martes, abril 25, 2006

Pinocho de carne y hueso

Hay fiesta cultural en la Universidad Central de Venezuela para este viernes, a las 5:00 pm, en la Sala de Conciertos de la UCV. Su Teatro Universitario (TU) cumple 60 años y los festeja con el estreno de Pinocho, cuando la madera quiere ser carne, un espectáculo para espectadores mayores de 16 años, según la versión y dirección de Luigi Sciamanna, y donde participan, además del primer actor Gonzalo J. Camacho, los estudiantes Mauricio Gómez, Leidy Marcano, Ana María Navas; Geraldine Harb, Ángela Marrero, Germán Manrique, Carlos Maza, Rodrigo Gómez, Rogers Lombano, Alana Zuloaga, Luisa Maymó, Juan Pablo Rosales, Antonieta Mendoza y Eduardo Campos.
Metáfora italiana
Luigi Sciamanna advierte que este estreno del TU es el más ambicioso y difícil montaje que ha encarado con la agrupación ucevista. “El original Pinocho, del italiano Carlos Gollodi, es un relato infantil, sin duda; pero todos sabemos que el contenido de los cuentos y fábulas infantiles son para adultos, sólo que vertidos con otros códigos al mundo de la infancia y apelando siempre al inconsciente colectivo a la hora de proyectar sus significaciones”.
“¿Cuánta gente sabe, por ejemplo, que cuando se publicó el relato, Carlos Collodi pretendió concluirlo ahorcando a Pinocho en un árbol? ¿Cuánta gente conoce los aspectos esotéricos del relato, ese donde zorros, gatos, grillos, peces, mariposas, halcones, serpientes se comunican con el personaje central que es, además, un muñeco de madera que habla? ¿Cuánta gente ha leído la historia en clave política, ya que Pinocho es una metáfora de la nueva Italia que surgiría liberada y unida en el siglo XIX? ¿O cuánta gente ha reparado en su contenido social? Geppetto hace a Pinocho porque se está muriendo de hambre. Es así. Pinocho es una especie de ‘muñeco de la calle’, ya que se ve constantemente asediado por peligros que encuentra fuera de su casa, en la calle; aspecto éste fundamental en los cuentos infantiles de carácter moral y educativo. ¿Cuántos han leído la obra en clave cristológica?, porque Pinocho es también una metáfora de Cristo. Pero Pinocho también es una metáfora del arquetipo del héroe que debe cumplir una obra. Entonces, como verás, los contenidos son variados y muy ricos; por qué no verterlos al público adulto; ¿por qué no contarles esta historia? La gente cree que sabe de qué se trata Pinocho porque ha visto la bellísima película de Walt Disney, pero que es incompleta, parcial y sumamente atomizada. El universo y contenido de la obra de Collodi es mucho más complicado que el filme de Disney. Sería bellísimo que a raíz de nuestra versión, porque también es una versión, la gente se sienta estimulada a leer el cuento completo”.
Actualizado para Venezuela
Pinocho, cuando la madera quiere ser carne , del TU, el cual estará en temporada los viernes, sábados y domingos, hasta el próximo 21de mayo, “es una obra que me parece perfecta para la Venezuela actual y perfecta para hacerla con gente universitaria, porque uno de los grandes temas de Pinocho es la responsabilidad. Pinocho, por ser ingenuo, de madera y recién hecho, es un irresponsable, encantador, pero irresponsable; al fin y al cabo, por eso le sucede lo que le sucede. La historia es un viaje hacia la madurez y la madurez significa responsabilidad. Hay gente que cree, perdón por las perogrulladas, que ser libre es hacer lo que te da la gana. No. Para ser totalmente libre hay que ser totalmente responsable. ¿No crees que en Venezuela un tema como la responsabilidad no está absolutamente en el tapete? ¿Se abren los periódicos y todo no es una metáfora de la responsabilidad o la irresponsabilidad?”, enfatiza Sciamanna
Agrega que ahora más que nunca los caraqueños tienen que ver este trabajo del TU, “porque es el montaje con mayores capas de información o lectura que hemos presentado hasta ahora. Nadie está en lo cierto al decir que este TU está distorsionado de los acontecimientos actuales. Como respuesta al paro del 2002, hicimos el montaje de Los Bandidos en el 2003; como respuesta a las dificilísimas relaciones del Conac con el sector teatral, subió a escena El Proceso, en el 2004; ante la invasión a Irak, la masacre de las torres gemelas de Nueva York, la inseguridad en nuestras calles, y los cotidianos sucesos de sangre, muerte y horror, la respuesta del TU fue de Amor perdidos. Si tú leyeras lo que el público opina y reflexiona en nuestras encuestas del Shakespeare te asombrarías. ¿Entonces? Lo que pasa es que nadie se detiene a ver lo planteado. Puede ser que mi trabajo guste o no guste, pero yo soy un artista y un hombre con una opinión de su trabajo y de la vida”.
Confesión de un artista
Luigi Sciamanna, que desde los años 90 se ha ido ganando, con su talento y su trabajo, un lugar de respeto en el contexto del teatro venezolano, aclara que esta versión y dirección con la obra de Carlos Collodi, es un punto de giro en su tarea como artista de la escena. “Te voy a decir con toda honestidad que este montaje es para mí un punto de giro en mi trabajo como director. Es el espectáculo más rico en contenidos, vitaminas, minerales y proteínas que he dirigido. De los cuatro montajes que he preparado para el TU es el más complejo y ambicioso. Ha sido la experiencia más intensa, profunda, rica, y aleccionadora que he vivido en el TU, y como director, y me alegra que haya sido aquí en la Universidad Central. Mi Alma Mater. Espero que la gente entienda todas las claves que se le dan allí. Que las disfruten y reflexionen y vuelvan a vernos y vayan, repito, al original de Collodi mordidos por la curiosidad.Es un reto que les hago”.
Explica que ha vertido en su espectáculo todos los contenidos posibles de la obra de Collodi y para un público de mayores de 16 años. “No hay pataleo. Hemos trasladado la acción de la Italia del siglo XIX a la del año 1945 en plena Segunda Guerra Mundial; aunque, debo aclararlo, no es un montaje historicista. Lo más importante son los actores y el texto. Después la ropa. Es nuestra producción más ambiciosa. Es nuestro vestuario más rico y variado. No hay escenografía. Sólo seis sillas y la utilería. La música es muy importante. La presencia de Gonzalo J. Camacho en el montaje es un acierto; que gente tan joven pueda ver la entrega de este hombre, es irrepetible; es una lección de vida, amor y disciplina”, puntualiza.
60 años
Se festejan los 60 años del Teatro Universitario de la UCV porque es la agrupación teatral activa más antigua que tiene Venezuela. Como toda institución artística que tiene tantos años de existencia, ha pasado por períodos de brillo total y otros de más bajo perfil, buenos, mediocres, difíciles, pero siempre ha estado allí, trabajando. Son seis décadas de labores históricas. Eso es innegable, pero que el TU es referencia importantísima en la historia del teatro contemporáneo venezolano. De sus espectáculos salieron actores, directores, autores, vestuaristas y escenógrafos, además, quizás lo más importante, formaron espectadores. Por eso es importante que esta institución tenga todo el apoyo posible no sólo de la UCV sino de la comunidad allende las fronteras universitarias. Es vital reconocer una fecha, una institución, una persona, una carrera artística; sobre todo los venezolanos que reconocemos tan poco lo que tenemos y estamos esperando siempre que de afuera nos llegue lo mejor, cuando lo mejor ya lo tenemos dentro de nosotros. Por eso con el TU se rescata el sentido de pertenencia, nuestro suelo, quiénes somos y a qué sitio pertenecemos; de cuál tradición somos herederos; a quién seguimos, a quién antecedes o de dónde vienes. Todo esto en un país que se está reconstruyendo... es muy importante. Y por eso es vital lo que viene haciendo Luigi Sciamanna con ese equipo de muchachos y muchachas que ha logrado convocar y entusiasmar.

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