006, organizado por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, con la pieza Yo soy Carlos Marx.
Los 30 millones de bolívares de este galardón serán usados por Gennys para pagarle a su único hijo Néstor Antonio Pérez, “porque soy madre soltera”, un viaje a la capital española, “pues mi muchacho irá a una audición del equipo de fútbol de Real Madrid, ya que él, a sus 14 años, es un jugador con mucho futuro y quiero que haga su carrera y pueda así realizar sus metas, mientras yo sigo aquí luchando para sobrevivir, haciendo teatro y escribiendo telenovelas”.
Esta “madre soltera”, como ella lo revela sin molestia alguna, nacida el 27 de febrero de 1969 y graduada en el Instituto Universitario de Teatro, explica que Yo soy Carlos Marx es una historia de amor entre el padre del comunismo y su esposa Jenny, quienes moran en una alcantarilla de una urbe moderna, Caracas en este caso, porque son un matrimonio de excluidos, auténticos intelectuales revolucionarios que viven como indigentes. “La acción dramática es una relación de gobernador y gobernado. No es una pieza realista, porque combina una doble estructura de tiempos: los siglos XIX y XXI. Y está ambientada en una alcantarilla, porque el mismo Marx así lo describe, impresionado, en sus escritos”.
-¿Por qué escribió sobre ese personaje?
-Por la situación del país, por lo que estamos viviendo en este proceso revolucionario y por las preguntas que me hago diariamente: ¿hacia dónde vamos? ¿qué tipo de revolución socialista del siglo XXI es la que nos están vendiendo? Quería desmitificar a la gran figura emblemática del socialismo, pero después de releerla me di cuenta que escribí sobre la pobreza, la marginalidad, con una serie de contenidos muy actuales. No es teatro sobre el comunismo, sino sobre el hombre, sobre cómo la “marginalidad” nos está devorando. Es una pieza sobre el fracaso del idealismo, más no del humanismo. Un texto amoroso, que rescata al hombre, no al discurso político de lo que es el hombre, sino al hombre y su humanidad.
-¿Cómo nace Yo soy Carlos Marx?
-Yo iba por la avenida Baralt, la cual camino todos los días en ruta a mi trabajo en Rctv, y en un puesto de buhoneros, entre revistas de Play Boy, Vanidades y otras, vi una biografía completa sobre Karl Marx. Pregunté el precio y el vendedor me dijo: “25 mil, pero si se lo lleva se lo dejo en 20 mil”, la compré y desde ese momento supe que iba a escribir un teatro sobre Marx, y que esa era una señal. A los meses, mientras la leía, un gerente del canal me pidió que revisara una obra que habían “bajado” por Internet, Marx, en el Soho de Howard Zinn, para adaptarla y montarla. La leí y días después dije que no me interesaba hacer una versión de ese texto, porque no era una pieza teatral sino un discurso histórico sobre Marx, sin ninguna crítica. Le conté que estaba investigando al personaje y que tenía una pieza en camino, que la hiciéramos, porque montar un Marx que no estuviera inmerso en nuestra realidad, para mí, no tenía sentido. Así emprendimos ese viaje, que más tarde no pudieron seguir. Así que proseguí sola, durante un año, escribiendo y reescribiendo mi pieza, hasta que quedó lista, concursé y gané con Yo soy Carlos Marx.
-¿Qué exigencias tiene el montaje?
- Es un montaje urbano, sencillo, porque lo innovador está en el tratamiento del tema histórico, de sus personajes, el tiempo y el espacio históricos en un tiempo moderno, su mezcla, su alternación, su simbiosis. Lo novedoso está en el lenguaje, y en la composición de dos personajes psicóticos, bipolares, absurdos, marginales, pero inmensamente humanos. Estoy segura que sobrarán directores que quieran montarla, pues su discurso es muy vital para este momento histórico-social que estamos viviendo. Es tremendamente venezolana, y eso me hace muy feliz, porque soy tremendamente venezolana. Tiene 47 cuartillas y debe durar unos 90 minutos.
-¿Cuál es el teatro que necesita Venezuela?
-Tenemos un teatro de mucha calidad. Siempre lo hemos tenido. Y con toda honestidad creo que es uno de los mejores de Latinoamérica. Hace años atrás teníamos más clásicos en cartelera. Ahora todo el mundo quiere montar obras sobre Bolívar y Miranda. Es evidente que esos temas están de moda y tienen apoyo económico; es una visión muy primaria de afianzar una identidad, la identidad no tiene nada que ver con el nacionalismo exacerbado, la identidad es algo más amplia y más plural. Adoro la dramaturgia nacional y debería haber espacios y dinero para montar las nuevas voces del teatro venezolano, como lo son: Laly Armengol, Ana Teresa Sosa, Mariozzi Carmona, Javier Moreno, Vicente Lira, ¿y por qué no? : yo Gennys Pérez y otros que estamos todavía al margen de esta revolución y que también estuvimos al margen de la Cuarta República.
-Hay una polémica: teatro de arte vs. teatro comercial ¿qué partido toma usted en la discusión?
-Hago teatro y teatro es todo: de arte, comercial y comunitario. La vida me ha puesto en todos los caminos del teatro. No descalifico ninguna forma de expresión, siempre y cuando se haga con calidad y sentido del arte.
- Usted se ha ganado varios premios teatrales durante los últimos ochos años.
-Coincidió mi fuerza creadora con estos últimos ocho años, porque antes no escribía. Estaba en el teatro como actriz, más tarde como directora y desde hace más o menos ochos años elegí ser dramaturga, porque no dependo de nadie, sino de la Electricidad de Caracas, de mi computadora, de la tinta y el papel. Definitivamente no soy ni de este, ni de ningún régimen. Soy de este país.

Bibliografía

Yo soy Carlos Marx (2006), Casi obsceno (2004), El clan Butterfly (2002), El secreto de la felicidad (2001), Tócame (2002),Lobas (2001),v Carabobo Epopeya de Libertad (2001), La cuarta noche (2000), De Libertadores a Libertados (1999), Los albores de la revolución (1996), Los Inquilinos (1999), El club de los masturbadores (1998), Nostalgia de breve raso (1998) y Merry Cris (1997).

lunes, enero 22, 2007

"Al borde de la línea" abre temporada de cine 2007

La prueba de fuego para todo cineasta es la exhibición. Esa confrontación con el público, considerado “el crítico de las cabezas”, y con los críticos de oficio, cuando los hay. Los creadores anhelan ese dilatado momento, pero tienen pavor ante lo desconocido que se les avecina: ingresos por taquilla y las sesudas observaciones de los especialistas. Y todo eso, y algo más, lo está sintiendo en carne propia el caraqueño Carlos Villegas (1966) porque le tocó abrir la temporada 2007 de cine venezolano con su largometraje Al borde de la línea, protagonizado por Daniela Bascopé, Roque Valero, Jerónimo Gil, Caridad Canelón, Armando Gota y Aníbal Grunn. El rodaje duró seis semanas y se hizo en Caracas, excepto algunas tomas en La Guaira y en la carretera Guarenas-Caucagua. Contó con el financiamiento del Ministerio del Poder Popular para la Cultura.
—¿De dónde nace la historia de su película?
Al borde de la línea, surge porque quería contar la historia de un personaje que estuviera encerrado, y viviera en un espacio con ciertas dificultades para salir. De cómo esta persona se enfrenta a ese mundo que le rodea y del cual quiere escapar. De cómo se las ingenia para salir de allí en búsqueda de lo que cree es su verdadero destino. Pensaba además, en una chica que no sólo logra salir de ese espacio sino que además debe afrontar que su destino no es el gran destino de una telenovela. Es un poco resolver la pregunta: ¿Será qué nuestra vida está guiada por la suerte o por el destino, o por ambas cosas? Bajo esta premisa fui desarrollando el guión de la historia en coautoría con Annie Van Der Dys. Le colocamos a la protagonista su respectiva historia de amor, sus obstáculos en la vida y así fueron saliendo todos esos personajes que acompañan a la protagonista en el filme. Estructuramos esos sueños que yo había imaginado hacia mucho tiempo atrás y además descubrimos que no sólo nuestras obsesiones eran parecidas, sino que milagrosamente coincidieron. Por lo menos en ese momento de nuestras vidas.
—¿De dónde parte el guión?
—Hay espacios como los hoteles de citas, que son muy atractivos para tomar de ellos a los personajes que allí habitan, y sobre todo los que trabajan limpiando. Ellos deben imaginarse las pasiones amorosas de sus usuarios y quizás tener fantasías con lo que imaginan. Eso nos interesó mucho. Esta historia es para contar la vida de unos seres marginados, de personajes que son unos perdedores y que en el fondo tienen pequeñas historias. Claudia debe entender que su gran destino es su pequeña suerte en la vida, y que debe aprender a ser feliz con esos pequeños momentos.
—¿Cuál es el perfil psicológico de la protagonista?
—En el momento que estábamos creando el personaje decidimos que nuestra protagonista fuera Claudia (Daniela Bascopé), chica muy ingenua que se crió en un hotel de citas. Nace y crece en este lugar, pero además, es abandonada allí por su madre. Lamentablemente a Claudia no le queda otro camino que trabajar como mucama y ser la amante del dueño para poder sobrevivir. Aún así nuestro personaje tiene algo mágico, es fantasiosa y siempre sueña con un destino mejor. Cree en la suerte y la buena estrella. En algún momento, nuestro personaje principal se entera de que su madre se ha ido a trabajar en un bar próximo al mar; sabiendo esto, ubica todas las cosas bonitas y buenas de la vida rodeada cerca del océano. Está obsesionada con ese mundo marino y aun cuando tiene momentos terribles se abstrae de la realidad a través de sus fantasías.
—¿Por qué la temática es el mundo femenino a la venezolana y dentro de un contexto machista ansioso del dinero como fin previo o para comprar la felicidad?
—Venezuela es un país que quien lo empuja es la mujer. Ellas día a día son la que solas crían y tratan de impulsar a sus hijos a una mejor vida o a la vida que ellas creen que es la mejor. Es un matriarcado. Y cada una en su ámbito es la que lucha por el destino de sus hijos. Y el hombre se ha caracterizado por querer comerse el mundo con sus sueños de grandeza sin importarle perjudicar al otro. Claro que el amor y el deseo intervienen para aderezar su comportamiento. Con dinero se compra todo, esa es la filosofía. Cuando los sentimientos los ponen en primer lugar generalmente ya es tarde.
—¿Román Chalbaud tocó esas temáticas a lo largo de medio siglo y usted las revive, consciente o inconscientemente?
—Es inconsciente. Pero creo que el tema de los marginados y perdedores es muy atractivo y fascinante para crear.
—¿Le molesta que lo identifiquen con la temática chalbaudiana o que lo relacionen con Pedro Almodóvar más heterodoxo?
—No me molesta porque respeto el trabajo de ambos directores. Ellos, cada uno en su estilo, han realizado obras muy importantes y que se han convertido en referencia para otros directores. Son parte vital de la cinematografía de Venezuela y España. Lo que pienso es que, de tener influencias, éstas se adaptan a mi estilo personal. Estoy en la búsqueda de mi mundo y de ser lo más honesto conmigo mismo.
- ¿De qué sirve tanto esfuerzo para darle la mayoría de los ingresos de la taquilla, creo que el 80 o el 60 por ciento, al sector exhibidor-distribuidor? ¿Qué se puede hacer para cambiar esa relación?
—Creo que hay que luchar por cambiar esos porcentajes. Es un trabajo de todos los sectores y debe existir voluntad de la empresa privada, del Estado, de los gremios, de los productores y todos los que trabajan en el cine para que se modifique esta relación económica. Una cinematografía pequeña como la nuestra requiere la lucha constante y hay muchos cineastas que han luchado por cambiarla. La continuidad en el trabajo de los cineastas depende, entre muchas cosas, de que estos porcentajes cambien.

Ionesco y Griffero

Mientras siete multisápidos espectáculos de teatro comercial se ofertan al público caraqueño desde dos salas privadas, discretamente, sin la parafernalia comunicacional ni contando con actores mediáticos, el grupo Séptimo Piso abrió su temporada en uno de los espacios del Centro Rómulo Gallegos con una pieza muy difícil de “comercializar”, como es La cantante calva del rumano-francés Eugenio Ionesco (1909-1994), dirigida por Dairo Piñeres y con sus comediantes Carlos Díaz, Alexander Rivera, Moisés Berroterán, Luis Vicente González, Marvin Huise y Morris Merentes.
Piñeres, como lo demuestra con el espectáculo que hace, cree en el teatro del absurdo como la expresión más moderna del teatro universal. Cree que estos nuevos tiempos son para entender más al absurdo que en épocas anteriores. Además del texto de Ionesco hará una pieza de Beckett (Esperando a Godot) y otro espectáculo con poemas y textos de otros escritores del absurdo. Por ahora, su versión escénica de La cantante calva luce atractiva y hasta trasgresora porque los personajes femeninos son encarnados por hombres.
Con su Séptimo Piso, con 11 años de calificadas labores culturales y dependiendo siempre de los aportes del Estado, ha producido este espectáculo de Ionesco, porque con la tradicional dramaturgia criolla ha estado desmotivado, “aunque eso está cambiando porque ya hay un movimiento que sí está desarrollando la escritura venezolana, hay más concursos, hay más apoyo y eso se está notando. Igual pasa conmigo y la escogencia de textos, creo que primero tenía que probar lo universal para luego enfrentarme a mi esquina, y eso es lo que estoy tratando de hacer: hablar de mi barrio, de mi esquina y de mi pueblo, pero es un proceso que estoy empezando y que quiero hacer. Este año queremos realizar proyectos con autores venezolanos, a veces uno piensa que los escritores no quieren ser montados o tienen mucho recelo con sus obras. El Estado debería promover no sólo la escritura sino el montaje de las obras criollas, los concursos deberían ser parte de su aporte a los escritores y su publicación, su montaje en vivo que es hacia donde tiene que ir una pieza teatral”.
Y dentro de ese mini universo de los siete montajes “comerciales” hay en especial uno que recomendamos por la metáfora política que encierra. Se trata de Príncipe azul, de Eugenio Griffero, con una alucinante anécdota melodramática cuyo trasfondo es la dictadura argentina que dejó una estela de muertos y desparecidos.
No hay que olvidar que el teatro comercial vive exclusivamente de la taquilla, pero no está de más recordar que la fórmula del éxito crematístico no existe, ni tampoco se vende la “piedra filosofal” que hace rico al artista y al productor, por lo que todo montaje es un riesgo. Es dura esa ley del dinero, pero es así: hay obligaciones laborales y empresariales que cumplir. ¡No hay que olvidar jamás que si no hay espectadores en sala, los esfuerzos y los anhelos de teatreros, empresarios y funcionarios fracasan!

viernes, enero 19, 2007

Los premios sirven para comprar tiempo

“La Venezuela de este siglo necesita grandes obras teatrales que revelen el alma de sus habitantes que la construyen día a día. Y además debe ser el mejor teatro del mundo”. Así piensa el dramaturgo Gustavo Ott (Caracas, 1963), quien precisamente llegó segundo en el Concurso Nacional de Creación Contemporánea y Dramaturgia Innovadora 2006, organizado por el Instituto de Artes Escénicas y Musicales del Ministerio para el Poder Popular de la Cultura.
Ott, quien además dirige el Centro Cultural Teatro San Martín de Caracas, en Artigas, tiene más de 30 piezas, la mayoría representadas y además traducidas a varias idiomas, fue premiado, con 20 millones de bolívares, por su texto 120 vidas x minuto, anunció que el mismo dirigirá el montaje y lo hará conocer durante el próximo mes de abril.
-¿Cuál es la formula para escribir teatro que los artistas montan y que los jurados premian?
-No creo que existan fórmulas ya. Las había, pero han sido barridas por el espectador y el creador global. Hasta el cine se está haciendo sin fórmulas y las mejores y más populares películas son las que hace 15 años considerábamos raras o material para cinematecas. Yo sólo creo en la poesía y en el tema. Y uno, finalmente, no es autor de una pieza, sino de una obra completa.
-¿Cuál sería la mejor política teatral posible?
-La mejor es la que más obras y creadores desarrolla. Que todo aquel que tenga talento y vocación – y a veces con la vocación basta-, desde cualquier clase social y contexto; con cualquier nivel académico y edad; desde cualquier parte del país; tenga la oportunidad de crear y ver su obra en el universo. Los niños se ven preciosos con su instrumento en la orquesta; con su malla de danza; con sus poemas primerizos. Pero todos esos niños crecen, les salen pelos rápidamente y van a exigir que si antes hicieron figurar a padres, funcionarios e instituciones con su belleza (que no es otra cosa que la belleza de la esperanza) pues ahora hay que responderles con seguridad social, con trabajo, con educación, con acceso a la información, con el apoyo a su obra, con roce internacional. Sensibilidad frente al arte es también sensibilidad frente a los vacíos de espíritu de nuestro pueblo. Nunca seremos un país grande sin las grandes obras que revelan nuestra alma.
-¿Cuál es el teatro que necesitamos o el que podemos hacer?
-Los venezolanos debemos hacer el mejor teatro del mundo. Desde lo literario a la escena, pero no hay otra etiqueta posible. En esto nos parecemos al deporte: o ganamos o perdemos, pero no hay medias tintas. Hace poco, viendo la película de Al Gore, Una verdad inconveniente, una sencilla frase suya relacionada con la emisión de gases tóxicos, terminó por revelarme el destino no sólo de nuestra cultura, sino del país en general. Dice: “terminó la época de los propósitos; ha comenzado la era de las consecuencias” O salimos de la pobreza o fracasamos. O hacemos valer el derecho de todos, o nos hundimos en la arbitrariedad. O somos lo que queremos o nos quedamos en lo que fuimos. Nuestro teatro –escrito y escénico- le ha dado a este país un nombre y apellido que sólo las artes plásticas y la poesía superan. En arte –como en ciencia y tecnología- hay una diferencia colosal entre el ejecutante y el creador. Por muy buenos ejecutantes que se tenga, es el compositor, el escritor, el creador, quien firma no sólo por su obra, sino por su país, su época, su cultura. Con una sencilla estrategia, podemos transformar este país de mises en uno de premios Nóbel; un país de funcionarios en uno de genios; un país de obligación a otro de vocación; un país que se compra y se vende a uno irreducible. Y es esto precisamente lo que ha hecho a otras sociedades más grandes, más justas y desarrolladas: su compromiso con la imaginación, con la invención y ahora la solidaridad. Descubrir que somos capaces de conmovernos por el dolor en esta batalla desigual contra la barbarie.
-¿A la dramaturgia se le da el sitio que merece ?
En los últimos 10 años, tres premios Nóbel han ido a parar a la dramaturgia. El movimiento antiglobalización nació con el teatro itinerante austriaco; la primera denuncia mundial sobre las atrocidades en Guantánamo fueron desde un escenario ingles; sólo se habló del Sida cuando una obra de teatro expuso sin tapujos el tema; las propuestas más importantes de la televisión mundial (HBO en particular) provienen de obras de teatro. Cuando uno sale, se encuentra con ese valor contracultural, reflexivo e innovador del teatro, y es un valor vivo, plagado de conceptos, disidente, admirado y apoyado.
-¿Cómo marcha nuestra cultura en lo internacional?
-Bueno, de la misma manera que en el mundo ya no hay islas y toda política nacional tiende a ser global, pues no es valido cambiar de pronto el discurso cuando hablamos de arte ¿no? Se escribe para tu público y para todos los públicos posibles. Las obras más importantes de este continente no han sido éxitos nacionales y en muchos casos estas sociedades las comprenden con el tiempo, o no lo hacen nunca. Se ha dado el caso de países que son obligados a entender a sus artistas, luego de su validación universal, como el caso del chileno Roberto Matta y ahora Milan Kundera, un desconocido en su natal República Checa. Si hay una lección en arte es que lo que sirve para el éxito, a veces no sirve para la gloria.
-¿Hasta dónde llegaríamos nosotros si tuviéramos los programas de promoción y validación de obras y autores que tienen otros países?
-Los venezolanos no creemos en nada precisamente porque no sabemos quienes somos.-¿Qué hacer?-Lo primero es querer que pase algo. Y también, querer a los creadores. Una buena política cultural será siempre popular, revolucionaria e histórica y la mejor no es la que más dinero gasta o la que más eventos organiza, sino la que permite el mayor y más democrático desarrollo tanto del creador como de su obra. La más importante arma revolucionaria es la protección de la vocación. Que podamos dedicar nuestras vidas a lo que queremos hacer es, precisamente, la actitud anticapitalista por excelencia: la base de la lucha teórica y práctica contra la explotación. Pero aún más: los líderes políticos, incluso los héroes, no soportan el análisis crítico con el paso de los tiempos, lo que es normal porque las percepciones sobre el poder son modificadas de manera constante por las impresiones éticas de las épocas. Pero el creador –y su obra- sí lo hacen; se presentan como rocas impenetrables y les da a sus sociedades espejos claros para verse, reconstruirse, recobrar sus símbolos, el orgullo de lo que son, las posibilidades de ser. Como dice Gore, quizás la era de las consecuencias ha comenzado también para nuestro teatro que, como buen arte, se ubica siempre en el umbral entre la tradición y la revolución.
-¿Qué hace con el dinero ganado con los premios?
-Pues lo único sensato que se puede hacer con el dinero: comprar tiempo.
-¿Tiene el arte un sentido económico?
-Decidimos por mucho tiempo darle sólo sentido económico a la cultura. Fue la época de los gerentes y de la rentabilidad económica. Nunca se nos ocurre pensar en la rentabilidad de la Grecia clásica o cuánto se gastó en cultura en la época de Sófocles, pero aquí ese discurso es muy popular. Creo más bien en darle sentido a la relación del país con sus creadores. Un pueblo orgulloso de si mismo es un pueblo resteado con sus artistas. Es Beethoven sonando durante los bombardeos de Nuremberg; es Shakespeare representándose en medio de la Batalla por Londres; es Beckett explicándole a Sarajevo el por qué de su asedio. El arte nos explica, nos dice lo que somos y lo que hemos sido. El arte nos hace más seguros de nosotros mismos y nos responde las peguntas diarias que nunca parecen tener una respuesta satisfactoria. Un pueblo que no cree en su arte es un pueblo que no sabe quién es. Reducirlo a los números y al pasajero gusto del público hace que se desvanezca la obra, el país y su deseo de lucha. Y esa es precisamente una de las reglas del capitalismo: reducir al artista a lo que piensa el poder de ellos, sean los medios, los gobiernos o las convenciones. El primer enemigo del capital es la vocación.
-¿Qué trata su obra 120 vidas x minuto?
- La obra comenzó con la idea del accidente, la catástrofe y el cuerpo amputado como tema y la posibilidad de vincularlo al dilema entre arte versus la vida; lo trascendental y lo efímero. La idea surgió luego del accidente aéreo del 2005 en la Sierra de Perijá, el cual, según se supo luego, se debió a falta de combustible. Allí murieron 120 pasajeros. Que el avión cayera por falta de gasolina en esa inmensa cuenca de petróleo y energía, fue una metáfora que no pude quitarme de la cabeza por mucho tiempo. Con cierto acorde brecthiano, los personajes se deslizan desde la esquizofrenia nacional a la idea del triunfalismo; de la negación a la exageración; de una generación amputada hacia el fin del afecto; de las rivalidades a las excusas y de los odios y la insensibilidad a la muerte del lenguaje. Es decir; un país en posición de desastre por una tragedia que no ha sucedido; pero que está por suceder. Aclara que la idea del amputado la ha estado trabajando últimamente. “Es una Latinoamérica amputada; la noción de que hemos sido lisiados, que nuestra personalidad como cultura es la del amputado, riéndose de su desgracia. Amputada nuestra razón, el triunfo, el amor, el lenguaje, nuestras relaciones con el poder, con la familia, con los seres que más queremos. Pero de pronto, por un instante, el miembro amputado aparece fantasmal y en ese momento tenemos un destello que nos recuerda las oportunidades perdidas. Al desaparecer el miembro fantasma, se produce entonces una segunda amputación: la de la memoria, reflejada en arte”.
Considera que el Concurso Nacional de Dramaturgia del Iaem, “por venir del Estado y por la cantidad en metálico del premio, además de su amplitud –lo ganan hasta tres autores- es la iniciativa más importante que jamás se haya hecho en este país en beneficio de la literatura dramática. Así de simple. Hasta que se creó ese Premio, aquí sólo existía la idea vaga del Festival Nacional, que igual no se hace, pero que apoyaba al teatro escrito aquí. Este premio brilla, además, por eso: por ser la primera vez que se coloca a nuestro teatro escrito al nivel de los grandes premios, como el Tirso, el Born o el Casa de América. 120 vidas x minuto será estrenada por el Teatro San Martín de Caracas en abril”
-¿Qué planes hay con su teatro y su sala?
-Acabamos de anunciar la programación del Nuevo Teatro San Martín, recuperado por Pdvsa y La Estancia. Se trata de una programación intensa y especial que comprende cinco estrenos mundiales y seis grandes eventos especiales. Particularmente, realizaremos el programa “Escrito Aquí 2007”, dedicada al autor nacional; la 8va Fiesta Internacional del Teatro San Martín; el II Festival de Talleres; el proyecto internacional “Obras José”, primera gran creación colectiva entre autores de 10 países sobre el tema del Padre y la I Muestra de Comedia de Caracas. Y todo esto mientras el Centro Cultural Teatro San Martín de Caracas inicia su segunda etapa de reparaciones, que durante este 2007 convertirán a este centro teatral del suroeste en uno de los más versátiles cómodos de la ciudad.

martes, enero 16, 2007

"Tal para cual", o un matrimonio al desnudo

Va en busca del respaldo de 27.760 espectadores posibles durante cuatro meses de funciones, quienes pueden dejar unos Bs. 892,8 millones en la taquilla. Es Tal para cual, la segunda obra de la temporada del Teatro Trasnocho –o Ateneo del siglo XXI- escrita, dirigida y actuada por Javier Vidal, que se estrena este viernes, a las 10:00 pm, con la coprotagonización de Julie Restifo.
Vidal, venezolano nacido en la española Barcelona el 13 de abril de 1953, casado con Restifo y progenitor de Jan y Josette, explica que su decimaquinta pieza es íntima sin llegar a la impudicia de la intimidad. “Son viejas deudas. Son 30 años de la vida de una pareja que se conoce a finales de los años 70. Son confesiones de un matrimonio del trópico y alrededor de una cama que es donde se arreglan mejor las cosas. Los conflictos de ese matrimonio van transparentando un país y la actitud de una generación que se reconoce a través de las crisis universitarias, el poder joven, el disco-dancing, el viernes negro, el Sida, el Caracazo, los golpes del ’92, el deslave de Vargas hasta las “misiones bolivarianas”. No es una crónica periodística. Es teatro y todo teatro es público y si es público es político. Toda mi dramaturgia es política, más no proselitista. Es imitación, espejo, inversión, trasgresión, burla y escarnio. El teatro siempre será un compromiso para quien lo hace y una evasión para quien lo consume. No debemos engañarnos con las superadas tretas del viejo Bertold Brecht”.
-¿Qué busca?
-Entretener a un público mientras le recuerdo algunos episodios que lo harán caer en la trampa de la nostalgia. Es una comedia con final feliz, destinada, en principio, a los asistentes que tengan posibilidad de retratarse en taquilla; y en el fondo para todo público. El dramaturgo escribe para que lo vayan a ver y el actor quiere vivir todas las noches a teatro lleno, quien diga lo contrario es un falsario. Escribo para mi país. Estaré en cartelera hasta 1 de mayo.
-¿Dónde se encuentra más cómodo?
-Cómodo, en la dirección, pero esa comodidad no trae la felicidad anhelada. Encuentro mi plenitud como actor. Soy un Cómico del Arte, es decir, del oficio. El trabajo de dramaturgo es mucho solitario y con unas exigencias muy particulares al simple rigor pero es donde la inmanencia se reduce y emerge la trascendencia en el espacio y en el tiempo. No escribo para el mañana. Soy eso, un hombre de teatro. El actor escribe su nombre sobre el agua, decía Coquelin, el dramaturgo sobre el papel y el director sobre la madera. Son 35 años de vida profesional donde no he dejado un solo año de pisar las tablas actuando, dirigiendo, produciendo y escribiendo.
-¿Qué teatro se merece Venezuela?
-Venezuela tiene todo lo que se merece, ni más ni menos. No tenemos que menospreciar lo que tenemos y lo que hemos logrado, buscado y encontrado en toda la cosmogonía de nuestro país. Tenemos nuestro teatro que es el producto de una sociedad que se viene haciendo en gerundio. La moral y la ideología son iguales de subjetivas e inexactas. Bueno o malo tenemos un teatro que responde a un público muy reducido en la gran capital. ¿El público que no ve el teatro vive feliz sin él? Lo que sí puedo afirmar es que el que va al teatro tiene mayor calidad de vida. Nos merecemos a nosotros mismos. Tenemos a un Presidente con un 60% de aceptación electoral y una oposición con el resto, por ende, nos merecemos tanto uno como otro, ni más ni menos.
-¿El teatro perdió la brújula y está al garete?
- El teatro no está al garete ni se ha extraviado. Todo lo contrario. Hay un sector que sabe donde está el norte porque no ha perdido la brújula de los tiempos o de los fuertes vientos. Si no entendemos lo que está pasando ahora, este año que empieza será el definitivo entierro de los grupos subvencionados, porque sólo les queda el exilio, la muerte o negociar. Se negocia o con el público (léase taquilla) o con el Estado revolucionario (léase subvención), ni más ni menos. Si aceptamos que el país cambió es porque cambió su gente. ¿Eso es científicamente aceptable? No lo sé y no quiero caer en empirismos. Lo que sí cambió es el teatro, el público y el subvencionado. Han cambiado las relaciones de teatro y Estado y por ende también las relaciones con el público
-¿Vale discutir el para qué y el por qué del teatro comercial?
-Es necio si se sigue llamando al teatro profesional, comercial. Término bastardo y despectivo para el teatro de todos los tiempos. ¿O es que el teatro de Lope, Shakespeare y lo mejor de Moliere no era comercial? Se llama Commedia dell’Art porque el arte era un oficio. Ser actor es un arte y un oficio. El teatro igual. El subvencionado ha existido durante toda la historia, desde los tiempos de Pericles hasta hoy, pero tampoco ha muerto el teatro por la falta de mecenazgo. Como dicen los antiguos hay dos tipos de teatro: el bueno y el malo, y el malo se distingue por lo aburrido o fastidioso, ni más ni menos. El teatro es ocio, tiempo libre, no tiempo muerto. Quien va al teatro no va a trabajar, va a divertirse, a reflexionar, a olvidar, a ilusionarse, a evadirse. La evasión es la esencia del ocio y el ocio la esencia del arte. La civilización es civil por el arte. La civilización es arte y cultura. Ese es el compromiso de la humanidad. En la medida que estemos más cerca del Arte estaremos más cerca del bien.

Metáforas de un príncipe azul

El espectáculo de teatro comercial vive de la taquilla. Si no aporta los mínimos ingresos saldrá de escena con cualquier excusa. Si logra una recaudación mínima es posible que cumpla con la pauta fijada: 48 o 96 funciones. No está de más recordar que la formula del éxito crematístico no existe. Nadie tiene tal “piedra filosofal” que hace rico al artista y al productor. Todo montaje es un riesgo Es dura esa ley del dinero, pero es así: hay obligaciones laborales y empresariales que cumplir. ¡No hay que olvidar jamás que si no hay espectadores en sala, los esfuerzos y los anhelos de teatreros y empresarios fracasan!
Lo reiteramos porque el Teatro Trasnocho inauguró su temporada 2007 con Príncipe azul, de Eugenio Griffero, estrenado durante el ultimo trimestre del 2006 en el Ateneo de Caracas, con excelentes actuaciones. Ahora tendrá que atrapar a la audiencia con su epílogo dramático y desconcertante de una estrujante historia de amor entre el comediante Juan y el magistrado Gustavo, personajes Roberto Moll y Marcos Moreno les ha correspondido representar y además convencer con la situación final.¡Bravo!
De metáfora fácil para ser descodificada y asimilada por el público, se trata de un fino show que atrapa por la calidad profesional como ha sido realizado bajo la égida de Francisco Salazar, quien admite que su mayor preocupación fue “el subtexto... un ping pong en el que yo propongo y los actores indagan, tratando de que aparezca una fibra sensible; más que una demostración de actuación”. Breve montaje que muestra el encuentro de Juan y Gustavo, con 66 años cada uno, que prometieron volverse a ver hace 50 años, después de haber mantenido relaciones tan intensas que tuvieron pánico de proseguirlas, teniendo en cuenta el contexto familiar y social de esa revuelta época de sus adolescencias.
Medio siglo más tarde, uno es actor de tercera, sórdido personaje que ha vivido como quiso y pudo, y sin vergüenza de lo hecho ni de lo no hecho; mientras que el otro, sobreviviente de un ACV, es jurista con poder, abuelo y amargado por todo lo que pudo hacer y no tuvo tiempo o no quiso hacerlo, burgués que se aburre por no tener nada que lo preocupe, salvo la salud y cuando rememora cosas que no pudo adelantar y debió abortar.
El espectáculo no sólo es el desencanto de dos ex amantes, sino el amargo aceptar de la vejez que los hizo desconocidos para los ojos del cuerpo y la dolorosa y patética aceptación de que ambos son perdedores, porque sus vidas llegaron a metas no anheladas. Es una advertencia sobre cómo los roles sociales rígidos pueden llevar a la traición de los más auténticos sentimientos. Es una versión de lo que enseñó el poeta: “el hombre mata lo que más ama”. Pero lo más interesante es su lectura política, porque hace parte de una histórica e inteligente producción de textos y montajes comprometidos en la lucha contra la dictadura argentina, que trataban de llegar al público y obligarlo a pensar y entender el trasfondo de sus diálogos.

martes, enero 09, 2007

Ateneo del siglo XXI para los caraqueños

Con ironía no exenta de verdad al Teatro Trasnocho lo apodan “el Ateneo del Siglo XXI”, no sólo por la vida que le ha dado a las artes escénicas caraqueñas en esta centuria, sino por las otras alternativas culturales que ofrece a quienes lo visitan o lo frecuentan, allá en el sótano del Centro Comercial El Paseo, en las Mercedes. Como es una institución privada que ha calado muy hondo entre la comunidad, su actual director artístico, Moisés Guevara, reveló detalles de la temporada pasada y de los planes o proyectos para este 2007 que comienza.
-¿Cómo planificaron el 2007?
-Tenemos un estupendo y arriesgado año, como todo lo que hemos realizado hasta ahora. Seguiremos con nuestra política de rescate del espectador y posicionamiento de las temporadas. Iniciamos funciones el próximo viernes 12 con la temporada de Príncipe azul, del argentino Eugenio Griffero, con las actuaciones de Roberto Moll y Marcos Moreno; después estrenamos, el viernes 19, la pieza Tal para cual, de Javier Vidal, con las caracterizaciones de Julie Restifo y el mismo Vidal. En temporada infantil está programada Trivilin, a partir del sábado 13, una producción del Circuito de Arte Cenica.
Subraya Guevara que la gran novedad es “un nuevo espacio para temporadas teatrales los miércoles y jueves. El día 17 de enero se estrena, después de su éxito en Parìs, la más reciente pieza de la criolla Lupe Gehrenbeck: Gregor Mac Gregor, rey de los mosquitos, dirigida por ella y con las participaciones de dos francesas y dos venezolanos. Estas temporadas entre semana deben durar aproximadamente mes y medio. Es importante abrir más posibilidades de programación y por eso estamos prácticamente programando teatro todos los días de la semana. Para el resto del año tenemos la reposición de El Empresario y otras producciones, como Salieri, en versión de Giovanni Reali, además de títulos nuevos como 5mujeres.com y 5hombres.com y ¿Estas ahí? Hay una producción de Skena para el horario infantil y otro montaje, La conquista del Polo Sur, que irá en las temporadas de martes y miércoles y además se combinará con opera los jueves. Tendríamos con Skena las presentaciones de su segundo taller de actuación. Será un año lleno de teatro”.
-¿Cuál es el balance del 2006?
-Fue un buen año, el mejor de los cinco que llevamos. Estamos cumpliendo metas y cada año es mejor que el otro, pero ninguno es tan bueno como lo que nos gustaría. No conozco a ningún creador conforme, si se conforma deja de crear. Realizamos 459 funciones en una sala de 310 butacas. Nuestros gráficos estadísticos hablan de una asistencia promedio de 8.000 espectadores mensuales, números que para dos funciones diarias para adultos los fines de semana y dos funciones en fin de semana de teatro infantil y las lecturas dramatizadas, una a la semana, son cifras importantes y reveladoras de nuestra gestión. En el 2006 abrimos un nuevo espacio programático con “los jueves de ópera”.
-¿Cuántas obras y cuántos espectadores en particular con una montaje?
-Tuvimos 43 espectáculos contando las lecturas dramatizadas. Hubo obras que convocaron 11.000 espectadores por temporada, hasta nuestra media que esta por los 4.000. Obviamente las lecturas, que son un espacio de investigación y taller, no entran en estos rangos de convocatoria; estoy pensando reanudarlas para un nuevo espacio y con una periodicidad distinta, porque un trabajo de taller que incluya una muestra semanal al espectador es un esfuerzo titánico; estamos también buscando un patrocinante para ese proyecto, que lo financiaron en su totalidad los actores y los directores.
-¿Qué hay de cierto en la apertura de otra sala teatral?
-Dentro de Centro Cultural Trasnocho solamente existe el Teatro Trasnocho y seguirá siendo así, por ahora. Lo que sí es cierto, es que en este momento estoy diseñando el perfil programático de lo que se denominó dentro, de Trasnocho, El Espacio Plural, que originalmente fue creado como una sala de ensayos e inmediatamente nos vimos obligados a darle otro uso. Se perfilará como un espacio de trabajo, investigación y formación. Tendrá presentaciones al público pero su peso programático es la formación para todas las áreas artísticas y en la prestación de servicios para los ensayos de las agrupaciones de teatro. Fundamentalmente deseo que se convierta en un espacio dedicado a la música de cámara, sin dejar de lado la posibilidad de programar funciones de teatro acordes a sus medidas y posibilidades. Lo que pasa es que no quiero crear espacios de presentación y abandonar los espacios de creación, como sucedió en casi todos los espacios culturales de nuestra ciudad. Los espacios de creación hay que defenderlos y conservarlos, aunque la tentación de la rentabilidad se nos presente. Estoy convencido que a Trasnocho le falta un espacio dedicado a la música de cámara y se que una serie de conciertos los sábados y domingos a las cuatro de la tarde tendrían una estupenda acogida.
¿Incrementan los precios de la boletería?
-Por supuesto que sí. En concreto nuestros espectáculos tienen un aumento del 20% a partir de este enero. Seguiremos siendo el país con el teatro mas barato del mundo, todavía no llegamos a 15 dólares la entrada.

Comenzo la temporada 2007 en Caracas

La temporada 2007 arrancó y le correspondió al Teatro Chacaíto con el espectáculo Cata de hombres. Ignorar la importancia de esa sala sería desconocer décadas de eventos artísticos vitales para el desarrollo del gusto teatral vernáculo, porque además ahí se explotó hasta la saciedad el teatro de temática gay u homosexual, porque era el más aplaudido o solicitado por el público, especialidad que ha continuado no solo en ese espacio.
Hay que recordar que a finales de los años sesenta se gestó en la terraza del Centro Comercial Chacaíto esa sala. Horacio Peterson, Jorge Palacios, Guillermo González y Jorge Bulgaris fueron los instigadores, un espacio privado o particular que resultó útil para la cultura, ya que aupó a lo largo del siglo XX la creación en Caracas de un movimiento de teatro comercial o profesional, financiado por las taquillas y capitales de los productores, el cual le disputaba, y aún continúa en la brega, los espectadores al teatro de arte o subvencionado por el Estado. A instancias del “modelo chacaítesco” —así se le apodó despectivamente— surgieron salas como Las Palmas, Los Cedros y Santa Sofía, para citar a las que sobrevivieron hasta los años noventa.
Ya en el siglo XXI, el único empresario que aún continúa en el Teatro Chacaíto —dueño de la patente de comercio y administrador de ese espacio de no más de 300 butacas— es el abogado Jorge Bulgaris, porque los otros desertaron o abrieron “casa aparte” o fallecieron. Algún día los historiadores de las artes escénicas tendrán que analizar las informaciones sobre las tumultuosas temporadas que ahí se hicieron, curiosear algunos de los textos representados —el más exitoso La importancia de llamarse Andrés— y hasta revisar la saga de varios actores que debutaron y saltaron después a la televisión y el cine, o a otras salas.
Y como el Teatro Chacaíto no cerró en Navidad abrió este 2007 con un característico y ambiguo espectáculo erótico, pues vimos y nos entretuvimos, el pasado 6 de enero, con Cata de hombres, de Rosa Clemente, puesto en escena por Napoleón Rivero y con la protagonización de Andreína Álvarez, Alexxey Córdoba y el exótico travestido Pedro París. Ahí se degusta la búsqueda que Priscilla emprende en pos de su príncipe azul, la cual comienza desde el diván de un psiquiatra, donde ella recuenta el sueño que la acosa: está en un programa de concurso de televisión, en el que le ofrecen la posibilidad de catar o probar diversos fenotipos de hombres, quienes van desde el profesional maduro, pasando por el bisexual artista bohemio que vive al día, el macho criollo dominante y un comodín para usar en cualquier momento.
La obra tiene “muchas costuras” o sea que carece de originalidad y recuerda de inmediato al monólogo El aplauso va por dentro. El espectáculo, huérfano de una dirección rigurosa, se salva por el histrionismo de Andreína Álvarez, comedianta que está en el mismo camino de Mimí Lazo, correctamente apuntalada en las tareas de Córdoba y París.
¡El Teatro Chacaíto sigue, pues, haciendo historia!

martes, enero 02, 2007

Fin de año 2006 sin teatro en Caracas

Los caraqueños se quedaron sin espectáculos teatrales en diciembre del 2006. De nuevo les cerraron las puertas de las salas, precisamente durante el mejor mes, cuando hay dinero en abundancia y tiempo libre de sobra para disfrutar de los respectivos eventos. “En el 2006, al parecer la campaña electoral asustó no sólo a los artistas sino también a los empresarios”, es una de las excusas que se escuchan. La verdad es que las hallacas y las gaitas, entre otras diversiones, predominan en la cultura criolla durante el duodécimo mes, al cual debería cambiársele el nombre y renombrarlo con algo así como “Consumo Express”. No hay que olvidar que en diciembre del 2005, el Ateneo hizo abultadas taquillas con el espectáculo erótico ¡Oh Caracas!, producción de Esteban Trapiello, el cual se mantuvo hasta la antesala del Festival Internacional de Teatro, en marzo.
No hay que buscarle mayores explicaciones por ahora al mutis teatral. Es muy difícil, pero no imposible, cambiarle las costumbres a un pueblo. Ojalá que eso cambie y que aquí se monte, como se hizo en otros años, la ópera Amahl y los visitantes nocturnos, del compositor italiano Gian Carlos Menotti, obra que en Madrid, según reseña el diario El País, optaron por convertir a los casi abstractos espectros de su libreto en los muy concretos tres reyes magos que vienen de Oriente.
Amahl y los Reyes Magos, como la retitularon, se presentó en el Teatro Fernando de Rojas, bajo la dirección musical de Miguel Ángel Arqued, la cual incluía la novedad de las marionetas gigantes diseñadas por Lourdes Sánchez y Cristina Llanos, en una escenografía de Carla García y Marina Martín. Este teatro musical, con libreto del propio compositor, se estrenó en España en 1961, fue escrito originalmente para el estadounidense canal de televisión “Hallmark Hall of Fame”, en una época en que la cultura musical norteamericana dejaba sentir las influencias del musical.
Encargaron a Menotti una ópera y el argumento ideado por el creador era el de un niño cojo que toca la flauta, vive solo con su madre y recibe la misteriosa visita de tres espectros en la noche de Navidad. Podría decirse que Amahl... es en gran medida el propio Gian Carlo, que nació el 7 de julio de 1911 en Varese y se naturalizó norteamericano al emigrar junto a su madre viuda cuando era un inquieto estudiante del conservatorio Verdi de Milán.
Amahl..., pequeña joya del repertorio del siglo XX, no es una más dentro de las 30 de su autor, sino un esfuerzo por acercar a los niños al terreno de la gran música. Lo que en principio podría ser un tierno cuento de Navidad tiene como fondo la trágica soledad de un niño minusválido con talento para la música que sólo tiene en el mundo el amor y la protección de su madre. Cuando Amahl ve desde la ventana una estrella de enormes dimensiones que atraviesa el cielo sabe que algo va a pasar y recibe la visita de esos tres espectros nocturnos y promisorios.

Anibal Grunn y los planes de Escena 8 para el 2007

Ya era actor, escritor, director y maestro, pero Aníbal Grunn aceptó, desde el pasado 15 de marzo, la gerencia artística y administrativa del Teatro Escena 8. Comenta que no ha sido una tarea fácil, “pero sí atractiva para una persona como yo, que adora los retos y los objetivos complicados y difíciles. Acepté más por amor al teatro que por conciencia laboral, es decir por experiencia en la actividad. Descubrí y aprendí a lo largo de todos estos meses muchas cosas”.
Tarea difícil
Nueve meses después puede decir que el resultado ha sido sumamente positivo. “Hemos logrado insertar la sala Eduardo Mancera, del Teatro Escena 8, en una comunidad, acostumbrada a pocos espacios culturales. Y hablo en colectivo porque es un trabajo realizado entre las agrupaciones, el personal del teatro, las empresas asociadas a Global Group y todo su personal, pero sobre todo hay un público que apoyó y asistió a cada una de las funciones y eventos realizados en el teatro. Conseguir que el público acuda a una sala, en cualquier parte del mundo, es una tarea muy difícil. Pero en Caracas debemos luchar contra el miedo a la violencia nocturna sin depender de la ubicación y responder a la pregunta:¿dónde dejo el carro?”.
Además, confiesa, que los espectáculos deben tener atractivos temáticos, artistas conocidos y los solidarios costos de las entradas, además de algún aditivo extra como un buen restaurante u otros servicios que sirvan de motivación para que el público deje la comodidad de la televisión por cable y acepte el fastidio de una cola en las vías que llevan al teatro. “Creo que cuando un montaje se mantiene más de tres meses en cartelera con un promedio de 80 a 100 espectadores por función, estamos frente a un éxito. Y eso pasó casi todo el 2006 en Escena 8”.
Subraya que no puede hablar sino en positivo, “agradecer a los socios y amigos que siguen confiando en mí, pero fundamentalmente a César Loyo, a Lino Aponte y a Humberto Acuña, que son como los tres Reyes Magos de Escena 8. No me gusta hablar de cifras, de cantidades. Me gusta hablar de calidad y todo o casi todo lo que hemos hecho ha tenido la calidad que el público se merece. Por eso trabajamos”.
-¿Qué pasó con su trabajo como artista?
-Todo mi trabajo gira en torno a la creación: gerencio, dirijo, actúo, escribo y doy clases, siempre con la premisa del arte y de la poesía. El 2006 fue intenso: dirigí dos obras para adultos y dos para niños. Repuse dos piezas, participé como actor y director en sendos eventos internacionales: Mayo Teatral, en Cuba, y Festival Internacional de Teatro de República Dominicana. Escribí un texto para niños y dos para adultos, los cuales se estrenarán este año, Dios mediante. Colaboré intensamente con el Festival de Teatro de Occidente, apoyando en todo cuanto pude a ese ser maravilloso llamado Carlos Arroyo. Participé y aún lo sigo haciendo en la serie juvenil para televisión Tukity, que se trasmite todas las tardes por Rctv. Recibí con profundo asombro y emoción el premio como mejor actor de la Anda por mi película El Chancecito. Y como comediante hice varias funciones en Venezuela y el exterior con mi monólogo A tu memoria, el cual estrenara en el 2005 con motivo de mis 40 años de profesión. ¡Quisiera descansar unos días!
-¿Planes para el primer semestre del 2007?
-El 2007 pinta tan fuerte o más que el 2006. Reponemos los dos infantiles de mayor éxito del año anterior: El Principito, adaptada y dirigida por Natalia Martínez y Yo también quiero estar en el circo del Sol, escrita y dirigida por mí, desde el sábado 20 de enero a las tres y las cinco de la tarde respectivamente. Estrenan mi obra No me cuentes más, dirigida por Dairo Piñeres y producida por el Grupo Actoral Contratipo. También actúo. Bueno, parece que no quiero dejar para nadie, pero la verdad es que se dieron así las circunstancias y no las busqué. Luego repondremos otro de los éxitos del 2006: Se te nota, escrita por Carlos Arteaga y bajo la dirección de Daniel Uribe. Espectáculos especiales para el día de los enamorados, como Entre dos orillas, con la emoción, el talento y la voz de Ángel Acosta y muchos más para carnavales, tanto para adultos como para niños, en la Terraza y en la sala. Con esto casi llegamos a fines de marzo, si bien el teatro ya está programado hasta agosto, con obras de adultos y de niños, no considero propicio informar con más detalle”.
Trabajo comunitario
“De todos modos este 2007 trabajaremos mancomunadamente, mucho más que otros años, con la Dirección de Cultura de la Alcaldía de Baruta. Haremos el Primer Encuentro Intercolegial de Teatro y descubriremos a la Voz Estudiantil; además haremos algo muy importante: los martes serán para las bandas de todos los colegios de Baruta. Tanto el evento de la voz estudiantil como el de las bandas culminarán en shows especiales en la Concha Acústica de Bello Monte. Hay más noticias, pero hay que esperar para informarlas oportunamente. Viajaré a Argentina en mayo con A tu memoria, dirigido por Carlos Arroyo, y a Italia, en julio, con la obra para niños de Carlos Giménez, montada por la Compañía Regional de Teatro de Portuguesa: Alegría y Mapulín, una joyita del teatro que llevo muchos años realizándola”.